La salvación

Transcripción del tema impartido el 28 de febrero 2024

La salvación no es un proceso. La salvación es una promesa que Dios nos da, y que nos da cuando tenemos fe, creemos en su palabra, confesamos que hemos pecado y nos arrepentimos delante de Él. Entonces, cuando nos arrepentimos de todos nuestros pecados y reconocemos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, entonces somo salvos.

¿Se pierde la salvación? A la luz de la Biblia podemos ver que la salvación, además de ser un regalo del Señor, es una promesa.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Efesios 2:8-10

Cuando creemos y recibimos a Cristo, entonces somos salvos. Cabe aclarar que el recibir a Cristo se refiere a reconocerlo como nuestro Salvador, por que en un tema espiritual, El es quien, por su misericordia, nos recibe como hijos y nos otorga por gracia la salvación. Por eso le llamamos el nuevo nacimiento, de acuerdo a los evangelios, creemos y nacemos de nuevo.

Cuando decimos que nacemos de nuevo, nacemos en el alma y en el espíritu.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

Juan 3:3-7

Cuando nacemos en el espíritu, Dios nos encuentra, nosotros nos encontramos con Dios y somos transformados. La manera en la cual vivíamos, la dejamos de vivir. Lo que amábamos del mundo, pecados, deseos carnales, cosas que ofenden a Dios y a nuestros semejantes, lo dejamos de hacer. Ésto no es por una obligación o una imposición, es por que perdemos el amor y la pasión por esas cosas que hacen daño a nuestra persona, o que lastiman a alguien mas, por eso es que somos transformados. Al encontrarnos con Dios, lo amamos tanto, que dejamos de hacer esas cosas. Obviamente el nos da la fortalezas para poder hacerlo.

¿Podemos dejar el pecado atrás sin la ayuda de Dios? Si pudiéramos hacerlo no necesitaríamos un salvador. Si pudiéramos dejar el pecado por nosotros mismos, nuestras buenas obras nos llevarían al cielo.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Filipenses 4:13

Si no tuviéramos a Cristo, no podríamos dejar de pecar, por que pecamos por gusto. Cristo es nuestro Salvador, pero no solo eso, también es nuestro Señor, por que el determina las cosas que podemos hacer y las que no. Por nuestra humanidad, podemos pensar que muchas cosas no son malas, pero cuando somos transformados Dios nos revela por que ciertas cosas si son malas y por que lo estamos ofendiendo. Cuando reconocemos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, entonces aceptamos lo que Dios nos indica y dejamos el pecado de lado, con su ayuda.

La salvación entonces es un hecho, eres salvo o no eres salvo, y se vuelve una promesa. Cuando recibimos la promesa debemos creer. Aquí el sentido de la palabra “creer” no es solo un conocimiento o entendimiento humano. El sentido que se le da a la palabra “creer” es como se entiende en la Biblia, y significa: Andar, ser y hacer, que en éste caso es un entendimiento con conocimiento y un andar conforme a lo que nos pide el Señor.

El creer en Dios no solo es saber que existe, no solo es creer que Él hizo los cielos y la tierra, no solo es aceptar que el murió en una cruz por nuestros pecados. El creer en Dios es hacer lo que el demanda y vivir como El lo pide. Como se veía en Efesios 2:8-10, “no por obras, para que nadie se gloríe” es decir, hagamos lo que hagamos (obras) no nos va a llevar a la salvación, sino la fe, el creer, el andar, el vivir como pide Cristo “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras“ entonces las buenas obras son consecuencia de que somos salvos. No hacemos obras para ser salvos, hacemos buenas obras por que ya somos salvos. Si pudiéramos ser salvos por buenas obras, podríamos comprar nuestra salvación, y ésta dejaría de ser un regalo que recibimos por gracia de Dios. Lo único que tenemos que hacer, es aceptarlo.

Aún transformados, en nuestra humanidad seguimos pecando, pero en cuanto nos damos cuenta, nos arrepentimos, pedimos perdón y evitamos volverlo a hacer. Si no nos arrepentimos, si no pedimos perdón, si no dejamos el pecado, entonces la salvación que habíamos ganado, podríamos perderla. Pero si nos arrepentimos, Dios nos escuchará:

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

Salmos 51:17

Así que, contestando a la pregunta ¿Se pierde la salvación? La respuesta es no, pero hay que complementar la respuesta. No se pierde, considerando que el que creé en Dios, se aparta del mal.

Si me amáis, guardad mis mandamientos;

Juan 14:15

Si Él por amor se entregó en la cruz, nosotros por amor debemos guardar sus mandamientos. Si en realidad “creemos” en Dios, entonces hagamos lo que hagamos, no perdemos la salvación, pero si yo creo, entonces recibo al Señor, y el Señor manda sobre mi vida y el define mi proceder.

La salvación es una promesa

A quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

1 Pedro, 1:8-9

Somos salvos por fe, por que creemos que Dios lo prometió y lo va a cumplir, y al ser una promesa, se vuelve un pacto con el, un pacto de ser sus hijos y el de ser nuestro Padre.

No podemos decir quién es salvo y quien no, eso es competencia solo de Dios, lo que si podemos hacer es mencionar lo que dice la escritura:

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.

Mateo 7:15-20

Aún así, no podemos juzgar o saber quién es salvo. Si tenemos dudas acerca de nuestra salvación, debemos preguntar al Señor, y el nos contestará. La salvación solo le pertenece al Señor, por que solo Él puede ver la intención del corazón.

¿Quién nos salva?

Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Hechos 4:11-12

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Juan 14:6

Sólo por Cristo podemos ser salvos, no hay otro, no hay obras, no hay ídolos, no hay “dio-sito”, ayuda, etc. Solo Jesús. No podemos obligar al dueño del reino de los cielos a cambiar sus reglas para que podamos entrar a nuestra manera.

¿De qué somos salvos?

Se ha predicado durante miles de años sobre la existencia de un lugar especial en que que Dios nos quiere llevar, pero para muchos es difícil de creer.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Juan 14:2

Pero también existe un lugar donde las almas que no reciban a Cristo, así como los ángeles que se revelaron van a pasar la eternidad. Este lugar todavía no ha sido “inaugurado”, se abrirá después del arrebatamiento, entonces se abrirá y ahí se echará al falso profeta y al anticristo, al igual que a todos los que les siguieron y al enemigo. No sabemos cuando será, pero el día llegará.

También está el lugar en donde estaremos con Cristo para siempre, donde no habrá tinieblas, no habrá hambre, ni dolor, ni tristeza, donde no vamos a tener un trabajo que no nos guste, donde trabajaremos para el Señor. La Biblia no da detalles sobre ese lugar, de como seremos, o como serán las cosas, pero eso no debiera preocuparnos, lo que nos debe ocupar es lo que debemos hacer para llegar a ese lugar.

Somos entonces salvos de la muerte eterna, somos salvos por gracia, las buenas obras NO PRODUCEN SALVACIÓN, pero la salvación si produce buenas obras.

El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

Apocalipsis 3:5

Nosotros debemos mantenernos en creer,

Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Romanos 10:8-10

No busquemos a Dios para ser solo nuestro Salvador, debe ser Salvador y Señor, aceptarlo y andar como Él lo pide.