El Poder de la Alabanza a Dios (segunda parte)

Transcripción de la prédica del 11 de mayo 2025

En la alabanza se mueve el poder de Dios, en la alabanza hay una esfera especial donde nos conectamos con el Señor, de tal forma que es de gran bendición podernos mover en esa esfera. Hay muchas formas de buscar a Dios, como la Fe y la oración. Otra es la alabanza.

A Dios se le adora en espíritu y verdad. Hay principios bíblicos para poder adorar al Señor, pero lo básico es preguntarle al Señor que es lo que le gusta, lo que Él quiere, no lo que nosotros queremos. Nos puede gustar el jazz o el rap, pero no es lo que a nosotros nos guste, sino lo que a Dios le agrada. Muchas iglesias tienen formas distintas en la alabanza, ¿cuál es la correcta?

¿Quién abordaría un avión sabiendo que el piloto no esta aprobado? ¿a quién le gustaría ser operado por un doctor que no está aprobado? En la alabanza debemos ser aprobados por Dios para saber lo que a Él le agrada. Podemos ver que hay diferentes clases de música cristiana: rock cristiano, metal cristiano, rap cristiano, etc. Nos dejamos guiar no por la aprobación de Dios, sino por lo que esta de moda. Nos dejamos guiar por lo sentimental y emocional, ahí esta el problema con la alabanza.

La alabanza contiene emociones, nos lleva en el Espíritu a alabar y honrar a Dios, pero no quiere decir que la alabanza tenga que ser sentimental o emocional. Hay muchos cantos sentimentales que afectan el corazón de la gente, llevan a la gente incluso a llorar, pero no tienen el poder del Espíritu Santo para transformar el corazón de las personas.

No es lo mismo que la teología pase por nuestra cabeza, la entendamos, la razonemos, a que una nota musical entre directo a nuestra mente y directo la cantemos. La música afecta nuestro cuerpo, el volumen, el ritmo, el género, afecta nuestro estado de ánimo, incluso un solo sonido.

Nosotros alabamos a Dios con cuerpo y alma. En la alabanza muchas veces brincamos, levantamos las manos, las agitamos, nos ponemos de rodillas, etc. Alabamos a Dios con nuestro cuerpo. El problema es que a veces nos salimos del contexto bíblico y queremos llenar la carne antes que al Espíritu. Muchos pueden saber de memoria muchas letras de cantos, pero no conocen la palabra de Dios. ¿cómo vamos a saber si las letras que cantamos alaban a Dios si no conocemos la palabra de Dios? ¿cómo vamos a saber si es el Espíritu Santo el que nos mueve en la carne si no tenemos vida espiritual? ¡Ese es el problema!

No es problema danzar o mover el cuerpo en la alabanza, el problema es cuando lo hacemos en la carne, no en Espíritu. La música invade nuestra mente, invade nuestro corazón, nuestra alma. A veces la música no nos lleva a buscar a Dios, sino a satisfacer nuestra necesidad de la carne.

23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Juan 4:23-24

La primera referencia a la adoración en la Biblia, aparece en el libro de génesis.

5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

Génesis 22:5

La verdadera adoración no tiene que ver con el ritmo musical, tiene que ver con la entrega y sacrificio que hacemos a Dios. Cuando sacrificamos nuestra carne, estamos adorando a Dios.

Hay congregaciones donde la alabanza incluye luces, humo, espectáculo, etc. Pero eso no necesariamente trae la bendición de Dios, quien trae la bendición de Dios es el Espíritu Santo. Eso no quiere decir que este mal la música, o las luces y lo demás, pero el punto esencial es que se debe hacer para la honra y gloria de Dios.

¿Cuál es entonces el instrumento principal de un músico? Cuando el corazón de un músico está en Dios, cualquier instrumento que toque va a ser de edificación y para la gloria y honra de Dios.

Hay una lista de cantos tradicionales que la comunidad cristiana ha aprobado, pero hay también cantos nuevos que no sabemos de donde surgen, quién y por que los cantan. Muchas veces se toma un canto del mundo y se le cambia la letra para llevarlo a la iglesia. Al importar los ritmos del mundo a la iglesia, dejamos entrar a lo mundano, a lo secular. Si hacemos eso la identidad de la iglesia puede perderse. Si todo puede ser cristiano, rock, jazz, metal, etc. ¿que diferencia hay entre el mundo y la iglesia?

Habrá música secular muy bonita, pero no es cristiana. Necesitamos analizar el mensaje y el contenido. Hay cantantes que apoyan el movimiento énico, y cantan igual para iglesias cristianas y católicas, o para el vaticano, o cualquier lugar en donde los llamen. No toman en cuenta la teología, el punto es que los inviten a cantar. Estos movimientos llevan a los cristianos a no depender del poder de Dios y de la alabanza al Señor, mas bien se orientan por modelos económicos. Muchos músicos actualmente ya no tocan para alabar al Señor, y lo hacen por otros motivos, por gusto propio, para que los escuchen, o por que les pagan.

Josafat, rey de Judá recibió una noticia. Tres ejércitos poderosos marchaban hacia ellos, en lugar de entrar en pánico o preparar armas, hizo algo inusual, reunió a toda Judá para orar y ayunar. Josafat tuvo temor al Señor y clamó.

12 ¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.

2 Crónicas 20:12

Josafat no tenía solución, pero confiaba en Dios y Él contestó a través de un levita, dijo “no teman, esta batalla no es de ustedes si no mía” Entonces Josafat organizó a un coro de oradores para ir al frente del ejército. Mientras marchaban entonaban “den gracias a Jehová por que para siempre es su misericordia” y sucedió el milagro. Dios confundió a los enemigos que se destruyeron entre sí. Cuando llegó Judá no quedaba ninguno con vida, solo riquezas y botín.

La alabanza activa el poder de Dios. Nosotros muchas veces en nuestro afán de querer pelear, hablamos, decimos, gritamos, queremos movernos, pero Dios nos dice “tranquilo, yo peleo por ti, solamente alaba me”

Éste pasaje de la Biblia es muy bonito. En ese momento ¿qué habrán pensado del rey al mandar primero a los levitas a alabar? Cuan grande es la voluntad de Dios cuando nosotros en alabanza obedecemos al Señor.

Este pueblo de labios me honra;

Mas su corazón está lejos de mí.

9 Pues en vano me honran,

Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.

Mateo 15:8-9

Alabar no solo es cantar, si no adorar a Dios, verse en el corazón de Dios y hacer su voluntad. Si estamos en la voluntad de Dios y mantenemos nuestra paz, Él pelea por nosotros.

Debemos tener el conocimiento bíblico de cómo debemos alabar a Dios. No hay un cristiano que no alabe a Dios, debemos alabarlo con nuestros hechos, palabras, acciones y actitudes. Tenemos que alabar a Dios por que Él está en nosotros, y si Él esta en nosotros la alabanza brota de manera natural.

21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.

Génesis 4:21

Ésta es la primera referencia en la Biblia en donde se ve que alguien se dedicaba a tocar un instrumento. Desde el punto de vista secular se piensa que la música se inventó en la tierra.

Tenemos que entender como cristianos, que la música de Dios se diferencia de las demás, la música de Dios no es igual a lo que el mundo canta y nos ofrece. La iglesia tiene que rechazar la música que se canta afuera. Hay muchos cantos que se pasan por alabanzas pero que si no las filtramos por la Biblia y si no sabemos si le agrada a Dios, entonces vamos a aceptar todos estos cantos del mundo. Tenemos que reconocer el sonido de Dios, la melodía e instrumentos de Dios.

13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.

Ezequiel 28:13

El verso anterior se refiere al enemigo, y dice que Él era el que tocaba, el que ejecutaba la alabanza. Por eso llego a desear que lo alabaran a él también, quiso igualarse a Dios, quiso la gloria y la alabanza para él. Él inicio la revuelta en el cielo por la música, por la alabanza, por que la quería para él mismo.

Eso mismo pasa en la actualidad. El enemigo quiere que la alabanza sea para él, que los cantos sean para él. Por eso hay que cuidar lo que cantamos, lo que decimos y lo que hacemos, por que no todo lo que se canta es para Dios.

Cuando alababan todas las estrellas del alba,

Y se regocijaban todos los hijos de Dios?

Job 38:7

Antes de la creación ya había alabanza, no sabemos como era, pero ya existía. Debemos aprender a reconocer los sonidos de Dios, de los que son del enemigo, la inspiración divina y la inspiración secular, de la carne.

¿Qué están escuchando nuestros niños? Hay música que aparentemente es secular, pero que alaba al enemigo, hay caricaturas que también lo alaban. Hay música que llevan a nuestros niños y jóvenes a querer vivir de ciertas formas. Si no les enseñamos a amar los cantos, a amar a Dios, ¿que están escuchando? ¿qué los está llenando?

Una persona que solo está escuchando música secular, y no esta escuchando alabanzas, está en peligro de muerte, está muy lejos su corazón de agradar a Dios.

La música tiene un origen eterno y divino, más allá del espacio y del tiempo humano. La presencia que sentimos cuando alabamos lo vamos a experimentar por la eternidad.

16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

1 Tesalonicenses 4:16-17

¿Cómo vamos a reconocer el sonido de la trompeta? Habrá un sonido especial que indicará que es tamos preparados para subir al cielo. Si no estamos preparados, no lo vamos a escuchar. No todos escucharán este sonido, solo los elegidos del Señor. No se va a escuchar con el oído físico, se escuchará en Espíritu.

Hay gente que podrá decir que no escucha a Dios, entonces si no reconocemos la voz del Señor, ¿cómo nos vamos a ir?

27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Juan 10:27-28

Tenemos que escuchar en el ámbito espiritual las cosas del Señor. ¿Nosotros que estamos escuchando? ¿cómo reaccionamos ante lo de Dios y lo secular? Si nos llenamos de la parte secular, nunca vamos a poder ver lo espiritual.

2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano.

Gálatas 3:2-4

Podemos estar horas alabando a Dios en el templo, pero ¿de qué sirve si saliendo pecamos? La verdadera alabanza nos transforma y nos lleva a cambiar, a sujetarnos a Dios y a arrepentirnos, no es solo la emoción del momento.

Cada uno de nosotros somos responsables de lo que escuchamos delante de Dios. Debemos saber escuchar a Dios para reconocer que es lo que a Él le agrada. También somos responsables de lo que escuchan nuestros hijos.

Si tenemos una relación con Dios, sabemos que es lo que le gusta a Dios, pero si no tenemos una relación con Dios el problema es que la música llega al alma, a los sentimientos. El enemigo sabe como llegarnos por medio de la música. No dependemos del pastor o del ministro de alabanza, debemos caminar con Dios y entender de donde viene la intención de nuestro corazón.

Alabar es cantar, es vivirlo, es la expresión, es la actitud, las palabras y los hechos. Jesús viene de Judá, y significa “alabanza”

30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.

Mateo 26:30

¿Conocemos el sonido de Dios? ¿cómo vamos a escuchar la trompeta? Si no obedecemos a Dios, ¿cómo sabremos escuchar? Debemos vivir alabando a Dios todos los días, para que cuando llegue el momento de partir, Él nos lleve, por que tenemos una comunión con Él, en alabanza y en adoración. Busquemos orar, alabar a Dios, leer la Biblia todos los días y estar en su voluntad.

El Ayuno

1 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a […]