La exaltación de Jesucristo

Transcripción de la prédica impartida el 20 de octubre 2024

Muchas veces cuando nos preguntan ¿cómo estamos? Contestamos de forma automática ¡bien! Puede ser que contestemos por costumbre, por cortesía, y no muchas veces estamos bien. Solo Dios sabe como estamos por dentro.

Sólo Jesucristo tiene la respuesta correcta para cada uno de nosotros, para nuestra vida, para nuestras necesidades, para nuestro corazón, para nuestra alma. Lo que el hombre no puede ver, Dios si lo ve. Si decimos que los hombres debemos ser rudos, no llorar, Dios sabe lo que hay por dentro. A veces los hombres pueden llorar y sufrir solos, pidiendo a Dios como ser mejores padres, como ser mejores proveedores. Dios tiene la palabra para cada uno de nosotros, por que el si nos conoce.

El tema general de esta serie de enseñanzas es “la mente de Cristo” Todos debemos aspirar a tener la mente de Cristo, a ser semejantes a Él en nuestra forma de pensar, de sentir, de actuar. El nuevo nacimiento nos habla de esto.

3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.

Juan 3:3-11

Es necesario nacer de nuevo, volver a la vida de Dios, quitarnos lo antiguo, lo que pasó y volver a la vida de Dios. La vida de Dios nos hace tener una mente nueva.

16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;

2 Corintios 5:16-18

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Apocalipsis 21:5

Así satanás venga y nos recuerde nuestro pasado, en Cristo somos nuevas criaturas.

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Filipenses 2:9-11

Debemos alabar y exaltar a Dios. Exaltamos al Señor con los cánticos, pero no solo eso, lo hacemos también con nuestra forma de vida. Es un estilo de vida, a pesar de los problemas, a pesar de las adversidades, día a día al caminar le damos la gloria a Dios. Es una forma de conducirnos, de vivir cada día. No es solo cantar los domingos, sino debe haber una diferencia en nosotros, un cambio. Podemos cantar muy bien, pero si no tenemos un testimonio que nos respalde, si somos desobedientes, de nada nos sirve. La iglesia debe alabar con gozo, con alegría, pero también con obediencia, con respeto, con sujeción. Si le decimos a alguien que la amamos, pero no lo demostramos, la persona pensará que no es verdad. A Dios hay que demostrarle que lo alabamos, que lo exaltamos, que lo bendecimos, que lo queremos y honramos a Él.

Si por ejemplo vamos en el transporte público y escuchamos canciones del mundo, y que nos recuerde tiempos cuando estábamos en el mundo, nuestro cerebro comienza a recordar y nos dejamos llevar. Pero nosotros debemos alabar y bendecir a Dios todos los días. Si viene esa canción a nuestro pensamiento, busquemos una alabanza en nuestra mente y bendecir a Cristo, en lugar de alabar las cosas del mundo. Si viene a nuestra mente un recuerdo que provoca tristeza, debemos alabar a Dios en medio de esa tristeza y dolor. Alabamos en las cosas buenas, pero también en las malas. Alabamos también con nuestras acciones. Aunque nos sintamos tristes, aunque haga frio o calor, vamos a la iglesia a alabar su nombre.

Le decimos “Señor” a Jesucristo, pero ¿en realidad Él toma las decisiones de nuestra vida? ¿Él controla nuestras acciones? Si en verdad es nuestro Señor, Él es quien manda, Él es quien determina. Cuando no entregamos el control de nuestra vida a Jesucristo, entonces hay cosas en nuestra vida que nos están deteniendo, que nos están perjudicando.

La vida sin Cristo como Señor y Salvador

¿Como puede ser nuestra vida sin Cristo? ¿En el alcohol? ¿pandillas? ¿drogas? ¿adulterio? Hablando de la música del mundo, las canciones están basadas en su mayoría en este estilo de vida. Con esa música no alabamos ni exaltamos a Dios. Mucha de la música que predomina alaban al enemigo.

Cuando alabamos a Dios, hablando de la música, de la forma, ¿qué le estamos dando a Dios? El dio todo por nosotros, ¿nosotros que le ofrecemos? Aunque la música del mundo parezca inofensiva, puede estar alabando al enemigo. Una canción, por ser agradable, o algo para bailar, no quiere decir que no esté alabando al enemigo.

Hay casos que llevando un estilo de vida como el mencionado, al encontrar a Jesús su cambio de vida es inmediato, es un choque que los hace llegar a las plantas del Señor, lo aceptan como Señor y Salvador. Él vino a liberarnos y a cambiar nuestra forma de vida. Él nos ama, a todo aquel que se arrepienta y se vuelva a Él. Por eso como iglesia es importante el predicar, por que mientras haya tiempo hay oportunidad de anunciar el evangelio, de predicar. Como ejemplo tenemos la conversión de Pablo, siendo líder humano, matando y persiguiendo a cristianos, su conversión fue inmediata en cuanto se encontró con el Señor.

Dios no promete que al ir con Él todo será color de rosa. Habrá dificultades y sufrimiento, pero debemos hacer lo que nos toca y Él abrirá puertas.

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos 8:28

Si estamos en el Señor, el nos defenderá y abogará por nosotros, pero tenemos que exaltarlo y vivir de su manera. Exaltar su nombre, por lo que Él es, por lo que Él hace.

Profeta, Sacerdote y Rey

La sexta característica de una vida semejante a Cristo es pacifica. El amor de Cristo lo lleva al calvario .Pero en su muerte Cristo compro nuestra paz para con Dios. Paz no es la ausencia de conflicto, sino el fruto de su amor .

El amor de Cristo lo llevó al calvario. Nadie lo obligó, el quiso ir, aun en nuestros pecados e indecisiones, el nos salvó, Él nos ama, Él murió por amor a cada uno de nosotros, por todos, no importando, edad, género, apariencia,… Él no hace acepción de personas.

Hay personas que buscan la felicidad en otro lado, en una esposa / esposo, en un partido político, en el bienestar económico. La felicidad está en Cristo Jesús, porque Él es amor, y entonces nos llena de amor, nos da su alegría y nos da su paz. No es necesaria cambiar nada, el que tiene que cambar es uno mismo, para vivir con una relación con Dios. Para ser felices, necesitamos a Cristo, sin Él no hay felicidad. En Cristo somos felices, no con el dinero ni el carro que quisiéramos, pero sólo lo necesitamos a Él para ser felices.

La Resurrección fue la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. Mediante la muerte, resurrección y exaltación de Cristo podemos sentir una paz genuina .

Él nos da paz, y paz no es la ausencia de conflicto sino el fruto de su amor. Paz no es quitar el problema de en medio, a veces Dios permite que pasemos por el problema, y bastante tiempo, para que aprendamos a vivir con los demás, a forjar nuestro carácter, a forjar nuestro temperamento. Dios permite que pasemos por las pruebas para que nuestra paz sea el fruto de su amor y no dependamos de nuestros medios. Dios es nuestra paz y en su amor está nuestra paz. El fruto de su aflicción, de su sacrificio fue la reconciliación de Dios con nosotros. El hombre había perdido todo, cuando los primeros hombres pecaron entró la muerte espiritual al mundo y solamente Cristo Jesús, cuando vino a vencer la muerte en la cruz, nos dio vida. Fue el precio que pagó por nuestra paz.

La resurrección fue la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. Mediante su resurrección podemos sentir una paz genuina.

23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Juan 4:23-24

Estamos en ese tiempo, cuando los verdadero adoradores adoran en Espíritu y en Verdad. Podemos adorar a Dios no solo en la iglesia, en todas partes, con nuestro comportamiento y nuestra forma de ser, entonces por ejemplo¿por que seguimos perdiendo el tiempo con la música del mundo que no adora a Dios? Él estilo de vida del mundo ya no es para nosotros los cristianos, pero si debemos orar y pedir por las personas que siguen en el mundo, que Dios haga algo por ellos.

Nosotros debemos exaltar a Dios con nuestra vida, donde estemos, así nos llamen anticuados. O legalistas, o que nos lavan el cerebro en la iglesia. Nosotros asistimos a la iglesia por que necesitamos de Dios, necesitamos alabarlo, no por que nos den algo, sino por que lo queremos buscar. Lo buscamos con frio o calor, cuando llueva o no llueva, si nos queda lejos o cerca.

Oficios de Jesucristo

Profeta

9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Romanos 10:9

Si alguno no ha confesado a Jesús como Señor y salvador, tiene que hacerlo, para ser salvo. Debemos hacer una confesión, una declaración de nuestros pecados.

3 Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

1 Corintios 12:3

22 Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; 23 y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo. 24 Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días. 25 Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. 26 A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.

Hechos 3:22-26

Jesucristo es el enviado de Dios y dio profecía, fue profeta, dio palabra de Dios.

Sacerdote

11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

Hebreos 9:11-12