Las características de la mente de un siervo

Transcripción de la prédica del 9 de junio 2024.

¿Somos siervos de Dios? ¿Cuántos de los que nos decimos siervos de Dios oramos durante la semana ocho horas? ¿Cuántos, si decimos que somos siervos de Dios, hicimos trabajo de dios en los 7 días de la semana?

Muchas veces decimos que somos hijos de Dios, pero ¿hacemos lo de un hijo de Dios? ¿tenemos las características de un hijo de Dios? Una cosa es lo que pensamos, otra lo que conocemos, y otra lo que vivimos y practicamos.

El Espíritu de Dios está hablando a nuestros corazones y nos ha dado una noticia grandiosa, gloriosa y poderosa… ¡Cristo viene! Y solo los siervos de Dios subirán al cielo. Hay gente que dice “yo soy buena”, “yo voy a la iglesia” “Me gusta cantar” o por que me gusta convivir con los hermanos, pero ¿cuántos realmente somos hijos de Dios, siervos de Dios? ¿cuántos en nuestra vida diaria practicamos las verdades de la palabra de Dios? ¿cuántos en nuestra mente tenemos las características de la mente del Señor? Este es un aspecto un poco mas profundo que solo el conocimiento, que solamente el venir por venir a la iglesia.

Si vamos “obligados a la iglesia” no sirve de mucho. Pero si vamos a la iglesia y el Señor obra en nuestra mente y en nuestro corazón, entonces si vamos a tener un beneficio para nuestra vida, para nuestro corazón, para nuestra alma.

»¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: “Pasa, siéntate a la mesa”? ¿No le dice más bien: “Prepárame la cena, cíñete y sírveme hasta que haya comido y bebido. Después de esto, come y bebe tú”? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”»

Lucas 17:7-10

¿Cómo debe ser la mente del siervo de Dios? ¿qué características debe tener? Hay un nombre que es sobre todo nombre que hizo los cielos y la tierra, que ante todo, rodillas se doblarán. ¿Nosotros nos sujetamos a Dios? Le preguntamos diario, ¿hoy quieres esto de mi? ¿hoy quieres que vaya a este lugar? ¿hoy quieres que haga esto? ¿sujetamos nuestra mente a Dios? El siervo obedece, el siervo se sujeta, el siervo sabe cual es el lugar de él y cual es el lugar de su Señor. Un siervo no contradice a su Señor, ¡lo obedece, se sujeta! No hacemos mas de lo que nos toca, no para vanagloriarnos. Nosotros tenemos que tener la mente del Señor. Una cosa es estar en el camino de Dios, y otra es estar cerca del camino de Dios.

»Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.»

Filipenses 2:5-8

La Biblia dice que Jesús se sujetó al Padre, haciéndose obediente hasta la muerte. Si nuestro Señor se sujetó al Padre, nosotros debemos también sujetarnos a Él, obedecerlo a Él.

¿Cuántos le damos a nuestros hijos un premio si se portan mal? Jesús nos ama tanto que en su misericordia, en su favor incomparable, nos tiene paciencia, nos corrige, nos enseña, nos disciplina y nos capacita, pero esto no quiere decir que pase por alto las faltas, por que Dios es justo. La gente quiere vivir sin consecuencia a sus actos. Las personas quieren vivir y actuar conforme ellos piensan o sienten que esta bien, sin tener miedo a las consecuencias, sin tener miedo a lo que vendrá. Cuando hablamos de una mente renovada, transformada, de un siervo de Dios, es por que Cristo Jesús reina en ese corazón, en esa vida, ya ha venido de las tinieblas a la luz gloriosa de Jesucristo.

46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

Marcos 10:46-52

Bartimeo era un ciego, esta en una gran ciudad y hay una gran multitud de gente. Escucha que va a pasar Jesús, el tiene solo una oportunidad para encontrarse con Jesús. Entonces va y da voces, gritos. El tenía que ser llevado por alguien para ponerlo en el camino, para pedir limosna y vivir de ello. No nos dice que su familia estaba con el, estaba solo. Dependía de esta forma de vida para sobrevivir. Cuando le dicen que viene Jesús, el da voces diciendo “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mi”

Aquí Bartimeo está reconociendo el linaje de Jesús, está diciendo que el es el mesías que habría de venir. Me parece que Él es el primero que lo declara en la Biblia, antes que la multitud en Mateo 21:8-9, Bartimeo es el primero que lo reconoce.

8 Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. 9 Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

Mateo 21:8-9

A pesar de que Bartimeo no veía con sus ojos físicos, el sabía quién era Jesús. Por eso quería estar con el, por eso le gritaba, por eso le clamó por su sanidad. Hay personas que van a la iglesia, hay personas que están junto al camino, pero no conocen a Dios de forma personal de manera significativa. En su mente siguen teniendo mente no limpia, mente no santa, mente no prudente, mente contaminada, mente no humilde, mente no dispuesta. Esto es, lo contrario de las características de la mente de Cristo.

  • Humilde
  • Obediente
  • Dispuesto
  • Leal
  • Fiel
  • Vigilante
  • Valeroso
  • Amable
  • Apto para enseñar
  • Sufrido
  • Manso
  • Bueno
  • Prudente

Alguien que viva lo contrario a estas características, es por que su mente no ha sido entregada por completo a Jesucristo. Cuando viene un problema, una necesidad, una angustia, una preocupación, una inquietud, un problema fuerte en el hogar, en su vida económica, y no hay estas características en su mente, y “aflora el apellido”, hay un gran problema, por que su mente no esta enseñoreada por Jesucristo. Cuando la persona se ve en la situación y comienza a pensar como desquitarse, como hacer para que otra persona sufra, entonces no tiene la mente de Cristo.

Bartimeo, a pesar de ser ciego, tenía una vista espiritual. Muchas personas tiene la vista física, pero son ciegos espiritualmente, no conocen a Dios, van vagando en la vida sin la luz de Cristo en su alma. Por eso a cada rato fallan, se conflictúan, pelean, fornican, hacen las cosas del mundo.

Nosotros como cristianos ¿cuál es nuestro proceder en los momentos de angustia? Cual es nuestra mente. Somos humildes, tranquilos, con una mente buena y clara, nos preguntamos ¿Dios haría esto en mi lugar? ¿qué haría Jesús en nuestro lugar? ¿Podemos tener una mente clara, pura, limpia, que refleje lo que Dios es en ese momento?

Cuando estaban los discípulos en la cárcel, atados a un cepo, no estaban pasando buenos momentos, y aun así, estaban alabando y bendiciendo el nombre de Jesucristo. En ese momento, aunque estaban en prisión física, tenían la libertad de Cristo.

Bartimeo clamó a Dios y en ese momento soltó su capa. Representa su vida, no tenía otra cosa, y la soltó cuando escuchó que Jesús lo llamó. ¿A cuantos de nosotros Jesús nos ha llamado? Tenemos que dejar nuestro estilo de vida. Cuando Jesús llamó a Bartimeo, el se levanto, puso de su parte, fue su decisión personal. Dios no te va a forzar a que lo sigas y a entrar en ti si tu no lo quieres, es una decisión personal. Podemos decirle a nuestra familia, cambia, ora, ven a la iglesia… pero es decisión personal.

Tiemo se levantó. Esta expresión llama la atención por que hay varios pasajes de la biblia donde Dios dice “Levántate”

9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

Marcos 2:9-12

41 Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42 Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.

Marcos 5:41-42

4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

Ezequiel 37:4-10

Iglesia, Dios te dice hoy, ¡levántate! Pero Dios no te va a obligar a ninguno, es decisión persona. Dios va a hacer su parte, pero cada uno debemos hacer la nuestra. Dios quiere que nos levantemos, que dejemos de pensar en nuestras propias comodidades, en nuestras propias satisfacciones, en lo que nos conviene.

La mente de Cristo nos lleva a orar por los demás, a interceder por los demás, a pedir por la iglesia, a ver la obra de Dios. Si en nuestros trabajos podemos hablar del evangelio, hablemos del evangelio. Si el Señor nos dice “hoy no vayas a trabajar, predica” hay que hacerlo. Lo que Dios nos diga, el es el que manda, el es el gobernante supremo, el todo de nuestra vida y de nuestro corazón. No podemos seguir avanzando en la características de la mente de Cristo si no hemos dejado que Dios transforme nuestra mente.

Cuando Jesús tiene el encuentro con Bartimeo, el le pidió “ten misericordia de mi” lo primero que debemos pedir a Dios es “ten misericordia de mi” Él puede levantarnos, Él puede usarnos, Él puede transformarnos, la vida de este hombre cambió de la noche a la mañana, él estaba cerca del camino, cuando se puso en el camino, iba y le servía. Y su vida ya nunca más fue lo que era. Ahora buscaba y servía a Dios. Eso es lo que hacía Bartimeo, cuando una vida tiene ciertas características, éstas la llevan a tener una vida transformada, renovada en Cristo Jesús.

Tenemos que tener una mente y un corazón transformados por Dios. Es necesario, es vital. Ya no podemos continuar pensando que estamos bien. Pensando que a veces si, a veces no, a veces voy a la iglesia, a veces no, a veces me porto bien, a veces no, a veces tomo, a veces no, a veces me peleo y a veces no. Debemos dejar esa forma de pensamiento y ser transformados directamente por Jesús en nuestro corazón y por el Espíritu Santo. Que Dios pueda usar y transformar nuestra mente. La biblia nos dice de estas cosas.

A veces pensamos que el servicio a Dios es para gloriarnos, para ensalzar-nos, para presumir.

24 El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. 25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?

Mateo 10:24-25

Nuestro carácter es importante, lo que hacemos, como lo hacemos y de que manera lo hacemos. El hacer se origina del pensamiento. El pensamiento viene de nuestro corazón. Si en nuestro corazón hay solo cosas buenas, de nuestro pensamiento surgirán cosas buenas. A veces juzgamos, señalamos, criticamos, vemos los defectos de los demás, pero no vemos los nuestros. Si viéramos lo nuestro nos daríamos cuenta de lo mal que estamos en nuestro interior. ¿Cuál es nuestro carácter? ¿cómo procedemos? ¿cómo hablamos? ¿cuáles son nuestras palabras? ¿cuáles son nuestras acciones? ¿cuando nos agreden, que contestamos? ¿cuáles son nuestras miradas? ¿cuáles son nuestras acciones?

Jesucristo, el modelo perfecto, en quien no había pecado, como cordero fue llevado al matadero, enmudeció y no abrió su boca. ¿Cuántos de nosotros podemos decir cuando suframos injusticia, dolores o agravios, enmudecer y callar nuestra boca? ¿Cuál es nuestro carácter? ¿cómo procedemos con base a lo que pensamos? Nos quejamos de los violadores, los secuestradores, los fornicarios, los adúlteros, los criticamos y señalamos a los que están en la cárceles, pero, ¿cómo es nuestro carácter? ¿cómo es nuestro temple?

¿cómo respondemos ante las acciones de esta vida? ¿Nuestra mente es clara, limpia, nítida, pacífica? De las características de la mente de un siervo, la primera es humildad. La humildad no tiene nada que ver con pobreza. La humildad es una acción natural del corazón. Reconocer tu posición, reconocer quien eres, donde estás. Hoy la mente del enemigo ha metido en los jóvenes disputa, lucha, contienda.

24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Génesis 2:24

Los jóvenes ya no quieren casarse. Dios instituyó el matrimonio. En su palabra dice que el hombre dejará a su padre y a su madre. El feminismo no creé en esta palabra, indica que la mujer puede sola y que no requiere de ningún hombre para ser feliz. Tampoco se requiere tener hijos. Antes el no tener hijos significaba que uno no era bendecido por Dios. La mente está siendo contaminada y los que tenemos la verdad de Dios no lo hablamos. Tenemos que ser humildes y decir lo que Dios nos dice en su palabra y hablar lo que Él quiere.

15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.

Isaías 57:15

Si una persona es humilde, debe sentir la presencia de Dios. El que anda en humildad Dios lo bendice, Dios lo guarda, Dios lo protege. El problema es que no andamos en humildad, andamos en altivez, andamos en soberbia, en creernos superiores a los demás, en que nosotros podemos y los demás no, en que nosotros si estudiamos y los demás no, en que yo soy pastor y los demás no saben de la biblia, son principiantes. Debemos tener humildad y sencillez de lo que Dios nos ha dado. Si algo tenemos en por la gracia de Dios. No por que seamos mejores, sino por la gracia y la misericordia de Dios que ha trabajado con nosotros.

19 sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos;

Hechos 20:19

En el versículo anterior clamamos a Dios por algo que a veces no nos gusta “con toda humildad, y con muchas lágrimas”. Si a mi no me va bien en la vida, si no tengo el esposo / esposa que quiero, si no tengo lo que quiero, entonces no sirvo a Dios, por que mi felicidad consiste en que Dios me de todo lo que necesito. Si Dios me deja sin carro, ya no soy feliz…

¡Con lágrimas! A veces no hemos sido probados hasta el nivel de las lágrimas. A Dios se le da las gracias por el bistec en el restaurante mas caro, y por el pan con agua. Humildad, sencillez y reconocer quien es Dios, por que a pesar de todo, no nos deja son comida.

¡Cuantas pruebas no tuvo el apóstol! Prisión, persecuciones, apedreamientos, Actualmente al “Apostol” (que utilizan la palabra como título) lo reciben en plataforma, le tienen listo su púlpito y micrófono y alfombra roja. El “profeta” que viene a predicar en la campaña X. No hay humildad en esos comportamientos. Hemos cambiado la gloria de Dios por dinero, por materialismo. Los profetas de Dios eran perseguidos, acedados, maltratados por el pueblo, por que no querían escuchar la palabra de Dios. Hoy se presume “soy profeta”, pero si en verdad eres profeta, si tienes un llamado de Dios, ¡Se humilde! No por realce personal, no por vanagloria, no por que te paguen. Es triste. Hoy los pastores no van a predicar a las iglesias si no reciben una ofrenda. El grupo de alabanza, si no reciben una ofrenda a donde van, no quieren ir. Si no los reciben con plataforma y restaurante de lujo, no quieren ir a servir al Señor. Eso no es humildad, no es sencillez. En internet podemos ver apóstoles, pastores, en jets privados, ropa de marca. Hemos cambiado la humildad y sencillez por el dinero.

Todos sabemos que es importante la obra de Dios y que tenemos que servir al Señor. ¿Quien vale mas? ¿el pastor?, ¿el profeta?, ¿el evangelista? ¡Cristo es el mas importante en la iglesia! El es la cabeza de la iglesia, y todos nosotros debemos sujetarnos a la cabeza. Es importante que todas nuestras mentes se sujeten a la de Cristo para que podamos dar armonía en la iglesia y ser de bendición a otros que nos escuchan. Ya es tiempo que la iglesia se levante. ¡Esto es personal! Cada uno de nosotros debemos levantarnos y hacer lo que nos toca. Cada uno tiene una tarea, cada uno tiene una cosa que hacer en la iglesia. No todos podemos ser la misma cuerda, pero todos juntos formamos la armonía de Dios. ¡apoyémonos en nuestras diferencias! Cada uno de nosotros tenemos un llamado particular.

Para poder servir a Dios necesitamos ser humildes. No hay otro inicio, no hay otro principio. El siervo debe ser humilde delante de Dios, a fin de obedecer a Dios y debe ser humilde con su semejante. No podemos decir que agradamos a Dios y odiar a nuestro prójimo. Debemos esforzarnos por llevar el reino de Dios y ser humildes considerando el trabajo de los demás como parte de la obra de Cristo.

Hay que considerar el trabajo de los unos y de los otros, no es mas el pastor por predicar que el hermano que limpia las bancas, por que todos estamos haciendo el trabajo de la obra de Dios.

14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

Juan 13:14-17

Humildad, sencillez, Señor, si algo nos permite hacer el Señor en Su iglesia, la gloria es para Él. El Señor lavó los pies de humanos, seres finitos, Su creación, pero lo hizo para dar ejemplo de humildad. Dios está y siempre va a estar con los humildes de corazón. Tenemos que ser servidores de Dios, tenemos que tener la mente de Cristo, tenemos que comenzar a ser humildes, con una mente clara, con una mente nítida, dejando nuestra capa, nuestra antigua vida atrás y seguir a Cristo. ¡Tenemos que dejar todo por seguir a Cristo!

5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;

Efesios 6:5

Tenemos que servir al Señor. Si algo tenemos en nuestra mente con lo que estamos batallando, tenemos que doblegarnos y someternos al Señor. Hay muchas cosas que vienen en nuestra mente a estorbar nuestra relación con Dios y tenemos que obedecer al Señor.

22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

1 Samuel 15:22

No a todos nos gusta obedecer. Es muy difícil, obedecer. A nuestros hijos queremos traerlos en obediencia, o es fácil decir a los demás ¡obedece!, pero cuando nos toca a nosotros obedecer a Dios, cuando nos toca sujetarnos a Dios, ya no es tan fácil. ¡La obediencia es para todos!

11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Isaías 1:11-18