Transcripción de la prédica del 30 de junio 2024
Humildad
4 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
1 Corintios 4:1-2
Ninguno de nosotros somos ni perfectos ni buenos, pero cada uno de nosotros tenemos que buscar en Dios vivir esa vida de fidelidad, esa vida de serle fiel a Dios. ¿A cuantos les hemos sido infieles? ¿Cuantos de nosotros le hemos sido fieles al Señor? En lo poco o en lo mucho que el Señor nos va dando, tenemos que serle fiel a Dios. Nosotros somos la iglesia del Señor, somos su esposa, somos herederos de su reino, somos sus hijos por gracia de Dios, hemos sido salvos por su gracia, no por obras para que nadie se gloríe. Hemos muchas veces predicado que Jesucristo es el Señor. Pero si es el Señor de la iglesia, si es el Señor de nuestras vidas, tenemos que serle fiel, tenemos que permanecer en la enseñanza, tenemos que permanecer en la doctrina, tenemos que permanecer en la unidad de los hijos de Dios. La iglesia somos un conjunto de personas que buscamos al Señor. Tenemos que buscarnos en esa fraternidad y en ese amor de los hijos de Dios.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Mateo 24:35
Dios es fiel, el va a permanecer, cielo y tierra pasarán, pero su palabra no pasará. El permanece, el es constante, el es real, el es eterno, el no falla, lo que promete lo cumple.
30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Hechos 16:30-32
Cree en el Señor y serás salvo tú y toda tu casa, si el Señor lo dice, Él lo va a hacer. Pero tenemos que permanecer en esa fidelidad a Dios. A veces los hombres comunes, buscan el mal del prójimo, o buscan que la iglesia no siga el camino y los invitan al pecado, por que en su mente hay una mente carnal y no pueden entender las cosas espirituales. Muchos de ellos alguna vez estuvieron en un templo, alguna vez se congregaron, alguna vez fueron a un concierto cristiano o evento evangelístico, pero se alejaron de Dios, no le fueron fiel. Nosotros en lugar de buscar a esas personas, los juzgamos. Hay que buscar a todos por que el Señor tiene misericordia a todos. A veces al hermano que dejo de congregarse, y regresa, en lugar de darle la bienvenida, lo juzgamos, lo tachamos de pecador, lo seccionamos. Tenemos que buscar una mente, una actitud espiritual, y no carnal, que favorezca el crecimiento de la iglesia para la honra y gloria de Dios. La mente carnal conduce a la muerte, y la mente espiritual conduce a la vida.
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Romanos 8:6
Cada uno de nosotros tenemos una actitud y un pensamiento, dicen que cada cabeza es un mundo, cada persona piensa y actúa diferente. Pero en Dios, conforme a su palabra, los hijos llamados al servicio d ella casa del Señor, tienen que tener estas virtudes, estas características de lealtad y fidelidad. De otra manera podemos caer en errores muy marcados en los que otros han caído. Hay personas que asisten a la iglesia pero todavía con una mente carnal y no han querido soltar su mente, entregarla a Cristo y siguen pensando carnalmente. Entonces cuando la iglesia va en pos de una misión, de una propuesta, de una entrega que el Señor ha hecho para cumplir una tarea, la mente carnal no está de acuerdo y no apoya el trabajo, no admite consejo, no admite sabiduría, se encierra en decir “yo estoy bien y así estoy bien” Ese es el problema cuando no le entregamos nuestra mente al Señor y tenemos una mente carnal… “yo pienso que las cosas deben ser así”, “yo pienso que el pastor está equivocado”, “yo pienso que el instructor esta mal”
También, cuando una persona arrogante no acepta el consejo, la bendición, el apoyo, la persona es carnal, no hay una prudencia para aceptar. No se puede llenar un vaso que se creé que esta lleno. Todos tenemos algo que aprender, todos seguimos creciendo, seguimos perfeccionando nuestra vida creciendo en la obra de Dios. Dios manda bendiciones cada día, Dios nos da su palabra cada día, pero está en cada uno de nosotros como recibimos la palabra, como esta nuestra mente para recibir la palabra. Si estamos ajenos a la mente de Dios, cuando llegue su palabra no va a fructificar.
21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Mateo 25:21
Dios no nos va a poder entregar en nuestras manos una tarea mayor si no somos fieles primero en lo poco. Dios nos va dando sus bendiciones conforme vamos creciendo, madurando, pensando en el Señor, viendo su obra. Dios no nos puede poner en un ministerio si con lo poco no hemos aprendido serle fiel a Dios.
¿Cuántos de nosotros nos seguimos gozando con la televisión, novelas, contenido de acción? ¿Cuántos oramos una hora diaria? ¿Cuántos ponemos nuestra mente en Dios en ratos “libres” que llegamos a tener? Si estamos siempre en Dios, Él nos ira dando cada vez mas en vida espiritual, de lo contrario Dios no puede poner mas en nosotros. Dios va a ir midiendo nuestra fuerza, nuestra capacidad para ir creciendo.
Hay que buscar el tiempo para llenar nuestra mente de Dios. Hay que buscar el espacio para darle a nuestra mente el alimento de Dios.
51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Juan 6:51
Jesús es el pan vivo que descendió del cielo, todos lo sabemos, pero ¿cuántos nos alimentamos diariamente de Él? Cuando nuestro cuerpo tiene hambre, buscamos alimentarnos, pero pueden pasar días enteros sin que busquemos la palabra, sin que nos alimentemos del Señor. No lo buscamos en oración, pasan días enteros sin que tengamos comunión con Él. Estamos tan llenos del trabajo, de problemas, de temas con nuestros hijos que no tenemos espacio en nuestra mente para un “pedacito del Señor” Eso es falta de fidelidad a Dios.
¿Nos sabemos la Biblia? ¿Conocemos la Biblia? ¿La tenemos en nuestra mente y en nuestro corazón? Hay tiempos difíciles, duros, crudos en los que el Señor permite que su obra pase por un desierto para que esa obra que Él tiene para nuestras vidas, crezca en sus manos. Nos pasa por desiertos, por valle de soledad y muerte, nos hace crecer. Hay momentos difíciles cuando no tenemos, por ejemplo, la salud, y no tenemos la Biblia en la mano.
Hay hermanos en países en donde no tienen oportunidad de abrir la Biblia, o no pueden tenerla, y ya quisieran un pedacito de Biblia para leerla, releerla, y releerla. Sufren persecución por causa de poseer una Biblia. En tiempo de covid muchos tenían el deseo de salir y congregarse, pero ahora las iglesias están abiertas y no todos vienen. Anteponen compromisos a asistir a la iglesia, ¿Dónde está la fidelidad a Dios? Es un tema importante, por que todo aquel que no permanezca fiel al Señor va a quedarse a sufrir la gran tribulación.
La Biblia habla de un tiempo de bendición para los fieles de la tierra, en el cual estarán sentados a la mesa con el Señor y Él les va a servir. Ese lugar, hermoso y maravilloso estará la grandeza de Dios y es para los fieles, para los que guardaron sus vestimentas en fidelidad a Dios. Si somos fieles, ahí estaremos nosotros, con los ángeles y todos sus santos.
Las personas carnales no quieren que vayamos a la iglesia, que crezcamos, que seamos fiel al Señor, pero llegará un momento en que el Señor será la división y dirá: “sobre poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré” pero para los que no estén ahí los mandará a un lugar de juicio, de tormento. Sólo hay dos vertientes al final del camino, el cielo o el infierno, la gloria de Dios o el castigo eterno. Esta es la palabra que predicamos, es la realidad. El que no pueda perdonar a su hermano que le ofendió, entonces no podrá subir al cielo, sea pastor, evangelista, predicador, maestro,… Debemos vivir lo que predicamos para subir al cielo.
En la iglesia actual hay mezcla de creencias donde la gente se siente feliz, va a bailar, a escuchar temas, pero sus vidas siguen siendo las mismas, vacías, huecas, solas, llenas de depresión, de tristeza, no tienen ánimo de seguir en la vida, les da miedo la muerte por que no tienen la presencia de Dios, no tienen el valor del Señor.
Nosotros hablamos la verdad, por que la verdad es Cristo. Hay personas que no les gusta la verdad, por que les lastima, les ofende, y entonces nos rechaza, nos secciona, nos limita, por que no somos de su grupo, no somos parte de su “razón” y no aceptan la verdad de Dios, por que su verdad es que todo aquel que peque estará destituido de la gloria de Dios. Nosotros debemos ser valientes para hablar de la verdad de Dios.
11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Apocalipsis 19:11
Jesucristo es fiel y verdadero, el dice la verdad, y si Él predico en la tierra que hay un lugar de tormento es por que lo hay, lo crea la gente o no, lo quieran aceptar o no. Cuando el vino a mostrar su amor Él no vino en una bandera de colores, Él vino a mostrar su amor verdadero derramando su sangre por todos, blancos y negros, judíos y no judíos, por personas de cualquier nacionalidad, Él vino a morir para salvar a todos, por que su nombre es fiel y verdadero.
¿Cuándo somos fieles a Dios, que le permitimos a Él hacer en nuestras vidas? ¿que estamos dispuestos a hacer por Él? ¿Solo son palabras al aire cuando decimos, si lo amamos, si cantamos, si nos gusta ir a la iglesia? ¿Cuál es la actitud que tomamos ante la palabra de Dios, qué hacemos?
Que triste será para un servidor (el que predica) llegar al cielo y darme cuenta que no llegaron muchos a los que les prediqué. Escuchar del Señor “de lo que tu hiciste, solo esto…” Yo quiero que todos lleguen al cielo, grandes y pequeños, jóvenes y ancianos, niños y adultos, los de afuera y los de adentro.
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Mateo 28:20
Él esta con nosotros todos los días. Cuando preferimos ir a otro lado en lugar de estar con el Señor, cuando le gritamos a nuestra esposa / esposo, cuando odiamos a alguien por que nos regañó, ahí esta el Señor, todos los días hasta el fin del mundo. De nosotros depende la actitud que tomemos hacia el Señor, por que Él es fiel y verdadero.
Dios está en todos lados, nos ve cuando nos portamos bien, pero también cuando nos portamos mal, cuando pisamos chueco, cuando decimos una cosa en un lado y otra en otro. Para Él no hay nada que se le pueda ocultar. Ninguno somos perfectos, el objetivo de la palabra es que mejoremos cada día. Si debemos procurar ser perfectos y mejorar, pero es un esfuerzo constante.
24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
1 Corintios 9:24-27
Pablo menciona que es como aquel atleta que se prepara, que se esfuerza, que lucha, que trabaja, que todavía no llega a la meta pero que esta haciendo todo y va corriendo y haciendo el esfuerzo aunque todavía no alcanza el premio. Así estamos nosotros, luchando, en la enfermedad y la tristeza, en las buenas y en las malas la iglesia sigue caminando.
Ser vigilante
35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; 36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. 37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. 39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. 40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? 42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? 43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. 45 Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, 46 vendrá el señor de aquel siervo en día que este no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. 47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
Lucas 12:35-48
El Señor nos bendice en abundancia, entonces ¿cómo nos va a pedir? Si Dios que es amor y bondad nos ha dado mucho, nosotros debemos darle mucho y en abundancia. No podemos decirle a Dios “no puedo ahorita” “no quiero ahorita orar, estoy cansado, no es hora” ¿le damos mucho o le damos poco? Esto es algo que cada uno de nosotros debemos evaluar y meditar. El ciervo vigilante, la mente en Cristo, escucha la voz de su Señor y hace caso. Los atalayas eran vigilantes de torre, vigilaban para que no entraran los enemigos a la ciudad. Había vigilantes que vigilaban las ovejas, gente que dormía con ellas. Cuando Jesús hablaba de vigilantes en la Biblia, la gente entendía perfectamente que era un vigilante, sabían perfectamente a que se refería cuando decía que debemos de ser vigilantes. El ladrón viene, y si supiéramos la hora, velaríamos.
El vigilante permanece constante para que no le roben, para que no le venga un agravio, para que no le venga un daño. ¿cuántos oramos por nuestros hijos por las noches? ¿cuántos oramos por nuestro trabajo, por el de nuestro a esposa / esposo? ¿cuantos oramos por la iglesia, por los pastores, por sus luchas?
A veces, en lugar de escuchar la voz de Dios, en lugar de ver lo que Él quiere de nosotros, nos dejamos guiar por nuestras emociones, por nuestros sentimientos. Dios nos dice, “deposita tu carga sobre Mí, deposita tu ansiedad sobre Mí” pero no lo escuchamos por que no oramos, por que no tenemos esa actitud vigilante de estar con Él. Si estuviéramos con Él, Él nos diría las cosas y nos diría, “tranquilo, yo estoy con tu esposa / esposo en el trabajo”, “tranquilo, yo estoy con tus hijos en el camino, en la escuela” Cuando oramos escuchamos la voz del Señor, y nos dice “tranquilo, aquí estoy yo” o cuando tenemos problemas en el trabajo, en los negocios, en nuestras actividades, Él nos dice “tranquilo, Yo estoy aquí” Pero hay que tener esa actitud, ese pensamiento, esa mente de Dios, hay que cambiar. Hay que modificar las cosas, en nuestra mente, ser diferentes, buscar la presencia de Dios, tener ese carácter vigilante.
2 He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores,
Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora,
Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios,
Hasta que tenga misericordia de nosotros.
Salmos 123:2
No somos buenos, no somos perfectos, pero Dios tiene misericordia de cada uno de nosotros. Si no fuera por su misericordia, ya no estaríamos aquí.
3 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.
Tito 3:1
¿Estamos dispuestos a toda buena hora? Tenemos que estar dispuestos a participar de la bendición de Dios. En lo mucho o en lo poco, tenemos que participar de alguna manera. Dios habla con cada uno de nosotros conforme Él tiene su trato con nosotros. No a todos nos trata de la misma manera. Él trata con cada uno de nosotros de maneras diferentes. En esa bendición nosotros tenemos que ser leales al Señor.
Hay gente que no quiere cambiar, ensimismada en su propia mente que ya no cambian, no oyen consejo. Cuando se da la invitación a hacer lo que Dios quiere que hagamos, lo pensamos mucho.
Gedeón (Jueces 6) hizo varias cosas para pedir confirmación por que no estaba seguro de la orden de Dios. Así nosotros, si no estamos seguros, hay que preguntar a Dios, Él no se va a enojar por preguntar, pero no por falta de fe o pereza espiritual no hacer lo que el nos pide.
2 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.
Habacuc 2:1
El pasaje nos habla muy hermosamente de lo que hace la actitud que Habacuc mostró en espíritu vigilante. Tenemos que vigilar, que el Señor nos ayude de permanecer como cristianos vigilantes, que estemos a la guarda, que estemos esperando, queriendo escuchar lo que Dios dice para dar aviso al pueblo. Por ejemplo, Dios nos avisa cuando nuestros hijos andan en malos pasos. Si somos vigilantes, Dios nos avisa y nos dice en que andan nuestros hijos. Tenemos que tener esta actitud vigilante, ese espíritu de Dios que nos ayude para guardar nuestra casa, nuestra familia y nuestra iglesia.
19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
Juan 5:19
30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Juan 5:30
Aun siendo Dios mismo, Jesucristo, Él hizo la voluntad del padre, Se sujetó a Él. Nosotros muchas veces hacemos nuestra voluntad, en lugar de hacer lo que Dios nos pide, y ahí es donde fracasamos, por hacer nuestra voluntad. Pero cuando tenemos malos resultados, culpamos a Dios, o culpamos al enemigo, o culpamos a alguien mas. Tenemos malas consecuencias, pero es por nuestras propias decisiones. Lo que decidimos hacer, andar en nuestra voluntad, y después culpamos a los demás. Debemos ser responsables de nuestros actos. ¿nuestra voluntad, o la de Él?
A veces estamos tan ensimismados en nuestro trabajo, en nuestras actividades, en el día a día, que no escuchamos a los demás, y la voluntad de Dios era que esa persona se acercara para que le diéramos un consejo, para que le compartiéramos la palabra, y por estar en lo nuestro, no compartimos. ¿Nuestra voluntad o la voluntad de Dios?
Tenemos una lucha constante, pero de nosotros depende hacia donde inclinamos la balanza. El cristiano debe ser valeroso.
74 Que, librados de nuestros enemigos,
Sin temor le serviríamos
75 En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
Lucas 1:74-75
Sin temor. Hay que tener temor a Dios, pero el temor a hacer la obra de Dios, ya es miedo. Tenemos que tener diferencia. Tenemos que anunciar al Señor, no tenemos por que acobardarnos, no tenemos por que quedarnos callados, no tenemos por que tener esa actitud de temor. Tenemos un Dios de poder, tenemos un Dios de autoridad, un Dios glorioso que hizo los cielos y la tierra, tenemos el poder de Dios para la gloria de su nombre. El poder de Dios nos da valor para hacer la obra de Dios, el poder de Dios nos da el poder para dejar de pecar y hacer lo malo, nos da la autoridad para ir sobre los enfermos y endemoniados. El poder de Dios es mas grande que simplemente hablar en lenguas. ¡Bendito sea el poder del Espíritu Santo! Pero el Espíritu Santo no es para cobardes. Si hablamos y decimos que tenemos al Espíritu Santo, nos paramos a predicar donde sea, con quien sea y a la hora que sea, aunque nos amenacen, aunque nos juzguen, en la cárcel, en el hospital, en la calle, en el templo… Para la honra y la gloria de Dios.
32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.
1 Samuel 17:32
David era muy joven, y el guerrero era fuerte desde su juventud, entrenado, un super soldado. David sabía quién era su Dios. Nadie del ejército de Saul quiso pelear con Él. Ellos se veían impotente al lado de ese gran hombre. Entonces el hombre de Dios, que decía tener la unción de Dios, tuvo miedo, el no quiso ir a pelear. La Biblia no dice que David hablaba en lenguas, dice que Dios lo guió, Dios lo llevó y le dio el valor para enfrentare, y solo le bastaron dos piedras. Y con su honda venció al gigante.
Ser valerosos, enfrentar nuestros miedos. ¿Quién es nuestro Dios? ¿Donde esta nuestro Dios? ¿No estamos respaldados por Él? Si Él nos manda, ¿no nos va a apoyar, no va a estar con nosotros? Si el nos manda y nos dice, es por que el va a estar con nosotros.
23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.
Hechos 27:23-25
Pablo se iba a enfrentar al Cesar, pero Dios lo mando, Dios lo respaldó y Dios estuvo con Él.