Transcripción de la prédica del 6 de abril 2025
11 Esto manda y enseña. 12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
1 Timoteo 4:11-12
15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
1 Timoteo 4:15
Ser ejemplo en palabra
¿Por qué Jesús nos dice por medio de la palabra que debemos ser ejemplo para los creyentes, en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza? Partiendo de ésto, ya es algo difícil, pero si el espíritu de Dios vive en nosotros, las cosas fluyen. Nuestro carácter, nuestro temperamento, educación, entorno social, nos lleva a cometer ciertas acciones. Si nuestro padre, nuestro abuelo han sido machistas, lo mas probable es que lo seamos, pero cuando llegamos a Cristo, Él nos cambia, es Cristo en nosotros.
Muchos podemos ser salvos, pero cuantos estamos en frutos dignos de arrepentimiento, quién anda conforme a la voluntad de Dios, quién se deja mover conforme al Espíritu, quién se mantiene firme. Pablo que dice a Timoteo que es necesario que sea ejemplo, para beneficio de los demás, y para suyo propio.
Si alguna vez has tenido el infortunio de convertirte en un hipócrita, se siente muy mal, que feo es ser una persona no íntegra. Pablo le quería enseñar a Timoteo que sea ejemplo, pero no podemos ser ejemplo, si primero Dios no vive en nosotros, por que si lo hiciéramos sin la unción o sin el Espíritu, seríamos hipócritas. Eso es algo que Dios ya no quiere ver en su iglesia, y sobre todo, dentro de nosotros.
Como dice Pablo a Timoteo: Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Pero primero debemos aprovecharlo nosotros, si no lo aprovechamos, de nada nos sirve.
¿Cuántos de nosotros compramos alguna vez un examen, una calificación? No somos íntegros. ¿Cuántas veces hemos tomado algo de la oficina? Hasta tomar un clip, es robar. A veces también tomamos el tiempo de personas, maltratando, ofendiendo, lastimando.
Jesús era congruente de lo que decía con lo que vivía, y eso le daba autoridad. ¿nosotros somos autoridad con nuestros hijos? ¿cómo podemos tener la autoridad en Dios si rompemos las reglas del Señor? ¿respetamos, a nuestra esposa / esposo?
Algunas personas dicen “yo no recibí amor, yo no puedo dar amor” pero cuando recibimos el amor de Jesús, recibimos el mas grande amor que podemos recibir, y cuando recibimos ese amor de Dios, claro que podemos amar. Podemos decir que nuestros padres fueron machistas, o feministas, pero al final no no necesitamos ni uno ni otro, necesitamos el amor de Cristo, someternos y obedecer a Cristo.
Cuando el Espíritu de Dios vive en nosotros, Él nos va llevando a entender esta parte, que seamos ejemplo para los creyentes, y los creyentes mas cercanos son los de tu casa.
Pablo dijo a Timoteo, “Esto manda y enseña” ¿cómo vamos a enseñar algo que no tenemos, que no vivimos, que no podemos alcanzar? Si no entendemos, no sabemos y no lo vivimos, difícilmente lo vamos a enseñar.
Cuando Cristo entra al corazón, nos limpia, nos perdona, nos transforma y nos hace nuevos. Pero a partir de ahí depende de nosotros acrecentarlo, aprovecharlo y mantenerlo.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Mateo 7:19
¿qué fruto debemos tener? ¡Lo que produce el Espíritu!
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Gálatas 5:22-23
Sólo hay un fruto del Espíritu, pero los frutos dignos de arrepentimiento es otro tema. Si el Espíritu fluye en nosotros, podemos dar frutos. Uno de los frutos es el amor, lo manifestamos ayudando, buscando, sirviendo, aportando, hablando… Otro fruto es gozo, lo manifestamos al no pelearnos con nadie, ser conciliadores, llevar a la gente al agradecimiento en Cristo, estar alegres.
Cuando Dios esta en nosotros, el fruto del Espíritu nos lleva a dar éstos frutos. Cuando Pablo dice que seamos ejemplo a los creyentes en palabra, su intención es tan profunda, que se refiere al conocimiento, a la practicidad, a la forma, al entendimiento… no podemos decir por ejemplo que nuestro si es si y nuestro no es no si no conocemos la palabra, no podemos obedecer la palabra si no reconocemos al autor como nuestro Señor.
11 ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua amarga? 12 Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua amarga puede dar agua dulce.
Santiago 3:11-13
¿Por que los cristianos no decimos grocerías? Hemos aceptado a Cristo y no queremos ofenderlo, además hemos recibido al Espíritu Santo y Él nos guía. Las grocerías son palabras de maldición, intentan dañar a alguien.
26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.
Efesios 4:26-27
A veces no decimos grocerías, pero tenemos actitudes incorrectas. El tema es la palabra, la palabra de Dios actuando en nuestras vidas. Transformándonos para ser mas semejante a Cristo.
Esto no quiere decir que Dios no se enoja, y es vedad, no de la forma humana, pero si llega a subir el tono cuando somos necios y nos quiere hacer entender. Cristo se enojó con los vendedores en el templo. Dios sabe la manera en que entendemos. Si somos dóciles, Dios nos tratará bonito, pero si somos necios, nos tiene que hablar de la manera en la que tenemos que entender.
José, con todo lo que le pasó, escuchó y obedeció a Dios, y Él lo utilizó de una forma tal que salvó al mundo de su época. San Son era arrogante, al final murió en tierra ajena como esclavo, aplastado y ciego. ¿cómo prefieres que te trate Dios?
Si queremos ser ejemplo, comencemos por nuestra casa. ¿Cómo le hablamos a nuestros hijos, a nuestra esposa / esposo? ¿nos comportamos de una forma en el templo y de otra en la casa?
Ser ejemplo en conducta
¿Cómo se comportan los cristianos? ¿cómo nos comportamos? Debemos ser como Jesús ¡en todo!
Cristo Jesús en todo nos dio ejemplo. Jesús llegó con Lázaro y lloró, se conmovió por que vio a los demás, aun y si Él sabía que lo iba a resucitar.
Jesús le dijo a Pedro que pagara Su impuesto y el de él.
24 Cuando Jesús y sus discípulos llegaron a Capernaúm, los que cobraban el impuesto del Templo[a] se acercaron a Pedro y preguntaron:
—¿Su maestro no paga el impuesto del Templo?
Al entrar Pedro en la casa, se adelantó Jesús a preguntarle:
—¿Tú qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra, ¿a quiénes cobran tributos e impuestos: a los suyos o a los demás?
—Entonces los suyos están exentos —dijo Jesús—. 27 Pero para no escandalizar a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda.[b] Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo.
Mateo 17:24-27
Nuestra conducta en todo debe ser honrosa, por que Dios está en todos lados, pero también por que está en nuestro corazón.
¿Cómo somos cuando Dios nos corrige una conducta? ¿la aceptamos y decimos hágase tu voluntad? ¿nos enojamos?
En resumen, en relación a la conducta es fácil, cada paso que demos debemos estar seguros que Dios esté junto a nosotros y en nuestro corazón. No podemos ni debemos ofenderlo, y siempre debemos preguntarle que quiere que hagamos.
Interceder por los demás
7 Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 9 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10 Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
11 Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12 ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. 14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.
Éxodo 32:7-14
¿Qué tiene que ver Moisés con todo lo anterior de la carta a Timoteo? Algo muy importante. Estamos en una situación real y verdadera de que Cristo viene, Cristo esta a las puertas. En nuestra congregación, si volteamos a la derecha y a la izquierda, veremos que hay muchos hermanos que no asisten, mucha gente que amamos y no está. No están por muchas razones: enfriamiento espiritual, por que no los dejan, por falta de ánimo. Como congregación no estamos intercediendo por ellos, no estamos orando por ellos, estamos siendo tan apáticos que pensamos “con que yo esté aquí, ¡ya la libre!” Es triste que la gente de afuera se esta muriendo.
Somos tan permisivos con nosotros mismos, que nuestras oraciones van orientadas a “perdóname, quítame éste pecado, ayúdame” en lugar de aprovechar la oración de intercesión a favor de otros. Necesitamos sacar a la gente de donde está y llevarlos al Señor.
Moisés tuvo una actitud correcta. Dios le dijo “Tu pueblo que sacaste” y Moisés dice “no, son Tu pueblo, el pueblo que Tú sacaste, tu eres nuestro Dios” Dios le dice “Ya déjalos, te haré una nación” y Moisés dice “no Señor, son tu pueblo” y el pueblo había pecado muy fuerte.
Moisés no se cansó de interceder por su pueblo, ¿nosotros ya nos cansamos de invitar a la gente, de interceder por ellos? Cuando trabajamos para ganar almas, el enemigo no esta contento y nos pone piedras en el camino ¿estamos dispuestos a pagar el precio? ¿nos estamos esforzando? ¿en realidad nos importa que no se pierdan las almas?
Moisés estaba en la presencia del Señor, pero al mismo tiempo tomando de la mano a un pueblo necio, de dura cerviz, necio, rebelde, obstinado, que lo traicionaron, pero Moisés dijo “no los destruyas” ¿hacemos lo mismo?
Le decimos al Señor “Señor, ayúdame, trae a ésta persona a este lugar para salvación” y con nuestra palabra, con nuestra conducta, con nuestro amor, con nuestra Fe, Dios puede obrar para traer a las personas. Pero en realidad ¿tenemos buena conducta? ¿tenemos buena palabra? ¿de verdad permanecemos en la pureza del Señor? Todo lo anterior es para presentarnos delante de Dios y decirle “no los destruyas, ten misericordia, perdónalos y atraelos a ti”
Cristo viene, ¿nos queremos ir solos? ¿no nos gustaría irnos con nuestra familia, con nuestra congregación? Y si, no depende de nosotros, depende de Dios, pero para que Dios obre tiene que encontrar un instrumento como Moisés.
No somos el Espíritu de Dios que transforma, pero si podemos set piedra de tropiezo para que la gente no venga o la luz y sal para que muchos crean. Podemos ser una gran bendición, o un gran estorbo.
Debemos mantenernos en santidad, y la santidad tiene dos aspectos, apartarnos del mal y servir a Dios. Si estamos en santidad estamos sirviendo al Señor, de día y de noche.
Debemos entender la seriedad de que un alma se vaya al infierno. Los católicos, cuando alguien muere, pagan la misa, y rezan, para sacar el alma del purgatorio, están engañados, pero al menos tienen la intención de hacer algo. Como cristianos sabemos que eso no existe, el que llega al lago de fuego, no puede salir, ya no tiene otra oportunidad. Nosotros lo creemos y lo sabemos, ¿no nos duele nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros? ¿importa mas perder el trabajo, la vida? ¡Dios tiene control de todas las cosas!
¿Cuándo vamos a entender la responsabilidad tan grande que tenemos? ¿tenemos que pagar un precio alto? Si, pero los que hemos tenido la bendición de traer a alguien al altar, y verlo arrepentirse, verlo entregar su vida, y que traiga a su familia, es la bendición mas grande que podamos tener, por que podemos ver a Dios y decir “fui útil, valió la pena el sacrificio que hiciste por mi, el aguantarme, el tolerarme, el esperar a que diera frutos ¡valió la pena!”
No nos rindamos, no tomemos la actitud ni el camino equivocado. No cese nuestro hablar y nuestro testimonio para que la gente se acerque al Señor, No seamos piedra de tropiezo, seamos luz, seamos la sal de esta tierra. Oremos para que el Señor trabaje en nosotros, al mismo tiempo que trabaje en los demás, por que si nos esperamos a que termine la obra en nosotros, no vamos a hacer nada, tiene que trabajar en nosotros, y a la par en los demás.
No nos rindamos, en Dios, y sobre todas las cosas, no dejemos de orar e interceder por las personas. Sólo Dios puede transformar, pero quiere vernos a ti y a mi de rodillas.