Virtudes de la Sabiduría Divina

Transcripción del tema impartido el domingo 26 de mayo y 2 de junio, 2024.

Hay una gran diferencia entre inteligencia y sabiduría. La inteligencia son todos los conocimientos que adquirimos, la sabiduría es como utilizamos esos conocimientos.

La sabiduría tampoco es igual a la astucia. En la sabiduría, lo que decido es bendición, edificación para todos. En la astucia solo yo obtengo provecho. En la sabiduría Dios nos pone algo que bendice a todos los que están con nosotros. El Señor Jesús, cuando decidía algo, bendecía a todos, no solo para el.

Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

Santiago 3:17

Esa es la sabiduría, la que viene del Señor. Éso es lo que el Señor Jesucristo desarrollaba cuando estuvo en esta tierra continuamente. Por eso, todo lo que hagamos debe ser con la sabiduría de Dios. Pidan, dice la palabra de Dios, si les hace falta, pidan.

La palabra de Dios limpia mi mente

¿Cómo adquirimos sabiduría? Con la palabra de Dios. Es el instructivo del fabricante. Es el instructivo que nos ha dejado el dueño de nuestras vidas.

Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

Romanos 15:14

La palabra de Dios es la que renueva nuestros pensamientos. La palabra de Dios es la que transforma nuestros deseos y nuestros pensamientos.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

2 Timoteo 3:16-17

Dios nos capacita para hacer buenas obras En Dios. Muchas personas hacen buenas obras y sobresalen en esta tierra, pero cuando Dios elige a sus hijos, los reconoce, y hacemos las cosas como Él quiere, son las que permanecen eternamente. Nuestro objetivo al hacer buenas obras es que las almas alcancen la salvación.

desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.

1 Pedro 2:2-3

Cuando a un bebé se le acerca el biberón o el pecho materno, el bebe muestra una desesperación, así Dios quiere que tengamos esa necesidad por su Palabra. Por eso hay que pedirle al Señor, “Señor, que mi alma deseé tu palabra” Por que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Que tu espíritu grite que desea recibir palabra “Señor, que no pase este día sin que yo lea tu palabra y que tu me hables”

Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Juan 15:3

La palabra nos limpia, la palabra nos quita esa ansiedad, nos limpia de la angustia, nos quita los malos pensamientos que vienen a nuestra mente. Jesús leía la palabra y oraba continuamente.

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Hebreos 4:12

Nuestro corazón es engañoso, dice Jeremías. A veces nuestro corazón nos dice que estamos haciendo bien las cosas, pero, ¿Eso que hacemos es lo que Dios quiere que hagamos? Podemos hacer buenas cosas, y ante los ojos de los demás es bueno, pero ¿Es lo que Dios quiere que hagamos? Esa es la gran diferencia. Cuando lo ponemos ante la escritura que penetra, que juzga, que discierne el pensamiento y nos da a entender que lo que hacemos, aunque parezca bueno no es lo que Dios quiere. Cuando Dios lo quiere, es algo maravilloso, se abren las ventanas de los cielos y se derrama el poder de Dios en ese lugar.

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.

Salmos 119:105

En este mismo salmo se menciona ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Hay caminos que parecen recto al hombre, pero su fin es, muerte. Hay cosas que son buenas ante este mundo, pero su fin no es el que Dios quiere. Jesucristo nos puso ese ejemplo. Detengamos nuestra carrera y preguntémonos: ¿Lo que estamos haciendo es lo que Dios quiere? ¿Cómo tratamos a nuestra esposa / esposo es como Dios quiere? ¿Cómo tratamos a nuestros hijos es lo que Dios quiere? Como nos comportamos y nos dirigimos a los demás, ¿es lo que Dios quiere? La buena noticia es que abogado tenemos para con el Padre, Jesucristo. Y tenemos ejemplo que Él nos da, nos enseña, nos dejó al Espíritu Santo, nos dejó su palabra.

Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

Isaías 40:8

Hay muchos que dicen que la Biblia es un cuento, un libro más. La Biblia es viva y eficaz. La Biblia es eterna, lo que dice ahí se cumple, lo que dice ahí da paz a nuestros corazones. Lo que dice ahí, palabra de Dios, transforma mi mente. Cambia mi manera de pensar, de ser y de conducirme a los demás. Eso es lo que Jesucristo vino a enseñarnos. ¿Quieres cambiar? ¿Quieres ser renovado y transformado? La santidad no es el camino a Cristo, Cristo es el camino a la santidad. Si por nuestras fuerzas buscamos ser santos, eso se va a desvanecer y volveremos a caer, pero si buscamos a Cristo, nos daremos cuenta como nos santifica y transforma la palabra. La gente nos verá diferente, cambiados, sin necesidad de decir que somos cristianos. La nube de testigos espirituales y físicos ven la transformación que Jesucristo está haciendo en nuestras vidas, y aquél que comenzó la obra, la terminará. No se trata de nosotros, se trata de Él.

Estilo de vida de Cristo

Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

1 Corintios 6:11

Antes eramos unas personas malvadas, pecábamos por hábito, por costumbre, tomábamos, fumábamos, íbamos a lugares indebidos, etc. Pero hemos sido lavados, justificados por la sangre preciosa de Jesús. Por lo cual nuestra vida tiene que dar el fruto de un nuevo estilo de vida. Es bueno tener buena moral y buenas costumbres, a la vista del mundo, pero eso no nos lleva a la eternidad con el Señor Hay gente con una moral intachable, pero no hay una transformación en sus vidas, simplemente toman un estilo de vida ante la sociedad en la que se muestran como buenas personas, buenos ciudadanos. Eso es bueno, pero lo mejor es que seamos transformados por la palabra de Dios. Mucha gente aparenta ser buena persona, pero su corazón está lleno de maldad. Nosotros nos debemos preguntar, ¿por qué estamos aquí? ¿Porque cumplimos una lista de instrucciones religiosamente? ¿Porque no tengo nada que hacer el día domingo? ¿porque es la costumbre que mi familia me ha dejado? O porque amamos a Dios, porque estamos agradecidos con Dios, por que Él ha sido bueno y misericordioso y nos ha dado la victoria de esta semana estar aquí. Cada cosa que hagamos hay que preguntarnos, ¿por qué lo estoy haciendo?, ¿para qué lo estoy haciendo? ¿honra a mi Dios? Podemos adoptar la moralidad de este mundo, pero a veces no honra a Dios, simplemente estamos cubriendo un estatus.

El Señor Jesús era un revolucionario. Llegó y rompió el sistema de ese momento. Por eso no lo querían, por que su estilo de vida mostró de donde venía, de arriba, del cielo, del Padre celestial. Dio a demostrar como todo, desde el antiguo testamento, toda la ley, como se iba llevando y como lo vivía Él.

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:

A sus ángeles mandará acerca de ti,

y,

En sus manos te sostendrán,

Para que no tropieces con tu pie en piedra.

Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

Mateo 4:1-11

Cuando Jesús fue tentado por el enemigo, Él le dijo “escrito está”. Jesús conocía la palabra, nos dejó ejemplo como defendernos ante las tentaciones: “escrito está”. Ante los problemas, cuando el enemigo nos meta ideas, “escrito está”, sabemos que Jesucristo nos ha lavado y justificado por la sangre del Señor Jesucristo. Pero si vienen la tentación y no leemos la palabra del Señor, ¿Cómo nos vamos a defender? El Señor nos capacita para las tentaciones, incluso para las enfermedades, pero muchas veces no obedecemos.

El Señor en su misericordia nos bendice y nos fortalece. Cuando nuestros hijos no nos obedecen decimos: ¡Te lo dije! ¡haz caso!, ¡no haces caso, por eso vienen las consecuencias! Pero Dios es tan amoroso que no nos dice eso, en su misericordia nos fortalece, pone a los médicos que requerimos y nos levanta.

Él nos da ejemplo, por eso nos dice continuamente que debemos tener la palabra en la mente y en el corazón. La palabra es la que nos enseña como debemos actuar ante las situaciones. Como debemos cuidar nuestro cuerpo.

En la biblia vienen todas las respuestas a nuestras preguntas, vienen todas las respuestas a nuestras dudas y las soluciones y decisiones que debemos cumplir. Pero de nosotros depende si le hacemos caso. Dios nos está instruyendo qué tenemos que ser y hacer lo que nos está diciendo.

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

Hebreos 12:11

La disciplina a nadie nos gusta, pero cuando le hacemos caso vemos el fruto maravilloso que da. Si tomamos la disciplina de leer la palabra de Dios con nuestros hijos, con nuestro esposo / esposa, veremos el fruto y la recompensa maravillosa que da.

sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

1 Pedro 1:19

¿Con qué limpiará el joven su camino?

Con guardar tu palabra.

Salmos 119:9

La palabra nos sirve para que los que nos rodea este mundo no se nos pegue en el cerebro. ¿con qué limpiará el joven su camino? Con la palabra. Pero si no leemos la palabra al salir de nuestras casas y escuchamos música en el transporte público con letras indecentes, y luego llegamos al trabajo y los compañeros están viendo en el celular “páginas prohibidas” y nos las muestran, aunque sea por un par de segundos, nuestro cerebro se contamina. Si leemos la palabra, no se pegan esas cosas, pero sin leer la palabra, todas esas cosas se pegan en nuestro cerebro y es difícil quitarlas. Necesitamos llenarnos de la palabra de Dios.

Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.

1 Juan 3:5

¿Quién nos quita de nuestros pecados? Jesucristo, la sangre preciosa de Jesús los quita. Porque en el no hay pecado, Él es perfecto. Vivió una vida limpia pues el Padre celestial era su punto constante.

¿Con quién hablaba constantemente Jesús? Con el Padre celestial. ¿Con quién hablaba cuando tenía que tomar decisiones? Con el Padre celestial decía: “Yo estoy haciendo los negocios de mi Padre”

Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?

Lucas 2:49

La primera vez que Jesús dijo esto era un niño. Pero nosotros ya somos adultos y tenemos que dar el ejemplo con nuestros hijos, con nuestra esposa / esposo. ¿Queremos que nuestra familia vaya al cielo? ¿Que nuestros hijos tengan armas para defenderse en este mundo tan perverso? ¡Seamos ejemplo! Podemos decir muchas cosas, pero el ejemplo es el que arrasa. Si aún con eso, nuestros hijos fallan, es decisión de ellos. De la misma forma, el Señor Jesús nos da ejemplo, nos da la palabra, pero cuando no leemos la palabra y fallamos ¿Es culpa de Dios? Claro que no, la culpa es nuestra, por que tomamos la decisión, o la mala decisión. Podrá el enemigo ponernos toda la tentación, pero al final es nuestra decisión. La lucha es constante, pero Jesús nos puso el ejemplo para defendernos, “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”

El Señor tuvo tentaciones, pero se alimentaba de la palabra. También oraba. Daniel oraba tres veces al día, pues tenía un papel importante, era funcionario, tenía que tomar decisiones. Sus enemigos solo estaban esperando ver en que momento se equivocaba para culpar lo. Lo único que en su momento le observaron fue que no quiso adorar a los dioses del rey ni se quiso inclinar ante la estatua de oro. Aún así aceptó de lo que lo culpaban y asumió la consecuencia, fortalecido en Dios, por que el oraba, el leía la palabra, venga lo que venga. Sus amigos confiaron en Dios para salvarlos, pero dijeron que si aún Él no quisiera librarlos, no se inclinarían ante los dioses falsos. Y tu, ¿estás fortalecido con la oración y la palabra de Dios para cualquier problema que venga? Debemos arraigarnos en la palabra. Tenemos una guerra contra el enemigo y todas sus huestes, el está dispuesto a destruir a tu familia y su objetivo es que deshonres a Dios y lo niegues. Tenemos que aferrarnos a la palabra, tenemos que tomar el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo y renovar nuestra mente constantemente con la palabra y estar sensibles a la voz del Padre celestial.

Cristo vivió de una manera:

  • Pura
  • Pacifico
  • Amable
  • Benigna
  • Misericordioso
  • Fructífero
  • sincero

No te confundas

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

1 Corintios 2:14-16

Mucha gente no entiendo como es que anteponemos las cosas del Señor a otras, como el trabajo, fiestas, diversión.

Hay personas que viven en una moral admirable, pero no tienen el fin eterno. No hay que confundir lo espiritual con el humanismo. De acuerdo a la RAE, el humanismo es:

5. Sistema de creencias centrado en el principio de que las necesidades de la sensibilidad y de la inteligencia humana pueden satisfacerse sin tener que aceptar la existencia de Dios y la predicación de las religiones.

humanismo crítico

1. humanismo que considera al hombre como ser histórico y que muestra lo que es a través de lo que hace con su esfuerzo y trabajo, en cuanto es capaz de desarrollar sus posibilidades.

Los siguientes puntos son un ejemplo entre el humanismo y lo espiritual.

  • Puedo cultivar estas virtudes divinas en mi vida mediante el estudio y el esfuerzo.
  • Las virtudes divinas son un don para mí en el nacimiento espiritual y se muestran cuando le permito a Cristo que viva en mí su vida

La primer frase se refiere al punto de vista humanista, la segunda es espiritual. Hay gente dedicada a ayudar a otros, tienen fundaciones y dan muchos recursos para el necesitado, y Dios los bendice. Es una ley espiritual, para justos e injustos: cosechamos lo que sembramos.

La segunda frase es espiritual. Si Dios quisiera, pondría su palabra en nuestra mente para que la tuviéramos fija, pero Dios no quiere robots. Dios quiere que le hables, la hagas, la vivas. Jesús se deleitaba en hacer la voluntad de su Padre, ¿nosotros también nos deleitamos?

“Cuando le sirvas a tu prójimo,

asegúrate de que lo haces

porque ves en él

a una criatura de Dios;

a alguien que Dios también ama.

Si no lo haces así,

el servicio se quedará

en lo terrenal y perderá

el alcance espiritual.”

Pedro A. Gómez Ruzzo

De todo lo que hagamos, espiritual, emocional, físico, académico, laboral, honre a nuestro Dios. Por eso la palabra de Dios dice que todas las cosas que hagamos las hagamos bien. Que se note como Dios ha transformado nuestras vidas, como las cosas que hacemos son para honrar el nombre de Dios. Por que ejemplo tenemos del Señor Jesucristo.

De las cosas que hagamos, hay que verificar que son lo que Dios quiere y que sean para la gloria y honra de Dios y para extender su reino.

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Fililpenses 4:8

Virtudes semejantes a las de Cristo

Opuesto
(satánico)
Virtud semejante a la de
Cristo
Falsificaciones
Lujurioso Irritable áspero Intratable Despiadados mentirosoPuro Pacifico Amable Benigno Misericordioso sinceroPuritano Transigente Reservado Servil Indulgente brutal

La parte de falsificaciones se refieren a actitudes que podemos fingir, sin ser semejantes a Cristo. Uno podría decirse cristiano, y entonces no ir a fiestas, no tomar, no fumar, no bailar, etc. Pero nos encanta el chisme y hablamos de los demás. Fingimos una cosa, pero en nuestro corazón hay maldad.

Puro

Tengamos cuidado que vemos, que escuchamos, que leemos. No podemos vivir en una burbuja, pero si podemos decidir que vemos, escuchamos, leemos. Todo lo que vemos, se queda en nuestro cerebro. Necesitamos renovar continuamente nuestra mente. Por eso hay que hacer el esfuerzo de leer la palabra de forma continua. Hay que darle de comer a nuestra alma, hay que vestirnos de lo bueno, si no estamos siendo falsos.

Dios no mira nuestra apariencia, mira la pureza de nuestros corazones.

Si Dios viniera en este momento y observara la pureza de nuestros corazones, ¿Qué vería? Cada uno de nosotros lo sabe.

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,

Colosenses 3:5-6

Nuestro pecado afecta a la iglesia. Si estamos en pecado afecta a todos, abre una puerta al enemigo para que nos ataque. Debemos escuchar a Jesús, ser puros, ser santos por que el es Santo. No somos perfectos, somos pecadores, pero tenemos al Santo todo poderoso que dice “venid a mí”, abogado tenemos en Él. No podemos mantenernos en la pureza por nosotros mismos (caeríamos en el humanismo), pero si vamos a Cristo, podemos. Las tentaciones están siempre presentes, para eso necesitamos la palabra, para poder saber que hacer, pero si no puedes, huye de esa tentación.

La tentación es difícil, pero si nos llenamos de la palabra de Dios y nos acercamos a Jesucristo, nos podremos mantener puros. El poder de Dios se fortalece en nuestras debilidades. Buscar que si en este momento viniera Cristo, nos vayamos con Él, que de hecho en cualquier momento podría venir. Irnos con Él, no por que seamos perfectos, sino por que Jesús ha perdonado nuestros pecados, nos ha comprado con su sangre preciosa y nos justifica ante el Padre.

Pacífico

Dios nos lleva a que seamos corteses con todos, comenzando con nuestros semejantes, nuestra familia, nuestros hijos. Debemos dar ejemplo. Hay gente cortés con ciertas personas, pero como cristianos si hacemos acepción de personas, entonces somo descorteses, hacemos lo contrario a lo que Dios nos enseña. No podemos decir que amamos a Dios si no amamos a todos nuestros hermanos. Por que amamos a Jesús, amamos a todas las personas. No quiere decir que estemos de acuerdo con todo lo que hagan, pero estamos de acuerdo con lo que Jesús nos enseña.

Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.

Romanos 12:18

La paz es CON TODOS LOS HOMBRES. Si hay personas que no quieren esa paz con nosotros, nosotros seguimos saludándolos, ayudándolos, haciendo lo que esté a nuestro alcance.

Amable

No podemos ser amargados o indiferentes y decir que somos cristianos. Debemos hacer lo que Dios nos dice, no quitar la bendición a nuestra familia, amar a nuestros padres, incluso si no lo merecen, incluso si son los peores padres, Dios ya arreglará con ellos lo que tenga que arreglar, pero nosotros debemos amarlos. Si nuestros padres no son buen ejemplo, aun así debemos respetarlos. La palabra nos manda a honrar a nuestros padres. Si amamos a Dios, obedezcamos.

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.

2 Timoteo 2:24-26

Si en nuestro corazón hay acepción de personas, hay que evitarlo. No podemos decir que amamos a Dios y no tratar a nuestros hermanos de la misma forma. Todos nuestros hermanos merecen el mismo respeto, el mismo amor y el mismo trato por que todos han sido lavados y comprados por la sangre de Jesús. El Señor Jesús trató a la samaritana con respeto, que era una mujer que vivía en pecado. Jesús nos pone el ejemplo.

Benigno

Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos

Lucas 6:35

Si vamos a dar algo que no sea por que esperamos algo a cambio, como reconocimiento. Cuidemos nuestro testimonio, si vamos a dar algo, demos lo con todo nuestro corazón. A veces es difícil tratar con las personas, pero Dios nos da gracia. Debemos saber como tratar a las personas, aún si es difícil.

Misericordioso

Hay personas que ayudan, pero quieren algo de ti.

He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.

Santiago 5:11

Fructífero

Jesús era fructífero. El predicaba y la gente lo rodeaba. Nosotros, ¿Cuánto fruto tenemos para llevar al Señor? ¿Cuanto hemos crecido desde que la palabra llegó a nuestros corazones? ¿Cuántas veces hemos leído la biblia completa? ¿Cuántos versículos hemos acaparado? ¿Cuanto tiempo hemos orado? No seamos como la higuera que no da fruto. El fruto de un hijo de Dios es que demos mas hijos de Dios. La misión principal es extender el reino de Dios. ¿Cuánto hemos extendido nosotros el reino?

Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.

Juan 9:4-5

La obra de un varón es ser la cabeza de su casa principalmente. Ser el esposo que su esposa necesita, ser el padre que sus hijos necesitan, la madre que sus hijos necesitan, etc. El testimonio impacta, tenemos que ser vidas que impactan a la sociedad, no solo decirles que son pecadores. La gente necesita saber que Dios perdona, ama, transforma, restaura matrimonios. El testimonio a veces impacta mas que las campañas de evangelización que pudiéramos hacer. Impacta mas el ejemplo y la ayuda que podamos dar, que solo dar un folleto.

Tampoco se trata de decir, como en mi casa no hay salvación, entonces no voy a las campañas. La salvación no depende de nosotros, la salvación depende de la obra del espíritu santo. Hay muchos hogares donde se les ha predicado, se les ha visitado, hay testimonio y aún con ello alguno, el marido, la esposa, los hijos, no quieren acercarse a Cristo. A veces pasa esa disyuntiva. El cristiano puede ir a una campaña de evangelización aún si en su casa no hay buen testimonio. Claro que hay que impactar, pero es no nos impide hacer lo que nos pide Dios. El fruto depende de la sinceridad que hay en nuestros corazones. Si hay sinceridad en mi corazón, aunque en mi casa no cambien, Dios a su tiempo hará las cosas y se verá su gloria. No podemos ser hipócritas, pero no por que no haya un resultado inmediato en el seno de mi hogar, quiere decir que no haga la obra de Dios afuera. Se debe trabajar en nuestro hogar, esperando en Dios, creyendo en Dios, pero desde luego que seguimos predicando, seguimos evangelizando, por que la obra no es de nosotros, es de Dios. Si en ese momento no estamos bien en nuestros hogares, pero nos impulsa a dar un folleto a alguien, es Dios quien va a hablar, no nosotros. Debemos hacer lo que Dios nos pide. Podemos estorbar la obra de Dios, pero también podemos ser la mano de Dios. Podemos llevar a las personas a las plantas de Cristo, y no tenemos que ser perfectos para hacerlo, por que la obra es de Dios. Podemos ser de bendición y dar frutos, pero la obra es de Dios. Aunque no estemos al cien por ciento, no cerremos nuestros labios. Hemos aceptado que en la iglesia habemos gente rota, gente necesitada, gente que estamos en un proceso, pero podemos contribuir a la obra de Dios. Vayamos avanzando en Dios, pero compartamos la palabra todos los días a las personas que no le conocen.

Sinceridad

Si estamos a cuentas con Dios, somos sensibles a la voz de Dios. Aún si nuestra familia es in conversa, podemos impactar sus corazones por que somos sinceros. Nosotros somos un folleto vivo y andante, y Dios toca el corazón de las personas, pero seamos senceros.

Dice la palabra de Dios que venzamos al mal con el bien

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

Romanos 12:20-21

El amor que Dios pone en nuestros corazones alcanza las almas mas duras. No hay corazón tan duro que soporte el amor de Cristo reflejado en una persona. Por eso hay que ser sinceros. Si por nuestras propias fuerzas no podemos alcanzar a las personas que amamos, pero somos confiables, irreprensibles, vivimos lo que Dios nos enseña, podremos alcanzarlas por la gracia de nuestro Señor Jesucristo para que tome sus corazones.

para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Filipenses 1:10-11

Lo que Dios quiere es sinceridad en nuestro corazón. Jesucristo, un hombre sincero que se entregó totalmente aun sabiendo como somos, nos sigue esperando con los brazos abiertos para que le llevemos nuestras cargas, nuestros reproches, nuestras maldades, para que el nos transforme y nos de una mente semejante a la Suya. Él nos puso el ejemplo.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

2 Timoteo 3:6-17

Estamos para ser transformados y renovados, pero Dios no quiere títeres, Él quiere corazones sinceros. Él no quiere una parte, Él quiere todo, nuestra vida espiritual, emocional, física, sexual… TODO. No nos quiere a medias. Si queremos nuestra mente renovada totalmente, tenemos que hacer a un lado nuestro egoísmo y dejar que la palabra de Dios penetre y actúe en nuestra mente. Estamos en la carrera de renovar nuestra mente, y no se trata de ver quién llega primero. Hay que dar pasos firmes, y cada paso que demos para ser transformados penetre, transforme y deje un legado hacia la eternidad para nosotros y nuestra familia.