El vivir en el Espíritu Santo

Transcripción de la prédica del 1 de septiembre, 2024.

Si en medio de la prédica el Pastor nos dijera que quiere ir a nuestra casa, ¿a cuántos nos gustaría que nos visitara? ¿cuántos de nosotros salimos y dejamos la cama tendida? ¿la casa limpia? ¿los trastes lavados? Muchos de nosotros pensamos que cuando el Espíritu Santo viene a nuestro corazón es como una visita más. No pensamos que esté continuamente con nosotros, sino pensamos que es un visitante que viene cada ocho días en el culto, o en el campamento, o en la actividad de evangelización.

No siempre vivimos en el Espíritu. El vivir en el Espíritu es una constante, es una forma de ser, de vivir, de estar, no es un invitado. El Espíritu Santo quiere vivir en nosotros, pero, ¿estamos preparados para que el Espíritu Santo viva ahí?

El Espíritu Santo es una persona que piensa y siente, es decir a Él le va a doler si nuestro corazón no esta correcto. Lo podemos contristar, lo podemos lastimar, lo podemos ofender, pero Él quiere vivir ahí, no estar solo de visita. Él Espíritu Santo es una forma de vida. Una visita puede ver nuestra parte superficial, pero quien vive en la casa sabe perfectamente las cosas de la casa.

El Espíritu Santo es un fuego precioso, es una bendición hermosa, es algo sublime y maravilloso que habita en el corazón del hombre, es algo divino, es algo sobrenatural. Él no es cualquier invitado, Él es Dios y quiere habitar dentro de cada uno de nosotros. Por eso debemos ir limpiando nuestra mente y nuestro corazón, ir entendiendo lo que es correcto y lo que no es correcto, lo que es sano y lo que no es sano, las cosas que hay que sacar de nuestro corazón para no ofenderle. El Espíritu Santo se va a dar cuenta de todo lo que hay en nuestro corazón, dentro de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Él las conoce todas, Él sabe todo y Él aun así quiere vivir en nuestro corazón.

El Espíritu Santo es una forma de vida, no es un invitado de cada ocho días. En nuestro diario vivir, el Espíritu Santo puede indicarnos cuando algo no es correcto, pero muchas veces no le hacemos caso. Hay gente que no le gustan las visitas por que se darán cuenta de algo que tenemos en la casa. El Espíritu Santo explora nuestros corazones y ve constantemente lo que hay. Cuando hay algo que no le agrada nos lo indica. Pensamientos de enojo, maltrato, agresión, violencia, soberbia, orgullo, altivez, etc. Si no hacemos caso al Espíritu Santo, podemos contristar-lo.

Si hacemos cosas sin consultar al Espíritu Santo, tenemos un gran problema, por que todos en la iglesia ya estamos lavados con la sangre de Cristo, ya fuimos sellados por el Espíritu Santo.

7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Filipenses 2:7-8

63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

Juan 6:63

El Espíritu es el que da vida. Un cristiano que vive en depresión o que se quiere suicidar, ¿tendrá al Espíritu Santo? Si cristiano que encuentra la felicidad en las fiestas, en la droga o en el alcohol, ¿estará el Espíritu Santo en su corazón? Tristemente hay casos de “cristianos” que dicen que asisten a la congregación pero que no pueden dejar los vicios, ¿está el Espíritu Santo con esa persona? ¿en realidad quién dirige? En ese caso hay una lucha difícil, por que si en verdad el Espíritu Santo viviera en ese corazón lo sacaría, no dejaría que esa persona pecara. En este caso la persona está negando al Espíritu Santo, lo está lastimando y está haciendo su voluntad. Es mas fuerte el vicio que lo que diga el Espíritu Santo.

Como en este caso muchas veces cada uno de nosotros lucha contra nuestros propios pecados, algunos será el cigarro, a otros el alcohol, o las mujeres, el orgullo, o el no dejarse, o la altivez… Cada uno de nosotros tenemos algo en nuestro corazón que debemos sacar, y es donde debemos dejar que el Espíritu Santo trabaje, que actúe, que nos dirija.

Jesús mismo se sujetó a la voluntad de Dios haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, para darnos ejemplo que nosotros también, como hijos de Dios, podemos anhelar vivir la vida en el espíritu y andar en ella. Como hijos de Dios podemos andar en esa vida nueva.

6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Filipenses 2:6-8

19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

1 Pedro 1:19

Cualquiera de nosotros, si vamos de visita a alguna casa, y vemos que donde nos van a sentar esta sucio, no estaríamos a gusto. Si nos dan un café, y la taza no esta limpia, o el plato tiene trazas de la comida, ¿usted se sentiría a gusto? Es similar con el Espíritu Santo, pues el vive en nosotros. ¿Tenemos nuestro corazón limpio para que Él este a gusto?

Tenemos que establecer una relación con el Espíritu santo de todos los días, continua, conocerlo, vivir en Él, caminar con Él, pensar en Él, moverse en Él, tomar decisiones en Él, controlarse en Él, esa es la vida del espíritu, andar en el Espíritu Santo.

Jesús resaltó lo espiritual sobre lo material

La naturaleza que tenemos es material, somos carne, somos huesos, somos seres humanos, y a veces el ser humano se justifica diciendo que pecamos por que somos hombres, o que la carne nos ganó. Cristo estuvo en semejanza de hombre, igual que todos nosotros, y no por eso falló.

No es malo querer lo material, pero cuando lo material sobrepasa lo espiritual, es cuando se vuelve un problema. En el pasado hubo corrientes cristianas que pensaban que lo material es malo. Ese pensamiento dejo cosas que no eran correctas. Si Cristo ya estaba por venir, ¿para que estudiar?, ¿para que trabajar? ¿para que esforzarse? En su momento Cristo no vino y la gente no avanzó ni progresó.

23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

Juan 8:23

Esto es muy profundo. Toda la Biblia se entiende por fe, sin fe no se pueden entender las cosas espirituales. Alguna vez se ha puesto a pensar ¿cómo Dios se hizo carne y habitó entre nosotros? Hay quienes no alcanzan a entender como Jesús, que estaba en la eternidad, vino a semejanza de hombre, se humillo hasta la muerte y nos dio salvación. Hay personas que no lo entienden, hay doctrinas que no lo entienden o que lo entienden a su conveniencia. Hay doctrinas que predican que Dios tomó semejanza de hombre, pero como seguía siendo verdadero Dios no sufrió en la cruz, no le dolieron ni los golpes ni el maltrato. Dios tuvo dos naturalezas, la humana y la divina, y las dos estaban en función cuando Él estuvo en la tierra.

La naturaleza de Dios siempre fue espiritual, pero Él tuvo que tomar un cuerpo material para pagar el precio de nuestros pecados. Cuando Él vino no nació de voluntad humana, ni de carne ni de sangre. Jesús no nació de una voluntad de José y María, sino que por obra del Espíritu Santo sobre ella, nació el Señor Jesús, sin que ella hubiera tenido relaciones sexuales con José. Ésto es algo sobrenatural, algo espiritual que ocurrió en esta tierra. Lo sobrenatural sobrepasa lo material. Lo espiritual siempre es primero que lo material.

Lo anterior es repetitivo, pero es que no muchas veces es fácil de entender. Antes que esta creación hubo otra creación. El mundo espiritual es mas real que lo que vemos con nuestros ojos, porque nuestros ojos son materiales.

13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. 15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. 19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

Ezequiel 28:13-19

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.

Isaías 14:12-15

7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Apocalipsis 12:7-9

2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Génesis 1:2

Para los cristianos, los versículos anteriores son una historia real, que pasó, pero para muchos otros es una alegoría, una figura literaria, y piensan que satanás no existe.

La Biblia dice que si existe este ser malvado que quiso ser mar grande que Dios y que convenció a muchos de los ángeles, y este junto con los ángeles que les siguieron cayeron a la tierra, y son lo que conocemos como demonios. Estos seres están en este mundo y hacen caer a los cristianos. Mucha gente no lo quiere creer, pero hay un mundo espiritual. Los demonios incitan a la gente a hacer el mal.

En el templo hay seres espirituales entre las personas ministrando, influenciando a las personas donde se predique la palabra del Señor, pero también en otro tipo de lugares, como cantinas, lugares de perdición, conciertos, etc hay otro tipo de seres influenciando a la gente para pecar. Existe un mundo espiritual.

El mundo espiritual es mas real que nuestros ojos. A veces no lo entendemos por que no discernimos espiritualmente. Vemos las cosas desde otra perspectiva. Para los que estudiamos y exponemos la palabra, sabemos que siempre debemos hablar hasta que el Espíritu Santo nos de la palabra, tenemos que estar ciertos y seguros que somos asesorados por el Espíritu Santo para poder dar la palabra de Dios, lo que Él quiere, no lo que nosotros queremos.

36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.

Juan 18:36

Jesús dice “Mi reino no es de este mundo” el reino de Jesús es un reino espiritual, algo sobrenatural, algo que sobrepasa la materia, algo glorioso que sobrepasa que el hombre no quiere entender.

Hay quien piensa que para que sujetarse a la palabra, si cuando nos muramos, nos morimos y ya. Pero la vida no se acaba en lo material. Cuando se acaba el cuerpo material, daremos cuentas al Señor del reino, el que controla este mundo y el de arriba.

Satanás no pudo, nunca ha podido ni podrá vencer al Señor, por que el poder de Dios es mas grande que el de él, Dios es creador, él es creación. Cuando decimos que el enemigo nos tentó y caímos, es cierto que la carne es débil, pero el poder de Dios es mucho mas grande. Si nos sujetamos al Espíritu Santo, Él nos va a guardar y no nos va a dejar pecar.

Si pecamos continuamente y conscientemente eso tiene un precio, de acuerdo a la Biblia. El que conoce al Señor y peca deliberadamente, tendrá juicio. Debemos cuidar nuestra salvación con temor. Debemos portarnos como hijos de Dios, vivir y andar en el Espíritu Santo.

30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

Juan 14:30

¡Si existe! ?¡Si es real, pero Dios es mas grande! El enemigo nos va a tentar por todos los medios materiales humanos posibles. Lo que él no quiere es que hagamos la voluntad de Dios.

Desear las cosas materiales no esta mal, pero de eso a cambiarlo por la gloria del Señor ¡Jamás! No vale la pena.

26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

Mateo16:26-27

16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Juan 17:16

Nosotros estamos en este mundo físico y material, pero no pertenecemos a este mundo. Si entendemos esto, nuestra vida va a cambiar, la forma de ver la vida será diferente. Si tenemos una ciudadanía en el cielo y una identidad en Cristo, nuestra vida cambia. Todo lo material que podamos acumular se quedará aquí, pero lo importante es hacer tesoros en el cielo, cuando pongamos lo espiritual, sobre lo material.

Sin embargo, esto puede ser riesgoso. A veces escuchamos lo que nos conviene y si “el pastor dijo que lo importante no es lo material”, entonces pues ¿para que trabajamos? No se trata de esto, no se trata de entender lo que nos conviene y ser irresponsables. Debemos cumplir con nuestras obligaciones, pero siempre dando la gloria al Señor por nuestros bienes.

36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?

Marcos 4:36-41

En el relato Bíblico de Moisés encontramos muchos elementos sobrenaturales. Moisés ve una zarza arder, pero que no se consumía. Dios le dijo “Ve y recata a mi pueblo”, algo no creíble, pues Moisés sabía quienes eran los egipcios, sabía el poder y el ejército que tenían. Moisés había huido de Egipto por que había matado a un egipcio, el era un asesino. Siendo el príncipe de Egipto, él tenía todo, pero ahora el cuidaba las ovejas de su suegro. En medio de todo esto Dios lo llama y le pide que rescate a su pueblo. Moisés dijo que no podía, por muchos motivos, por que él veía con los ojos materiales, pero Dios veía lo que había dentro de él, el ve lo sobrenatural y usa a Moisés para sacar a su pueblo de Egipto.

Lo que nuestros ojos no ven, Dios si lo mira. El ve nuestras capacidades, talentos, habilidades, que Él ha puesto sobre nosotros. Lo importante es vivir la vida del Espíritu para que despertemos, para que nos demos cuenta que Dios quiere usar nuestras vidas, que tiene un propósito para nosotros. Dios en lo sobrenatural va a hacer lo que nosotros no podemos ver. Dios nos capacita y nos da los medios y las herramientas necesarias para hacer las cosas, siempre y cuando aprendamos a vivir en el Espíritu de Dios y nos sujetemos a Él.

Así como Dios puso la vara a Moisés para que la mostrara convertirse en serpiente a Faraón, Dios nos pondrá la vara en nuestra mano para que hagamos lo que Él quiere que hagamos, sólo tenemos que ir y hacerlo, caminar en el Espíritu. Una persona que tiene vida, camina, anda, se mueve. Una persona que no tiene vida, ya no puede hacer ninguna función. Cuando dejamos de orar, de leer la palabra, de ayunar, de buscar la presencia de Dios en la iglesia o buscar una vida en Dios, entonces si nos va a pesar dar el paso de fe, por que no estamos llenos de Dios. Pero si tenemos a Dios en nuestras vidas de forma constante en el Espíritu, las cosas se dan.

Es posible que lleguemos al culto y sintamos la presencia de Dios, alabamos y sentimos al Espíritu Santo, el pastor habla y sentimos como recibimos la palabra de Dios, pero en cuanto salimos del templo seguimos pecando, ¿por qué? Los que ya conocemos al Señor somos los que vamos a la iglesia a buscarlo, pero ¿por qué seguimos sin hacer la voluntad de Dios? De hecho esa fue la pregunta que dio pie a la serie de temas, como el presente, sobre “La Mente de Cristo” Necesitamos venir a la iglesia, conocer al Señor, no solo de forma teológica, sino de forma práctica, y aplicarlo en nuestras vidas.

Escuchar la voz del Espíritu Santo es contundente, es un llamado de Dios, cuando Él nos habla diariamente es maravilloso, el nos libra de peligros, nos cuida, pero también nos enseña, nos disciplina, nos capacita y nos instruye por que es una persona que habita en nuestro corazón.

Hay cristianos que no creen en realidad que Dios habla, a cada uno de nosotros. Pero si no lo escuchamos, lo tenemos de visita cada semana, difícilmente va a convencernos, va a hacernos sentir lo que Él quiere que sintamos. Este es problema de muchas iglesias, como se menciona en el libro del Apocalipsis, tienen nombre de que viven, pero realmente están muertas. La gente recibe show, espectáculo, un buen momento por que les hablan “bonito”, pero realmente esas personas no tienen un cambio en sus corazones por que el Espíritu Santo no los puede tocar, no por que Él no quiera, sino por que ellos se han alejado de Dios.

1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:

Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Apocalipsis 3:1

20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Apocalipsis 3:20

El mudo actual vive en un caos, en una apatía terrible, una situación difícil, una ideología apabullante, vemos golpe tras golpe, vivimos en violencia constante, en la calle, en el transporte, es una lucha constante. Es una terrible situación que vivimos de violencia, de agresión, de tantas cosas de ver la vida como el mundo la ve. La gente está mas interesada en lo materia que en lo espiritual. Hay personas que prefieren delinquir y vivir bien, a vivir en miseria. La gente quiere lo material, por que así se sienten mejor. El niño, el joven crece con ésta mentalidad material, que quiere conseguir las cosas a costa de lo que sea.

36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?

Marcos 4:36-41

En éste versículo, en la voz de Dios lo sobrenatural domina sobre lo material. Él tiene el control sobre todas las cosas. Cuando los discípulos se sentían perdidos, sin esperanza, pero el Señor los rescata. El Señor no va a llegar antes ni después de la prueba, llegará en Su momento. Si Dios quiere algo para nosotros, Él nos lo dará en su tiempo.

32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 6:32-34

22 Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. 23 Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, 24 mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. 25 A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. 26 Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:

—¡Es un fantasma!

27 Pero Jesús les habló, diciéndoles:

—¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!

28 Entonces Pedro le respondió:

—Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.

29 —Ven —dijo Jesús.

Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. 30 Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:

—¡Sálvame, Señor!

31 Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:

—¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?

32 En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:

—¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!

Mateo 14:22-33

En el versículo anterior también vemos el poder del Señor de lo sobrenatural sobre lo material. Gloria a Dios por que Él camina sobre el mar. Podríamos decir, “El lo hace por que es Dios”, pero Pedro también caminó sobre el mar. Un ser, un hombre material, un ser como cualquiera de nosotros con defectos y virtudes, pero envuelto en el Espíritu Santo y en la vida de Dios, hizo lo sobrenatural, caminó sobre el mar. No sabemos cuanto caminó, en un momento le falto fe y fue cuando se comenzó a hundir. Mientras tengamos fe en Dios, nuestra mirada esté puesta en Cristo y tengamos la vida en el Espíritu, no hay poder humano que nos pueda detener.

¡No hay poder humano ni diabólico que nos puede detener cuando Dios está con nosotros! Ni principados ni potestades, habrá hombres que quieran matarnos, hablar en contra de nosotros, pero mientras Dios esté cono nosotros, nada ni nadie nos podrá detener de servir al Señor. Si tenemos la fe, podremos mover montañas, podremos ver la gloria de Dios. Pero tenemos que aprender a vivir conforme a la voluntad de Dios.

Tenemos que levantarnos, luchar, esforzarnos en la vida del Espíritu para poder cumplir lo que Dios quiere en cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros tenemos una labor en la obra de Dios, cada uno tendrá un lugar especial en donde Dios nos ponga. Si Él nos pone en algún trabajo Dios nos va a usar en es lugar. Si Dios nos levanta como pastor, predicador, maestro, diácono, va a ser para la gloria de Dios, pero tenemos que comenzar a vivir la vida en el Espíritu para despertar la voluntad de Dios en nosotros. Dios sabe cuantos pastores hay entre la congregación, cuantos maestros, cuantos ministros de alabanza. Los líderes actuales no estarán por siempre y la iglesia requiere gente preparada.

Ninguno somos mejores que los otros, pero mientras tengamos vida, tenemos que hacer la voluntad de Dios. Esta voluntad en el Espíritu Santo nos lleva a seguir, a luchar, a esforzarnos, a pesar de la prueba, a seguir al Señor, a seguir su llamado, a permanecer, a mantenernos. No es fácil ser líder y tener los ojos de la congregación encima, pero el poder de Dios es sobrenatural sobre nosotros y nos ayudará a hacer la tarea que Él nos encomiende. Tenemos que desperar, ya somos salvos, ya nos congregamos, ya nos bautizamos, tenemos que preguntarnos, ¿qué sigue? Buscar un ministerio, servir, ¿hacia donde ir?

Si el Señor viniera y nos dijera, “quiero que vengas Conmigo” ¿estamos listos? ¿nuestra casa esta lista? ¿Ya perdonamos a nuestros hermanos? ¿ya dejamos la soberbia? ¿podremos subir al cielo? Aquí estamos hoy y aquí esta el Señor, ¿podremos irnos hoy?

A SU PASO JESUCRISTO DONDE IBA EL

MUNDO MATERIAL ERA CONMOVIDO

Y TRANSFORMADO POR LO ESPIRITUAL.

Es tiempo que nosotros, como iglesia, comencemos a vivir esta vida del Señor. El Señor pudo dar testimonio, a donde iba las cosas sucedían. Los ciegos eran sanados, los cojos levantados, los pecadores se arrepentían, los demonios huían. Imaginemos una iglesia que se levante en ese poder de Dios, imagínese usted, que cuando hable la palabra llegue al corazón de los hombres y los demonios tiemblen. Que cuando vayamos en el camino la gente diga “ahí va un hijo de Dios”, tanto en el mundo material como en el mundo espiritual, no por fama, sino por que hablemos la palabra de Dios, estando en Dios, dando la gloria a Dios. Satanas mismo sabe quién esta en Dios y quien no, y la gente puede percibirlo.