Transcripción de la prédica del 23 de marzo, 2025
11 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Lucas 11:1
¿Todos sabemos orar? ¿oramos bien? ¿nos apasiona la oración? A veces no sabemos orar, por que no hemos entendido algo muy importante… la oración no es para todos, no es para cualquiera, los rezos si, las repeticiones si, las tradiciones también, pero la oración es exclusiva para los hijos de Dios, ¿por qué? Porque para orar se requiere Fe, y la Fe se adquiere cuando somos salvos.
Todos podemos reclamar a Dios, porque hace calor, porque ya nos enojamos con alguien, o podemos suplicar, pero ni siquiera sabemos donde esta Dios, algunos dirán que en todos lados, otros que en el cielo, otros tendrán su “estampita” Por eso es que las personas que no conocen a Dios no pueden orar, porque no lo ven, pero a Él se le ve con los ojos de la Fe.
Los hijos de Dios hemos sentido un abrazo de Dios, hemos visto la mano de Dios, así que los hijos de Dios hemos visto a Dios. No podemos dibujarlo ni palparlo, pero para eso Dios nos dio alma y espíritu, incluso muchas veces en el cuerpo sentimos la mano de Dios.
Por eso es que solo los hijos de Dios tenemos el privilegio de orar, y en esa oración acrecentamos una relación con Él.
Podemos ver por ejemplo la transformación que tuvo el apóstol Pedro a través de su relación con Jesús. Pedro quería hacer todo, quería mandar, quería gobernar, o se tiraba en el suelo y decía “no sirvo para nada”, o era intrépido y decía “quiero caminar en el agua contigo” o se alteraba y decía “no tenemos dinero” todavía en sus últimos días con Jesús le dijo “Señor yo por ti me enfrento a Pilatos, derribo Roma por amor a ti” y a la mera hora “No, yo no lo conozco”
Cuando el Señor resucita, Pedro andaba en lo suyo, ya estaba en su antiguo oficio, pescando en su barca, y de repente ve a Jesús, y hasta se avienta al mar para ir con Él. El Señor le dijo “te voy a hacer una pregunta” Tal vez Pedro pensaría que le diría “¿por que me traicionaste? ¿por que te alejaste?”, es decir, pensaría que sería algún reclamo. El Señor le preguntó “¿Me amas?”
En la tercera ocasión Pedro tuvo que reconocer que Él era el Señor, y que lo sabía todo, y le pidió que lo transformara. Pedro sufrió una transformación total.
Todavía, antes de la llegada del Espíritu Santo, Pedro tomó la iniciativa, reunió a todos, citó las escrituras, mencionó que alguien más debía tomar el ministerio… Nadie lo mando, pero él quería estar haciendo las cosas, como buen líder, ya que Jesús le había dicho que iba a edificar la iglesia. Al final Pedro tuvo que reconocer que estaba equivocado, y se sometió a Dios, y cuando vino la unción del Espíritu Santo tres mil personas se convirtieron, ya quisiéramos convertir a 100, o salir a predicar y que 10 nos escuchen, muchas veces salimos y nadie nos quiere escuchar. Y pedro a la primera, tres mil, y en otro discurso, cinco mil.
Hoy no tenemos físicamente a Jesús frente a nosotros, pero Dios está con nosotros, y lo que Él quiere es que a través de esa relación seamos transformados, y para eso se requiere fundamentalmente la oración. Por que cuando no oramos y leemos la Biblia, nos hacemos necios, la entendemos a nuestra manera.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Juan 14:13
Sin entendimiento, sin sabiduría podríamos decir “yo quiero un carro, y declaro que ese carro es mio, por que ahí dice que todo lo que pidieres” Yo declaro, yo arrebato… pero, ¿y quién soy yo? El que hace posibles todas las cosas es uno, Jesucristo. Nuestro deber es rogar al Padre, que en el nombre de Jesucristo pasen las cosas. Rogar, suplicar, no declarar ni arrebatar.
La Biblia nos ubica poco menor que los ángeles, y los ángeles son seres sumamente poderosos. Así que nosotros no somos, es el Señor quién hace las cosas.
Ahí es donde comenzamos a ver que la bendición de la oración es para los hijos de Dios, por que Él es el único que puede hacerlo todo. Es una bendición hermosa y maravillosa, pero tenemos que tener la certeza.
Dios está en todos lados, en algunos lugares es bendición, pero en otros Dios está viendo las acciones de los hombres, y no puede intervenir, no por que no tenga el poder, sino por que Él nos ha dado la voluntad de decidir lo que queremos hacer. Ahí no entra la moral, entra la verdad de la Palabra. Podemos decir “es solo una mentira piadosa” pero la Biblia enseña que el que miente le hace caso a su padre satanás quien es padre de mentira. Si no queremos ser hijos del diablo, pues fácil, no mentimos.
En nuestra moral podemos decir “no adultero”, pero la Biblia dice que si codiciamos a alguien en nuestra mente, ya estamos adulterando.
La moral no tiene que ver aquí. La moral puede decir que es correcto el amor entre hombre y hombre, o mujer y mujer, o cualquier cosa fuera de la palabra de Dios que ha dicho que creó hombre y mujer para estar juntos, no más. La moral no tiene nada que ver, tiene que ver lo que Dios pide.
No podemos leer la Biblia si no hay una relación y oración con Dios.
25 ¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla!
¡Jonatán, muerto en tus alturas!
Que me fuiste muy dulce.
Más maravilloso me fue tu amor
Que el amor de las mujeres.
Han perecido las armas de guerra!
1 Samuel 1:25-27
Hay quienes han tomado el pasaje anterior, mal interpretado, sin discernimiento de Dios y los llevan a decir que la Biblia permite el amor entre hombres.
La palabra de Dios no lo permite, lo que enseña es que David y Jonathan tenían un pacto, a tal punto que Jonathan reconoce que no gobernará y le dice a David, “tu vas a ser el rey de Israel” Es amor de respeto, de fidelidad, no sexual. Pero si no tenemos una relación con Dios, tendremos una interpretación incorrecta de las escrituras.
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
Salmos 100:4
Una actitud correcta para comenzar a orar, entrar por sus atrios con alabanza. ¿Cuántos de nosotros agradecemos a Dios por las cosas, tanto las buenas como las malas? Pero…¿de verdad le agradecemos a Dios cuando nos va mal? ¿agradecemos o reclamamos por la enfermedad? ¿entendemos lo que es la gratitud? Hay una gran diferencia entre dar gracias y tener una acción de gratitud.
Si por ejemplo vemos que en una tienda la ropa esta de oferta en 100 pesos, damos gracias por la oferta, y vamos con mucho entusiasmo, pero al llegar vemos que había sido un error, que en realidad la ropa está en 10,000 pesos, ¿cómo terminamos? ¿damos las gracias?
Ahora, ¿en verdad damos las gracias a Dios por las cosas malas? Cuando esperamos algo nos emocionamos, nos ilusionamos, es un buen sentimiento, pero cuando tenemos el panorama diferente, y no hay gratitud, hay molestia, pero Dios nos dice aún en esas situaciones “Se agradecido” No estamos entendiendo la gratitud en las cosas malas, o las cosas que a nosotros nos parecen malas.
¿Donde está puesta nuestra Fe? ¿en la bendición, en el resultado, o en Dios? Dios hizo los cielos y la tierra, Dios abrió el mar rojo, Jesucristo resucitó, pero Dios también permitió que decapitaran a Juan el Bautista, Dios permitió que Pablo naufragara, Dios no quiso sanar a Pablo, Dios sacó de la tierra prometida a Moisés. Entonces, ¿Dios no es bueno?
Ahí entra la verdadera Fe, o una Fe engañosa. Si Dios nos dice que amemos a nuestra esposa / esposo, sea como sea, debemos hacerlo. No estamos teniendo Fe en Dios, estamos teniendo Fe en lo que Dios hace, en la bendición.
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17
La palabra de Dios, tiene la esencia de Dios. Dios es eterno, inmutable, justo, sabio y es amor. Si Él nos dice “ama” tenemos que amar, si nos dice “perdona” debemos perdonar.
Ese es un problema en la iglesia en general, ya no tenemos ni Fe ni temor, por que no lo vemos como Dios, se ha rebajado tanto el evangelio para adecuarse a las personas. Es mas fácil creer esas ideas que pensar en que Dios tiene el poder para bendecir, pero en su autoridad esta dar o quitar.
Cuantos dirán, “le pedí a Dios por mi madre, y al final mi madre se murió, por eso no creo en Dios” La verdad es que esa persona nunca creyó en Dios, de Dios es la vida y la muerte, y Él determina. Es el Dios que dijo a Moisés “Tu eres el siervo mas grande, no hay otro como tu, pero no entras a la tierra prometida” o “Juan fue el último de los profetas y en Él se cumplen todas las profecías” pero permitió que fuera decapitado. Dios también permitió a Esteban que lo viera en toda su gloria, pero también permitió que muriera lapidado. Pablo fue al cielo, y describió cosas hermosas, pero Dios no lo quiso sanar.
Ese es nuestro Dios. Por eso en nuestras oraciones, por eso nuestra Fe, por eso el temor esta siendo derribado, la iglesia se enfrió, por que hemos perdido de vista quién es Dios, y queremos un Dios a nuestra manera, un Dios tolerante, flexible, con el que podamos negociar.
Es simple ¡El es Dios!, si temes a Dios, lo obedeces, si no temes a Dios, ¡haz lo que quieras! No todas las respuestas son como queremos, hay respuestas donde Dios nos dice “no” No busquemos un “si” o “algo a nuestra manera” busquemos la respuesta de Dios.
Pero, ¿dónde esta nuestra Fe? Si no entendemos que la Fe debe estar puesta en Dios, en su voluntad, y que su voluntad es perfecta, siempre nos estaremos apagando y prendiendo, agradeciendo cuando nos da lo que queremos y pensando que es injusto cuando no nos contesta como esperamos. ¡Él es Dios, y nosotros debemos obedecer!
La Biblia enseña muchas cosas sobre la oración, pero si primero no entendemos de forma clara que es la Fe, y lo que es la Fe en Dios y su palabra, no recibiremos, por que pedimos desde nuestra perspectiva, desde lo que queremos, y nos olvidamos de Dios.
3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Santiago 4:3
41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
Lucas 22:41-43
Jesús mismo aceptó la voluntad del Padre, y muchos de nosotros lo decimos “de dientes para afuera”, aceptamos su voluntad, siempre y cuando nos convenga. ¡Es su voluntad!
Muchas veces estamos motivados y tomamos al profeta Isaías.
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Isaías 43:2
Pero cuando recitamos el verso todos nos vemos fuera del fuego, pero pocos nos vemos en la llama, ¡días en la llama! Por que el Señor dice “Te voy a pasar por fuego, pero no te quemarás” ¿a quién le gustaría que en este momento Dios nos metiera al fuego? Podemos pensar, “a duras penas ahí voy y quieres que me metan al fuego” o pensamos que el fuego de Dios es como un cerillo, pero a veces son los hornos como los de Daniel. Es ahí donde se tiene Fe en Dios y su palabra, aunque todo esté ardiendo en fuego, este todo cerrado, y el horno no se apague, dijo Dios que nos iba a pasar, pero también que íbamos a salir.
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4:6
Y nosotros hacemos todo un proceso de esto. Primero oro, y como Dios no me hace caso a la primera, luego ruego, si me hace caso le doy gracias, y si no me enojo, y no es así. Todos los días que invoquemos el nombre del Señor debemos decirle “Señor, aunque tu lo sepas, te lo quiero decir…” eso fomenta nuestra relación. No basta con llegar a la congregación, ir al altar y decir “Señor, tu sabes lo que necesito”
El tema es ¿dónde esta nuestra Fe? Por que donde está nuestra Fe, ahí esta nuestro Dios. ¿En la cuenta bancaria? ¿en nuestros contactos? ¿en nosotros mismos? Cuando necesitamos o queremos una relación con Dios, le suplicamos, le rogamos. Cuando tenemos a Dios, como “Dios” en todo momento estamos con Él, todos los días.
El tener momentos de oración con Dios es sumamente importante, nos da una relación con Él, y una relación verdadera.
16 Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar. 18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:16-17
El verso anterior no se refiere a que estemos todo el día en el altar, se refiere a que siempre estemos dependiendo de Dios. Nuestras oraciones deben estar bien enfocadas en lo que es Dios, en quién es Dios y en la voluntad de Dios.
A todos nos encantaría que le preguntáramos algo a Dios y en ese momento nos contestara y nos aconsejara, pero no pasa. El Señor nos puede tener suplicando por días, meses, incluso años, y no vemos respuesta tangible, pero el que no la veamos no quiere decir que Dios no esta actuando, pero Dios no esta obligado a revelarnos lo que hace, cuando y cómo lo hace, por eso es Fe.
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
La Fe es la certeza de lo que se espera, es obvio que cuando tienes Fe, no se ha recibido, y no se ve. Cuando ya recibimos lo esperado, ya no es Fe, ya es testimonio de lo que Dios hace.
20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Mateo 17:20
La Fe, cuando la tenemos en Dios, nos genera dependencia. Si tienes verdadera Fe en Dios, tienes la vida asegurada, tienes la salud asegurada, tienes tu hogar asegurado, por que Dios determina todo. No quiere decir que dejemos todo a Dios. La Fe implica obediencia, trabajo, servicio, responsabilidad. La Fe no es inactividad, la Fe siempre será activa. Esa es la verdadera Fe.
48 Y vosotros sois testigos de estas cosas. 49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. 50 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
Lucas 24:48-50
Jesús les dijo a sus apóstoles y discípulos que permanecieran en Jerusalén hasta que descendiera sobre ellos el Espíritu Santo, y ellos, ¿qué hicieron? Se congregaban y oraban, y estaban juntos y en armonía, eso es Fe, ellos no sabía cuando descendería el Espíritu Santo, pero eran constantes en la oración y en la congregación, hasta que descendiera el Espíritu Santo. Si hubiera tardado 20 años, 20 años hubieran estado en Jerusalén. Esa es la verdadera Fe.
Muchas veces no es lo que esperas, no es lo que pides, pero recibes. A veces no nos va a gustar. Muchas veces Dios nos va a corregir.
La Biblia no da lugar para no entender que es la oración, nosotros somos los que modificamos a nuestro criterio, bajo nuestra moral, lo que es la oración.
5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Mateo 6:5-8
El verso continúa con el modelo de la oración, pero todavía no comenzamos a orar, y Jesús ya nos esta corrigiendo. No seamos hipócritas, ni vanidosos, ni lucidos, antes de orar, cierra tu puerta y ven. Antes de orar ya hay un trato con Dios, y eso no lo hacemos.
Todos en nuestras casas tenemos un lugar especial para comer, un lugar especial, para cocinar, para dormir, pero no todos tienen un lugar especial para orar. La tradición mexicana popular tiene un altar con su veladora y demás cosas, y nosotros no tenemos un lugar especial para orar, para clamar a Dios.
El Señor nos lleva a tener un lugar especial para Él. Todo lo que tenemos Dios nos lo ha dado, ¿por qué no hacemos lo mismo por El? Debemos orar no en un sentido cultural o religioso, sino buscando la verdadera relación con Dios.
2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Romanos 5:2
Tenemos una esperanza firme y nos gloriamos. Los que practicamos la oración lo vemos como algo muy bonito, pero es decisión personal, o venimos a Dios, o nos quedamos así.
Cuando salimos a la calle, y tenemos la paz de Dios, pueden pasar muchas cosas, pero las sabemos controlar. Cuando no llevamos la paz de Dios, buscamos desquitarnos o dañar al prójimo. Es muy común en la tradición que las personas se persignan encomendándose a Dios, o los padres persignan a sus hijos antes de ir a la escuela. ¿Nosotros los cristianos que hacemos? Nosotros deberíamos ir a nuestro altar, a nuestro lugar especial y poner nuestro día en las manos de Dios, antes de poner un pie en la calle. Comenzando el día, debemos tener la bendición de Dios. Terminando el día, debemos ser agradecidos por lo que sucedió en el día, bueno o malo, pero si llegamos al final del día, quiere decir que todavía tenemos vida, y debemos agradecer a Dios.
18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Efesios 2:18
Nosotros podemos entrar en oración al Padre. Nosotros podemos tener una relación por medio de la oración, debemos aprovechar esta gran oportunidad. Cuando nos llegue la muerte, ya no podremos orar, nadie nos va a escuchar.
En la parábola del rico y Lázaro, el rico se preocupaba por su familia, para que no fuera al lugar de tormento. El rico ya no estaba orando, esta gritando, pero ya no era escuchado, ya no podía pasar a otro lado, ni su familia podía escucharlo. Cuando los cristianos estemos en el reino de los cielos, ya no vamos a orar, ya estaremos con el Señor haciendo su voluntad. Pero hoy debemos orar y practicar la oración.
14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
1 Juan 5:14-15
Esto es Fe. Por eso es que solo los cristianos podemos orar. Vamos a Dios para que esa maravillosa bendición de que estamos con Dios, tenga el fruto que debe tener.
6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11:6
Tenemos la certeza de que Dios es galardonador, que los pensamientos de Dios son buenos, pero debemos aceptar que lo que Dios considera que es bueno para nuestra vida, no necesariamente nos va a gustar. Los pensamientos que Dios tiene para nuestras vidas, no necesariamente los vamos a recibir con una sonrisa, ¿por qué?, si Dios hoy te pide que perdones a tu familiar que te hizo daño de pequeño, a quien te abandonó, a quién te ofendió, y te dice no solo que los perdones, sino que los busques para predicarles la palabra, pocos dirían si con entusiasmo.
Dios quiere que seamos testimonio del poder y la gloria del Señor sobre nosotros. Los pensamientos de Dios son grandes y perdonar nos trae libertad y paz a nosotros, nos trae gozo y estabilidad, mas a nosotros que a los que nos han ofendido. No solo perdonar, también agradecer por lo que han hecho con nosotros. No es sencillo ni fácil, pero hay que poner la Fe en Dios, no en el resultado. Pero no todo lo que pide Dios, en ese pensamiento de bien, en ese galardón, necesariamente lo aplaudimos. Pero al final, cuando lo hacemos y obedecemos, somos libres y vemos la gloria de Dios.
No desaprovechemos la bendición de orar. ¿cuánto tiempo? ¡hasta el momento que Dios nos responda! Puede ser pronto, o no. A veces necesitamos que la respuesta sea precisa, pero Dios solo dice “ya te escuché” y debemos regresar después, y así, hasta que Él hable.
Hay lugares que dicen que Dios no habla, pero es no es cierto, Él tiene una linea directa con cada uno de nosotros, a través de nuestro Espíritu. Debemos aprovechar esa oportunidad, pero debemos buscarlo. Él ya vino hace mas de 2000 años y pagó por ti y por mí, Él dejó su gloria y su poder para estar aquí. Él ya lo hizo por nosotros, Él ya no tiene por que buscarnos, ahora nosotros somos los que le debemos buscar y agradecer, y rogar, y someternos, y decir “hágase tu voluntad”
No siempre la respuesta de Dios nos va a dar sonrisas, no siempre nos dará alegría, pero si nos va a dar paz y gozo.
La bendición de orar, debe cubrir ciertas características.
- Debe ser dirigida al Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
- La oración es una invocación a Dios, pero con base en una relación. En todos los momentos difíciles Dios esta al pendiente de nosotros, si tenemos una relación con Él.
- Debemos tener Fe y dependencia de Dios.
- No somos pedidores de cosas. Si alguien los pide orar, por que nosotros “ya tenemos una relación con Dios”, no funciona así. La persona que requiere la oración debe tener Fe y debe pedirlo directamente (no es exactamente intercesión, que se tocará en otra prédica)
- Debemos tener un corazón humilde, con todo ruego y súplica al Señor.
- Debemos tener un corazón limpio. La Biblia dice que si llevamos nuestra ofrenda y sabemos que alguien tiene algo en contra nuestra, dejemos nuestra ofrenda y vayamos a arreglar las cosas, y después regresemos al altar.
- Perseverancia, se constante hasta que la Fe se vuelva testimonio.
Oremos, tengamos un lugar especial para Dios en nuestras casas, invitar a nuestra familia a clamar a Dios, tenemos que ser testimonio y ser ejemplo.