Omnipotencia
Atributo natural por el cual Dios puede hacer de manera independiente, absoluta e ilimitada, todas las cosas posibles e imposibles, todas ellas de acuerdo con su naturaleza perfecta, es decir, Dios ha puesto límites a los hombres, de ahí que las cosas que haga en relación con el hombre están sujetas a su propia palabra y naturaleza santa
17 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
Génesis 17:1
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Génesis 1:1
Hay cosas que a veces de jóvenes pensamos, ¿Dios puede hacer un círculo cuadrado? Si podría, pero no tiene necesidad. Dios todo lo que hace tiene un propósito, tiene un fin. Por ejemplo, Dios no hizo el pecado, el pecado se genera. Cuando leemos la Biblia vemos que Dios le dio todo a Lucifer, era hermoso, poderoso, tenía un santuario a su cargo. Éste Al verse de esa manera, generó arrogancia, codicia, envida, y comienza a pensar, “si soy muy potente, ¿por que no me adoran?, ¿Por que sólo adoran a Jesús?” Entonces generó el pecado. El pecado no se crea, se genera en el corazón, tanto de los ángeles como en el hombre. Como un niño cuando ve un juguete que no es suyo, quiere el juguete, envidia el juguete, puede incluso golpear al otro niño o al juguete por que no lo tiene. Sus padres no le enseñaron este comportamiento, el pecado se genera.
Constantemente estamos escuchando esa voz que dice: pégale, oféndete, no te dejes, todos te ven feo, ¿por qué vas a perdonar?, ahora quítale esto, etc. El enemigo está constantemente repitiendo esas voces, pero nosotros, ya como cristianos, conscientes del pecado y con el conocimiento de Dios, también tenemos voz. El enemigo tiene ya su paga por el pecado, por ofender a Jesucristo en la eternidad, por venir a tentarnos, por provocarnos, pero nosotros también tendremos castigo por generar maldad o por escucharlo. Dios no creó el pecado, el pecado se genera, lo generó en un inicio Lucifer y luego se encargó de reproducirlo con todos los ángeles y aún lo sigue haciendo con los hombres.
En el huerto del Eden, él le dijo a Eva, “¿Conque os ha dicho, no comáis de todo árbol del huerto? ¡primera mentira! Sólo era uno del cual no podían comer. Adán y Eva fueron llevados al pecado por el enemigo, pero no todos los pecados son incitados por el enemigo, muchas veces nosotros nos seguimos a nosotros mismos.
Entonces, ¿Dios puede hacer todo?, Sí, pero todo lo que Dios hace tiene lógica y tiene sentido. ¿Por qué abrió el mar rojo? Por que tenía que salvar a su pueblo. ¿Podría abrir el rio Bravo para que pasen los migrantes? Si podría abrirlo, pero no sería una situación de acuerdo a su carácter, por que entonces -provocaría un conflicto. Hay muchas cosas que en nuestra mente no podemos entender porque pasan, pero en Dios todas las cosas tienen un propósito.
Dios todo lo puede, pero debe haber un propósito. El enemigo se encarga de que, cuando Dios crea algo, le llena la cabeza a los hombres de maldad y lo transforma para el mal. El fuego es bueno, el hombre pudo cocinar sus alimentos, pero también lo utiliza para quemar casas. En muchas ocasiones el hombre, influenciado por el enemigo, transforma o transtorna lo que Dios ha hecho. Lo que Dios ha hecho bendición nosotros lo transformamos en maldición.
Omnipresencia
Atributo natural por el cual Dios está presente en todas partes visibles e invisibles, de manera constante, potencial y esencial, sin restricción alguna.
Dios está en todos lados, incluso en los lugares donde la gente peca, por que Él lo abarca todo. A cada uno de nosotros Dios nos justifica o nos condena con justo juicio. Dios está presente en todos lados, en algunos lugares para bendición, en otros para juicio.
13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
Génesis 6:13
El mundo de Noé era pequeño, pero el Señor habla de todo el mundo, y el diluvio fue en todo el mundo. En muchas culturas alrededor del mundo se habla de un diluvio. Noé no sabía que era un diluvio, ni una lluvia de esa magnitud, ni un arca, pero aun así le creyó a Dios y obedeció.
139 Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
4 Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
5 Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender.
7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Y habitare en el extremo del mar,
10 Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.
11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
12 Aun las tinieblas no encubren de ti,
Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumero, se multiplican más que la arena;
Despierto, y aún estoy contigo.
19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío;
Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti;
Tus enemigos toman en vano tu nombre.
21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen,
Y me enardezco contra tus enemigos?
22 Los aborrezco por completo;
Los tengo por enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
Salmos 139
Eternidad
Atributo natural por el cual Dios existe por Sí mismo sin principio ni fin, de manera constante.
33 Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno.
Génesis 21:33
27 El eterno Dios es tu refugio,
Y acá abajo los brazos eternos;
Él echó de delante de ti al enemigo,
Y dijo: Destruye.
Deuteronomio 33:27
90 Señor, tú nos has sido refugio
De generación en generación.
2 Antes que naciesen los montes
Y formases la tierra y el mundo,
Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Salmos 90:1-2
Nuestra mente humana puede concebir que algo no tenga fin, pero no puede concebir que algo no tenga un principio. Nuestra mente esta diseñada así, nuestro pensamiento concibe que todo tenga un principio y un probable fin. Por fe debemos creer que Dios es eterno, no tuvo un principio y no tendrá un fin. De hecho podemos comprender que nosotros como humanos tuvimos un principio, pero no tendremos fin, ya sea que estemos en el reino de los cielos para siempre, o que estemos en el castigo eterno para siempre. Los ángeles también tuvieron un principio. La creación que podemos ver, y la que no podemos ver también tuvo un principio. El único que no tiene un principio es nuestro Dios eterno.
El único que no tuvo un principio nuestro Dios eterno.
29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Deuteronomio 29:29
INMUTABILIDAD
Atributo natural por el cual Dios siempre es el mismo, en esencia, en carácter y en actuar.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Santiago1:17
6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Malaquías 3:6
27 Pero tú eres el mismo,
Y tus años no se acabarán.
Salmos 102:27
8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Hebreos 13:8
Dios no cambia, nosotros si cambiamos, podemos amar a alguien, pero con el tiempo ese amor puede cambiar, pero Dios no cambia, y nos sigue amando igual. Si Dios cambiara probablemente ya no estaríamos aquí. ¿cuántos de nosotros hemos hecho enojar al Señor? Después de habernos perdonado incontables veces, ya nos hubiera consumido. Podemos confiar plenamente en el Señor y jamás nos va a defraudar, ni traicionar ni decepcionar. A Dios, Lucifer lo traicionó, muchos ángeles lo traicionaron, Judas lo traicionó, pero el permanece fiel.