La mente de Cristo verdaderamente libre

Transcripción del tema impartido el 12 de mayo 2024

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

Filipenses 2:5

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Gálatas 5:1

El versículo anterior lo dirigió Pablo a la iglesia de Galacia, una iglesia que tenía una composición de gente libre y gente esclava. Algunos que eran personas libres, eran romanos, griegos. Otras personas eran esclavos. ¿Por qué les dice “Estad pues, firmes es la libertad”? Porque no depende de las condiciones políticas ni sociales la libertad que se va a ver aquí. Mas bien se refiere a las condiciones espirituales.

En el momento que llevamos a Cristo, Él nos hizo libres de algunas cosas que vamos a analizar, y algunas otras cosas nosotros debemos esforzarnos a la medida en la que crecemos y maduramos en Cristo. También nos dice que no estemos “otra vez sujetos al yugo de esclavitud” Es decir, las cosas que alguna vez nos habían esclavizado, pueden volver a hacerlo, y nosotros tenemos la capacidad de no ser esclavos nuevamente.

como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.

1 Pedro 2:16

Hay una pequeña diferencia entre libertad y libertinaje. Una definición coloquial sería que la libertad es la capacidad de decidir, siempre y cuando no afectemos ni los derechos ni la libertad de los demás. El libertinaje es el abuso de esta libertad, a veces en detrimento de nosotros mismos, nos afecta y nos daña, o puede ser que incluso dañemos a otras personas.

Áreas de libertad, esferas neutrales

Éstas son (por ponerle un nombre, aunque no sea el mas adecuado) las áreas en donde Dios nos da libertad. Éstas esferas neutrales pueden ser buenas, o malas, dependiendo de la circunstancias.

La pasión

La pasión abarca todas las áreas de mi vida. La pasión involucra sentimientos, es un sentimiento enfocado. Cuando hablamos de “la pasión de Cristo” es un sentimiento (sufrimiento) de Jesús enfocado a la salvación del hombre. Si hablamos de la pasión hacia un deporte, nos despierta sentimientos cuando gana o pierde nuestro equipo.

Puede haber pasiones buenas, y pasiones malas. Por ejemplo, se puede tener pasión por trabajar y ganar dinero, pero si es bueno o malo tiene más que ver con el propósito, para que se quiere ese dinero y poder. Ganar dinero no es malo, pero amar el dinero si.

Proceso hacia la libertad

  1. Haga una lista con sus deseos
  2. Identifique los deseos opuestos
  3. Líbrese de los deseos equivocados
  4. Reciba los deseos de Cristo
  5. Decídase a seguir los deseos de el.

Todos tenemos deseos, pero hay algunos deseos “buenos” y algunos “malos”, es decir, deseos conforme a la voluntad de Dios y deseos fuera de su voluntad. Pero ¿Cómo podemos conocer la voluntad de Dios? Lo podemos saber a través de tres cosas:

  1. La palabra de Dios: en la biblia se encuentra la voluntad de Dios.
  2. El testimonio del Espíritu Santo: El Espíritu Santo vive en nosotros desde que Jesucristo perdonó nuestros pecados. Él da testimonio al espíritu si algo es bueno o malo.
  3. El consenso de los hermanos maduros en Dios: Acercarnos a nuestros hermanos con mas conocimiento y experiencia en la palabra de Dios.

Hay que liberarnos de los deseos equivocados. Debemos controlar sentimientos como la ira, la lujuria. Aunque sea difícil si se puede, no somos esclavos de nuestras pasiones, y podemos en Dios por que Dios nos dio libertad. Con la ayuda de Dios entonces podemos liberarnos de éstos deseos equivocados.

Los deseos sexuales son los más difíciles de dominar, tanto para hombres como mujeres. Hablamos de deseos incorrectos como la lujuria, la homosexualidad, la pedofilia, etc. Dios nos ayuda pero necesitamos fortalecer el espíritu, a través de la lectura de la biblia, la oración, y se debilita a través del pecado. Cuando llega la tentación, podemos resistir si estamos fuertes, o caer si estamos débiles.

No se trata solamente de no hacer lo malo, también se trata de hacer lo bueno, desear lo que Dios desea. Aquí entra el cambio de paradigma, el cambio de sistema, el cambio en mi vida. Lo que Dios no quiere que haga, entra en mi miente, yo lo entiendo y lo dejo de hacer. Es fácil de entenderlo, pero difícil de hacerlo, por eso requerimos de la ayuda de Dios. El Espíritu Santo que habita en nosotros nos ayuda a hacerlo.

Decidirnos a hacer lo que Dios dice es hacer lo que Él dice, como lo dice, cuando lo dice y en el momento en el que lo dice.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Juan 8:31-36

Somos esclavos de quien obedecemos, ya sea de la justicia o del pecado. Los cristianos seguimos pecando, pero el pecado no debería dominar nuestras vidas. Cuando el pecado ya domina nuestro pensamiento, hemos caído en esclavitud.

Por eso hay que permanecer en la palabra. Tenemos dudas, problemas, necesidades, deseos malos, entonces tenemos que ir a la biblia, a orar, con los hermanos maduros, …

Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía.

Marcos 10:1

Todos tenemos costumbres, algunas buenas como levantarse temprano, llegar a tiempo u orar, otras malas como ser impuntual, o decir malas palabras. De hecho orar es un privilegio. Cuando oramos el Señor del universo nos da un tiempo para hablar con Él.

Jesús acostumbraba a orar, a veces solo, a veces con sus discípulos, a veces se apartaba para orar, incluso toda la noche.

Costumbres

El Deseo de Dios es transformar sus costumbres de ser descuidadas a ser controladas por el Espíritu Santo.

Nuestras costumbres son de acuerdo a nuestras circunstancias. Las costumbres tienen que ser analizadas. No es malo ir al gimnasio, pero si se me hace una obsesión y pasamos 6 horas diarias ya no es tan buena costumbre. No es malo hacer compras por internet, pero si nos obsesionamos y por no perder una oferta nos endeudamos, ya no fue tan bueno. Para analizarlas hacemos algo similar a las pasiones, las anotamos, analizamos las cosas que nos ayudan a la voluntad de Dios, las que recibimos de Dios, e identificar las malas. Como cristianos deberíamos tener la costumbre de todos los días, orar, leer la biblia y alabar su nombre. Estas tres cosas son la base de la comunión con Dios. En la oración hablamos con Dios, en la alabanza le cantamos a Dios, y en la palabra encontramos lo que Dios nos contesta.

Lealtades

La lealtad es un valor moral que consiste en un compromiso con las personas allegadas, estando presentes en los buenos momentos y en las dificultades. Es un sentimiento de respeto y fidelidad hacia una persona, comunidad, organización, principios morales y, sobre todo, hacia uno mismo. La lealtad va de la mano de la nobleza, la honradez y la honestidad.

En la congregación se encuentra mal, todos preguntamos por la persona. En los cumpleaños todos felicitamos. Todo esto es bueno, es ser leal, pero todavía no es lealtad. La lealtad es estar presentes en las buenas y en las malas. La lealtad es algo que se hace. Somos leales al hacer cosas buenas por alguien.

El deseo de Dios es cambiar sus lealtades de ser dispersas a ser devotas. Tenemos diferentes lealtades en diferentes lados. Somos leales al trabajo, a la familia. La lealtad debe ser devota, la devoción va al sentimiento, a enfocarnos. La devoción no tiene que ver con el estilo de alabanza, ni con el estilo de enseñanza. La devoción tiene que ver conmigo y con Dios. La devoción es personal. Podemos estar en el lugar donde más gente sea devota, por ejemplo donde la mayoría este alabando en un estado de devoción, y nosotros estar ahí y no tener ese mismo nivel de devoción. La devoción depende de cada uno de nosotros. Podemos ser espectadores sin devoción, o podemos estar con los hermanos mas “distraidos”, pero si oramos con devoción, estaremos en la presencia de Dios. No tenemos por que culpar a los demás, nuestra devoción depende de nosotros.

Las lealtades devotas tienen que ver con Dios. Somos fieles a nuestras esposas / esposos por que amamos a Dios. Tratamos bien a nuestros hermanos por que amamos a Dios. No robamos por que amamos a Dios. Quitamos el foco de nosotros y lo ponemos en Dios. Hacemos lo bueno gracias a Dios, dejamos de hacer lo malo por que Dios nos ayuda. Entonces todas nuestras lealtades, en el trabajo, en la escuela, en la casa, en la congregación, somos leales por que primero está Dios en nuestros corazones. Ahí está la diferencia con las personas que pueden ser honestas y leales (para algunas cosas), pero que no tienen a Dios en su corazón.

Las lealtades las dejamos de hacer por las personas, las hacemos por que Dios esta en nuestro corazón. Somos leales por que Dios quiere que lo seamos, no por que seamos buenas personas, no por que así nos educaron, es por Dios.

Relaciones

El deseo de Dios es cambiar sus relaciones de servirle a usted mismo a servir a Dios

En todas partes nos relacionamos. La primera relación que tenemos es con nuestra madre, padre, abulelos, etc. Nos relacionamos con nuestra familia, la familia de nuestra esposa / esposo.

¿Cómo son nuestras relaciones? Todos hemos tenido buenas compañía y malas compañías. Nosotros podemos ser buena o mala compañía. Pero el deseo de Dios es cambiar nuestras relaciones para servirle a Dios.

En nuestras relaciones debemos analizar sin son buenas o malas, si beneficia solo a una parte, o ambas partes se benefician. Por ejemplo, en el matrimonio, las dos personas deberían ser beneficiadas, pero como humanos somos injustos, muchas veces queremos mas “igualdad” para nosotros que para nuestra pareja. Muchas veces nos quejamos de nuestra pareja, pero nuestras quejas están basadas en nuestros deseos y necesidades, no en los deseos y necesidades de nuestra pareja. Deberíamos comenzar a ver que es lo que quiere nuestra pareja, en lugar de primero pensar en nuestras necesidades. Ser empáticos, ponernos en los zapatos de la otra parte.

Las relaciones tienen que ser analizadas. ¿Que tan buenas son nuestras relaciones con nuestros hermanos? La idea es que nos edifiquemos los unos a los otros. Dios quiere que le ayudemos a nuestros hermanos a crecer, y que ellos nos ayuden a obtener aquello que nos hace falta.

Prejuicios

Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado.

2 Reyes 5:12

Hay varios tipos de prejuicio, uno muy común es de superioridad. Nos creemos superiores por nuestro dinero, por nuestros estudios, por donde vivimos o por cualquier razón. Eso es un prejuicio malo, rehusar nos a saber mas de lo que estamos viendo. El versículo anterior se refiere a un prejuicio entre naciones, de la nación conquistadora a la nación conquistada.

Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

Mateo 9:11

Aquí podemos ver un prejuicio hacia las personas.

El deseo de Dios es cambiar sus prejuicios de ser circunstanciales a ser Bíblicos

¿Se pueden tener prejuicios bíblicos? Los prejuicios son malos cuando no está relacionados con la realidad. Un prejuicio que es bíblico es, por ejemplo, cuando vemos a alguien que no se comporta como cristiano, le prediquemos el evangelio. Si vemos que una persona no hace lo que un cristiano debería de hacer, y hace lo que un cristiano no debería hacer, entonces concluimos que esa persona necesita a Cristo.

Los prejuicios, cuando están basados en Cristo, nos ahorran tiempo. Los prejuicios deben depender de la circunstancia y ser pasado por la biblia. En particular, juzgar que alguien necesita a Cristo lo debemos tener muy arraigado, no para juzgar a la persona, sino para presentarle a Cristo.

La ambición

La ambición se parece al deseo, pero requiere trabajo para finalmente lograr u obtener esta ambición. Tener ambiciones no es malo, todo dependerá de nuestras intenciones, y es algo que cada uno debemos analizar con Dios.

Daniel era el gobierno, el primer ministro, el no lo ambicionó, pero lo logró, Dios lo puso en su corazón, lo bendijo, lo prosperó y llegó a ser el gobierno. Dios puede utilizarnos para ponernos en lugares especiales, de poder, de mando, Dios no tiene problemas con que tengamos dinero, o fama, el problema es que quienes obtengas estas cosas crean que lo hicieron sin Él.

Si nos falta trabajar, trabajemos, si nos falta estudiar, estudiemos, si nos falta prepararnos, hagámoslo. Dios no tiene problema con que tengamos varios títulos, siempre y cuando no cambiemos nuestra relación con Él.