Transcripción de la enseñanza impartida el 29 de mayo 2024
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
Romanos 5
Somos justificados por la fe, pero ¿por qué sería necesaria una justificación? Si cometemos una falta, necesitamos que alguien nos justifique ante una autoridad. Nosotros somos los que cometimos una conducta inadecuada, somos pecadores. Cristo Jesús viene a morir en la cruz, y eso nos da fe, fe en nuestro Señor, entonces Jesucristo nos justifica ante el Padre. Todos debemos reconciliarnos con Dios, a través de Jesús, no hay otra manera.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6
Debemos admitir que somos pecadores y que necesitamos a alguien que nos justifique, que es Jesús, con su sacrificio en la cruz.
Romanos 5 nos dice que somos justificados por la fe, y eso nos da algo muy bonito, paz para con Dios. El tener paz con Dios nos habla de una relación, de un perdón, de una adopción.
¿Qué es la justificación?
La justificación es un término que se encuentra en la Biblia y se refiere a la acción de Dios de declarar a una persona como justa ante sus ojos.
Es un acto puntual en el cual el creador del mundo, en su capacidad de juez, declara que somos aceptables y dignos de estar en su presencia.
La justificación nos da esas dos bendiciones. Primero nos presenta como una persona diferente ante el Padre, y trae como consecuencia que Cristo, el juez de todo, nos dice que somos aceptos o aceptados y dignos para estar en la presencia de Dios, lo que en nosotros genera una relación con Dios. Alguien que no haya recibido a Jesús en su corazón, no puede tener una relación con Dios, al menos no como hijo.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Juan 1:11-12
Legalmente, al ser hijo, somos justificados con el Padre. El Padre nos va a recibir por que Cristo Jesús nos presenta como sus hijos.
Sólo puede ser a través de Jesucristo, no hay otra manera, por que solo Jesús murió en la cruz, por todos nosotros, por que pecamos y eramos enemigos de Dios. A través de ese sacrificio en la cruz, nos toma, nos adopta y nos presenta como sus hijos, nos quita el pecado, nos limpia de una forma legal.
En el reino espiritual hay reglas y leyes bien determinantes. Si se quiere ir al cielo, debe ser a través d ella sangre, por que sin el derramamiento de sangre, no hay perdón de los pecados, pero solo un santo puede pagar esa sangre, que fue Jesús. No hay otra manera, no hay sobornos. En la Fe es cuando esa sangre nos limpia de todo pecado, en esa resurrección somos adoptados como hijos y presentados al Padre justificados. En este proceso legal, Cristo Jesús pagó la multa, y nos sacó de la esclavitud del pecado y nos dio una nueva vida, para ser presentados al Padre, como hijos de Dios.
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Romanos 5:18
Sólo por uno, por Jesús. Lamentablemente, nosotros como Cristianos que leemos la palabra, en ocasiones tenemos conflictos con personas de otras religiones: Es que hay un purgatorio, a través de una misa, con que te bautices por Él, te puedes bautizar con los muertos. Pero la Biblia es clara, cuando yo estoy vivo, deposito mi Fe en Cristo Jesús, y el me hace hijo y me justifica en el perdón. Si hubiera otra manera, en vano murió el Señor Jesús. Todos tenemos la bendición, la oportunidad, la dicha, en esta tierra, en esta vida y en este momento de que Cristo nos justifique de todo lo que hayamos hecho. El Señor todo nos perdona, pero tenemos que poner nuestra Fe en Él y tener arrepentimiento verdadero, es decir, pedir perdón, reconocer a Dios y no volverlo a hacer.
Si somos justos para con Dios, es lo mas fácil, no nos pide que revivamos al muerto y pidamos perdón, no nos pide que paguemos todo lo que hemos robado, no nos pide que reparemos la vida de los que hemos dañado. Te pide que creamos en Él y Él se encarga de reparar nuestro pasado, corregir nuestro presente y darnos un mejor futuro. Si se puede, la pregunta es ¿Quieres?
Hermano, muérase en la carne y viva para Cristo. Deje el enojo, la ira, el pleito, el mentir, el engaño, el robo, la indiferencia, la depresión, la amargura, la tristeza, y deposita tu Fe en Cristo, entonces tendrás paz. Solamente pon tu Fe en Cristo, y tendrás paz. Pero la Fe no es solo decir “Yo creo”, es la convicción de saber que Dios está ahí, es la convicción de escuchar a Dios y hacer su voluntad, que nos revele su palabra, esa es la verdadera Fe, no solo saber que existe. Muchos creen que hay un Dios, llámese como se llame. Pero la Fe en Cristo es someterte al Señor, por que el es el Señor y es tu Dios.
Justificación, puntos importantes
Fe
La justificación se produce cuando una persona coloca su fe en Jesucristo y acepta su muerte y resurrección como la única forma de salvación.
Como cristianos aceptamos que Cristo murió, pero que también resucitó. La cruz nos recuerda el sacrificio, pero la gloria de Dios está en su resurrección, en que Él se manifiesta el día de hoy, en que Él está a la diestra del Padre. El no se quedó en la cruz, el vive. Pongamos nuestra Fe en Jesucristo, en su muerte y resurrección como la única forma de Salvación, no hay otra.
Gracia
No se basa en las obras o los méritos de una persona, sino en la gracia de Dios a través de Cristo.
¿Cuánto podría costar la salvación? No podríamos pagarla. Dios nos dio a Su Hijo para nuestra salvación, y aun así mucha gente lo niega, lo rechaza, lo ofende, incluso nosotros como cristianos lo negamos, si no de palabra, con hechos. La gracia es ese favor que nos da Dios, no hay manera de retribuirle a Dios. Nos esforzamos, le servimos por amor y gratitud, no por ganar la salvación.
La gracia es ese favor que no merecíamos, pero que Dios nos quiso dar por amor. Fe y gracia se requieren para ser salvos.
Comunión
Es un acto puntual en el cual Dios declara que somos aceptables y dignos de estar delante de su presencia y tener comunión con ÉL.
Esa bendita justificación es lo que nos permite decirle Padre, es lo que nos permite decirle Señor, es lo que nos permite decirle amigo. De otra manera el es Dios y nosotros somos sus criaturas. No hay otra manera de tener una comunión con Él. Lo que nos permite esa comunión, es que nos justificó y nos hizo hijos. No podemos perder de vista que cuando somos justificados no debemos olvidarnos de Dios, todo lo contrario, debemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia, mantenernos cerca de ese trono de gracia. A veces anteponemos el dinero, el trabajo, el egoísmo, el orgullo, la soberbia, mientras Él esta ahí esperándonos. Aprovechemos que tenemos a nuestro Padre. Dejemos que Él nos ame, nos consienta, pero también que nos corrija, nos dirija, nos hable, nos perfeccione, que Él sea un padre que hoy tenemos por la adopción y la justificación.
Salvación
La justificación es un aspecto clave de la salvación. La Biblia enseña que la salvación es un regalo de Dios que se recibe por la fe en Jesucristo. Cuando una persona se arrepiente de sus pecados y pone su fe en Cristo, se produce la justificación y se declara justa ante Dios.
La justificación es la base de la salvación y es el primer paso en el camino hacia la santidad y la vida eterna
No hay justo, ni aun uno;
No hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Romanos 3:10-12
En el libro de Hechos 10 se habla de Cornelio, un romano que era bueno con el pueblo del Señor, les puso una sinagoga, los cuidaba, hacia ofrendas, etc. Dios al ver que era bueno, le dice a Pedro: “Pedro, es necesario que vayas y le hables de mi, para que el sea salvo”
Hay gente que decimos que es buena persona, y Dios te puede dar un lugar, pero no es así. El hecho de ser buena persona no nos lleva al cielo, lo único que nos lleva al cielo es Jesús. A esas buenas personas Dios si les acerca la palabra, si se manifiesta en sus vidas, si son alguien especial para Dios como para hablarles, pedirles que se acerquen a Él, que lo conozcan, que lo reciban, para que entren al reino de los cielos. Pero ser buena persona no salva, el único que salva es Jesús. En este contexto, si hay gente que es buena, pero necesitan a Cristo como salvador.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2 Corintios 5:20-21
Lo anterior resume todo lo que aquí se ha tratado. Dios quiere reconciliarse con todos los seres humanos. No con una raza, grupo o género. Y nosotros como cristianos estamos para seguir trayendo-los a Dios, “rogamos en nombre de Cristo: reconciliaos con Dios” Es el mensaje que debemos dar a la gente, reconcíliate con Dios, Cristo vive, es la solución a todo, pero tienes que reconciliarte con Dios. Que ese sacrificio de Jesús valga la pena. Ya valió la pena en mi, ya valió la pena en mi familia, ahora que también valga la pena en los demás. Esto no quiere decir que Cristo nos necesite para que su sacrificio valga, el sacrificio de Cristo vale, aunque nosotros no lo queramos. Pero en nosotros se hizo una realidad, en parte de nuestra familia ya se ha hecho una realidad, ahora hagamos, a través de la predicación, a través de nuestro testimonio y la Fe, guiada por las oraciones, que también valga para nuestros familiares in-conversos, valga para nuestros compañeros, valga para la gente de afuera, ahí debemos llegar nosotros, a que la gente se reconcilie con Dios, por que ese fue el fin de Dios, reconciliarnos con el Padre, para que fuésemos justificados delante de Dios.
Justificación y salvación
- La justificación es un aspecto clave de la salvación.
- Cuando una persona se arrepiente de sus pecados y pone su fe en Cristo, se produce la justificación y se declara justa ante Dios.
- Es el primer paso en el camino hacia la santidad y la vida eterna.
Justificación, trascendencia
La justificación es un regalo de Dios que se recibe por la Fe en Jesucristo, y es esencial para nuestra relación con Él y nuestra esperanza de vida eterna.
La justificación también implica una reconciliación con Dios. A través de la muerte y resurrección de Jesús, somos reconciliados con Dios y restaurados a una relación íntima con él. Ya no somos enemigos de Dios, sino hijos adoptados en su familia. Esto nos da una esperanza y una paz que trasciende cualquier circunstancia o dificultad que enfrentemos en la vida.
Esto es importante porque gozamos de esta relación con Dios. Algo maravilloso de Dios es su fidelidad. Como seres humanos, nuestra fidelidad es condicional. Podemos serle fiel a nuestro trabajo, pero cuando dejamos ese trabajo, dejamos de ser fieles. Algunas veces podemos expresar fidelidad a una persona, y terminamos casándonos con otra. Nuestra fidelidad, como seres humanos es subjetiva t relativa, y se cambia a conveniencia. En Dios ésto no pasa, si Dios nos dice “Te amo y eres mi hijo”, el nos ama y se acabó. Si pecamos el nos está esperando a que nos arrepintamos y regresemos, el nos quiere perdonar, el nos quiere restaurar, solo tenemos que arrepentirnos y regresar, Dios es fiel. Podemos enojarnos con Dios, y el sigue ahí con nosotros, en nuestros pecados, en nuestras equivocaciones, en nuestra maldad, en nuestro enojo, ahí está Dios esperando a que volvamos a Él. Dios es fiel, nunca dudemos de esta relación con Dios.
El enemigo siempre querrá engañarnos: “¿Ya pecaste? Ummm, el no te va a perdonar, Dios es el salvador, pero no es un lavadero, ya no te va a querer, ¿qué clase de hijo eres?” y ahí esta diciéndonos mentiras. Mientras Dios esta ahí, esperando a que nos acerquemos y le preguntemos a Él, viéndonos pecar mientras espera a que regresemos a Él.
Efectivamente, mientras pecamos, Él esta ahí, viéndonos, para el que le guste pecar, esta se una terrible noticia para el que le gusta pecar, así que tengamos temor a Dios y la fidelidad de Dios será algo maravilloso para nosotros.
Así que aprovechemos esa relación que tenemos con Dios como hijos, si adoptados, pero aprovechemos esa relación.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Efesios 2:8-10
Nadie puede ganar ni comprarse la salvación, por gracia somos salvos. Es un regalo de Dios. Pero al ser salvos, reflejamos el carácter de Cristo, y entonces, por que somos hechura suya, tenemos el carácter de Cristo, creados en Cristo Jesús para buenas obras. Entonces ¿El cristiano debe tener buenas obras? Si, si es verdadero cristiano, por que tiene el carácter de Cristo, entonces refleja el amor, la palabra honesta, la integridad, los valores, la fraternidad, la ayuda, el respeto… reflejamos el carácter de Cristo y entonces andamos en esas buenas obras. No es al revés, no decimos “Señor, ya me porté bien, ya hice buenas obras, entonces ya me gané el cielo” Ni por obras, ni por dinero, ni por ofrendas, ni por diezmos, sólo por Cristo, en la Fe, pero al ser cristianos, hacemos buenas obras.
En toda situación, el cristiano debe preguntarse ¿Qué haría Jesús en mi lugar? Entonces actuamos con base al carácter de Cristo.
sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Gálatas 2:16
Para los cristianos no judíos, no se trata de Judaizar a la iglesia, no se trata de adoptar costumbres y leyes que corresponden a otra cultura. El cristiano debe apegarse a la fe en Cristo, no a las obras de la ley, por que por las obras de la ley, nadie es justificado.