Transcripción del tema impartido el 10 de abril 2024.
La amargura va dañando las emociones. Los daños que tenemos en el pasado nos van afectando en el presente y en el futuro.
La falta de perdón siempre genera en nuestro corazón algo que se llama amargura, tristeza, soledad, pero si lo dejamos crecer, se convierte en algo muy malo como depresión y hasta suicidio, o saca lo peor de nosotros y nos hace vengativos, o simplemente nos impide ser felices.
Pero la Biblia nos va llevando a perdonar.
El perdón en la Biblia se refiere principalmente a una decisión en la cual Dios te fortalece para entrar a un proceso en el cual borrar soltar u olvidar las ofensas que nos hayan hecho a lo largo de nuestra vida.
No podemos encerrar el perdón como una emoción, o como un sentimiento, lo tenemos que encerrar en una decisión, en el ejercicio de la voluntad, en el “quiero perdonar” o “no quiero perdonar” Cuando uno quiere perdonar, Dios nos ayuda. Si no queremos perdonar, aun cuando la Biblia dice:
Porque si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en los cielos les perdonará a ustedes sus ofensas.»
Marcos 11:26
Aún con lo anterior, hay veces que no queremos perdonar.
Perdonar debe ser una decisión, y esa decisión es sumamente complicada. A veces, humanamente es imposible.
Cuando odiamos a alguien, lo tenemos presente. En este contexto, la palabra “olvidar” no necesariamente se refiere a literalmente eliminar de nuestra memoria las ofensas, pero si a ya no tenerlas presentes. Al no tenerlas presentes, ya no nos duelen, y con el tiempo y la ayuda de Dios, eventualmente hasta se puede literalmente olvidar.
Cuando decidimos perdonar y hacer a un lado ese odio, ese rencor, cuando “lo soltamos”, dejamos que Dios actúe y vaya quitando todo ese dolor y vaya sanando nuestro corazón. No es un proceso de la noche a la mañana, pero se puede hacer por que Dios nos ayuda y va a hacer que ya no nos duela.
Porque perdonaré la maldad de ellos ,y no me acordaré mas de su pecado
Jeremías 31:34
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece
Filipenses 4:13
Separados de mi nada podéis hacer
Juan 15: 5
Los textos anteriores nos dicen que, si decidimos perdonar, tenemos que estar junto a Dios.
Por supuesto que Dios tiene bien claro lo que es el perdón. Cuando Dios nos perdonó, el dejó “en el pasado” nuestra maldad.
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Mateo 18:21-22
El perdón que tenemos los cristianos no es el mismo que la humanidad tiene como concepto, para el mundo el perdón es una simple palabra sin significado ni sentido; solo sirve para tratar de calmar las cosas en un pleito o para quitarle importancia a lo ocurrido.
Cuando nosotros humanamente perdonamos, muchas veces lo hacemos, pero nos alejamos de quien nos ofende. El perdón de Dios no es así, Dios nos perdona y además nos sigue amando. Esa es la parte mas difícil del perdón. Nosotros como cristianos lo tenemos claro, ya que cuando aceptamos a Cristo, Dios perdonó nuestros pecados, y no solo no nos rechazó, sino que nos cuida, nos protege, nos abraza. Nosotros también tenemos la capacidad, en Dios, de perdonar y amar.
Es por eso que el amor y el perdón son decisiones, no emociones. Si nos dejamos gobernar por las emociones, el amor que sentimos puede cambiar, dependiendo lo que sienta cada día, pero cuando decidimos amar, no importa lo que la otra persona nos haga, sino lo que yo voy a hacer. Mi decisión no va en función al trato de la otra persona. Mi decisión es bendecir. El que no es cristiano, no puede perdonar, no hay manera, pero si yo le creo a Dios, perdonar es un ejemplo de lo que Dios ha hecho conmigo.
Perdonar es una practica sumamente difícil y compleja, pero cuando vemos lo que Dios hizo por nosotros, no podemos hacer menos con quien nos ofende o lastima. Esa persona, igual que nosotros, necesita el amor de Dios, necesita el perdón de Dios, necesita que pidamos por él y que lo bendigamos.
¿Cuántos de nosotros llevábamos una vida desordenada antes de andar junto a Cristo? ¿Dónde estaríamos si Dios no nos hubiera perdonado? Tal vez hubiéramos dañado a otras personas, tal vez hubiéramos hecho mal. Cuando Dios nos perdona, nos bendice y sin darnos cuenta hemos sido de bendición a otros. Ese es el fin que Dios tiene cuando quiere que perdonemos, el bendecir a quien nos daña para que a su vez sea de bendición para otros.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Mateo 6:14-15
Algo fundamental que necesitamos para poder perdonar es el amor, ya que sin él amor nada es posible porque no tendríamos a Dios en el corazón. Dios saca de nuestro corazón el dolor, el coraje, el deseo de venganza, pero el corazón no se puede quedar vacío, se tiene que llenar con algo, y esto tiene que ser amor. La decisión de perdonar tiene que transformar a la persona. Al orar por la persona, tiene que ser de tal manera que sea sincero ante Dios.
Dios es amor y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios en él
1 Juan 4:16
Cuando pensemos que ya hemos perdonado lo suficiente a una persona con la misma situación, es mejor aguantarse y no rendirse porque la biblia nos dice muy clara que son incontables las veces que hemos de perdonar a una sola persona; y lo que es mejor es que cuando perdonas a una persona es borrarlo de tu mente; así que nunca acabarás de perdonar a una persona.
Jesús le dijo: no te digo hasta siete sino aún hasta setenta veces siete
Mateo 18:22
Además, cuando pienses que, porque tendrías que perdonar a una persona , mira a Jesús ya que todo lo que él nos pide es porque él también ya lo pasó muchas veces.
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo
Efesios 4:31-32
Todos los que somos cristianos conocemos esa sensación. Antes de estar con Cristo nos sentíamos cansados, sucios, que ya no vale la vida, pero cuando recibimos el perdón de Dios, volvemos a vivir, tenemos esperanza, vemos la vida de una manera diferente, pasamos de la tristeza, la desesperación y la apatía, a un verdadero amor, gozo, una paz sobresaliente, podemos salir a la calle sin pensar que todos nos odian, o sin odiar a los demás, somo verdaderamente libres.
Cristo fue humillado, golpeado, menos-preciado, llevado a la cruz y crucificado, y todavía estando en la cruz, el dijo: “Padre, perdónalos por que no saben lo que hacen” Si eso no nos sirve de ejemplo, no hay mas que pueda convencernos. El Padre sufrió al ver a su hijo en la cruz, por nosotros, y el Padre nos ha perdonado, por medio de Cristo, y hoy el Padre nos da entrada al cielo, por medio de Cristo. Así que tomando el mismo ejemplo, nosotros somos capaces de perdonar a quien nos lastima, o a quien lastima a quienes nosotros amamos.
El tema es muy difícil, es muy complicado, pero el fin es lo que le importaba a Dios.
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Mateo 26:39
El Padre se enojó, y tembló la tierra, pero el Padre lo permitió por que era necesario para que pudiéramos reconciliarnos con Dios.
Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Dios.
Mateo 27:51-54
Perdonar es fuerte, es difícil, pero si se puede, pero necesitamos de Dios, sin Él, no es posible.
¿Por qué si no perdonamos nos alejamos de Dios?
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Mateo 6:14-15
El hecho de no perdonar a las personas que nos ofendieron es un claro ejemplo de la falta de amor en nuestro corazón, que se vuelve un rencor a los demás y esto provoca una falta de felicidad. Si nos falta ese amor, debemos ir con Dios para que seamos llenos de ese amor, llenos de esa capacidad en Él de poder perdonar.
Cuando no perdonamos, a veces nuestro rencor se extiende y podemos dañar a otros. A veces si no perdonamos a quien nos ha ofendido, a quien nos ha humillado, con esa falta de perdón nosotros humillamos a esa gente.
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
1 Juan 4:7-9
Si nos hace falta amor lógicamente no tenemos a Dios en nuestro corazón por lo que nos da a entender que si no podemos perdonar es porque nos estamos alejando de Dios y tenemos que tener una reconciliación inmediata con Dios.
Algunos beneficios de perdonar son:
- Libertad
- Olvidar lo que paso
- Sanidad del corazón
- Quitar ataduras
- Buena relación con el Padre
¿Para qué nos sirve el perdonar?
Simplemente en la Biblia dice que, si no perdonamos las ofensas de los demás, Dios no nos perdonará las nuestras.
más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Mateo 6: 15
El mejor beneficio que tenemos al perdonar es poder entrar al reino de los cielos
Pero el peor castigo que tenemos sino perdonamos es no poder ser justificados para con el Padre y esto es no poder ir al reino de Dios
El que no perdonemos, nos lleva lamentablemente a la amargura, al la ira, al coraje y nos separa de Dios. Si queremos estar unidos a Dios, hagamos lo que Dios nos dice, de acuerdo a sus mandamientos. Uno de los mandamientos es, perdonar otro, amar a tu prójimo, entonces el no obedecerlos nos separa de Dios.
Si me amáis, guardad mis mandamientos;
Juan 14:15
¿Cómo sabes si ya perdonaste?
Cuando una persona ya no tiene rencor en su corazón siempre procura actuar conforme Dios le va mandando y cuando ya han perdonado a una persona en específico siempre van a actuar de la mejor manera hacia él o ella .
Sobre todo, el no perdonar a una persona es una atadura que no puedes dejar hasta que te entregues a Dios y le des esa falta de perdón que cargas y puedas ser libre y sobre todo feliz.
Siempre tienes que recordar que solo no puedes hacer nada, sino que Dios es el que te ayuda a quitar todo lo que hay en tu corazón y así podrás ser feliz.
Cuando tomas la decisión de que Dios quite el rencor de tu vida y haces todo lo que él te mande, entonces es cuando te das cuenta de que el perdonar siempre va a darte muchos beneficios y que lo necesitabas.
Al final el rencor y la falta de perdón siempre va a caer en el corazón y el alma, aunque la agresión haya sido física. Y solo Dios es el que puede sanar esas heridas por mas profundas que sean; aunque a veces queden cicatrices.
Cuando nosotros somos los que ofendemos, la primer parte es reconocer nuestro error ante Dios. Cuando el ya nos perdona, nosotros sentimos paz en nuestro corazón. Cuando logramos esa paz sabemos que fuimos perdonados, entonces podemos pedirle a Dios una oportunidad para reparar el daño. No siempre la persona a quien dañamos está dispuesta a aceptar la reparación, pero nuestro deber es pedir perdón a Dios, tener la paz de Dios y el gozo de Dios, y actuar, tratar de reparar el daño.
Como se mencionó, el tema del perdón es un tema muy complejo. Cuando buscamos reparar un daño hay veces que es sencillo saber que es lo que hicimos y como repararlo, pero no conocemos que hay en el corazón de las personas, no sabemos el rencor o ira que pueden guardar hacia nosotros, y, pero muchas veces necesitamos acercarnos a Dios para que el nos indique como debemos proceder.