Transcripción de la prédica del 2 de febrero 2025
La presencia de Dios es hermosa, es maravillosa, cuando uno se deleita en la presencia de Dios. Hay lugares y ocasiones en donde se siente la presencia de Dios de una forma muy grande. Como cristiano a veces quisiera que los demás sintieran Su presencia, así como yo la siento. Pero muchas veces la gente no siente lo mismo que nosotros, y tampoco podemos obligar a la gente a que sientan la presencia de Dios. Muchas ves es debido por la falta de humildad.
¿Pero qué es la humildad? Mucha gente tiene un concepto erróneo. Muchos cristianos tienen un concepto mas acertado, pero aún así hay un problema para entender lo que en realidad es. A veces fingimos, y es difícil de aceptar. En el mundo la humildad se puede ver como un símbolo de derrota, de debilidad. Si alguien es “sencillo” o “humilde” puede ser blanco de ataques. Se mal entiende la humildad.
También se confunde la humildad con la forma de vestir. No tiene que ver con las marcas ni con el dinero. Tanto en los arrabales como en las mejores mansiones hay gente muy soberbia. La humildad viene de adentro del corazón, no tiene que ver con la posición social. La falta de humildad nos hace ser arrogantes, soberbios, orgullosos, altivos, querer tener siempre la razón, a no depender de nadie, por que “solos somos y solos podemos”, ahí es donde está el problema. Dios quiere hablar con nosotros, tratar con nosotros sobre la humildad.
La humildad es un arma poderosa frente a nuestros adversarios. Con la humildad podemos derrotar a nuestros enemigos. Cristo fue humilde, los hombres de Dios han sido humildes. Así como Él, nosotros tenemos que ser humildes, perdonar a los que nos han dañado, a la familia, a la pareja, a los hijos, pero es muy difícil por nuestro orgullo.
Ahí está el problema del ser humano, la falta de humildad, de sencillez, somos altivos por naturaleza, llegamos a ser prepotentes. A veces los problemas y el movimiento de la vida diaria nos lleva a ser orgullosos.
Dios no quiere orgullosos, pero analicemos éste punto bajo la lupa de la palabra de Dios.
4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. 5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque:
Y da gracia a los humildes.
1 Pedro 5:4-5
¿Usted sabía que Dios resiste a la gente soberbia? Dios da gracia a los humildes, no a los soberbios, orgullosos, altivos ni prepotentes. Por eso a esa gente le falta Dios, en su carácter, en su trato a los demás, en sus acciones, no reciben nada de nadie, todo lo hacen por ellos mismos. Cuando llegamos a Cristo, cuando le pedimos perdón al Señor, lo primero que Él quiere es un corazón sencillo y humilde.
Es difícil para algunas personas reconocer que fallamos. Nos cuesta trabajo, siempre buscamos excusas hacia afuera, pero no vemos hacia dentro de nosotros. Nos hace falta humildad para reconocer nuestros errores. Nosotros también nos equivocamos, aún así, en la iglesia buscamos y nos acercamos a Dios, pero en el mundo es difícil que la gente se acerque a Dios. Se necesita humildad para reconocer lo que hemos hecho, y para llegar a Dios, reconocer y pedir perdón. Para tener buenas relaciones con nuestros semejantes se requiere humildad para reconocer lo que hemos hecho.
Dios resiste al soberbio, cuando hay un corazón que se humilla Dios perdona, da gracia a los humildes, si reconocemos nuestras faltas y pecados, si reconocemos nuestra posición delante de Dios, Él nos puede salvar y darnos vida, y vida en abundancia. ¡Eso es el poder de Dios!, ¡esa es la gracia de Dios! ¡no siendo merecedores de nada, Él nos da todo!
Dios nos bendice, Dios nos da, pero somos tan orgullosos que cuando fallamos no queremos acercarnos a Él. Cristo le dijo a la pecadora “véte, y no peques mas”, pero no la rechazó ni la juzgó, Él perdona cuando hay un corazón humilde, sincero, que reconoce quién es Dios.
QUE ES LA HUMILDAD
Es una virtud que consiste en tener una visión realista de uno mismo, reconocimiento tanto de las propias fortalezas como las debilidades sin exaltarse ni menospreciarse.
Humildad no es pensar que no podemos, o victimizarnos diciendo que todo lo hacemos mal y que siempre nos va mal. Tampoco es exaltarnos. La virtud de la humildad es una característica que debemos tener todos los hijos de Dios. Aceptar nuestras debilidades, pero también aceptar que podemos ser utilizados por Dios para su obra.
A veces no queremos reconocer nuestra posición ante Dios por que pensamos que es señal de debilidad. Debemos reconocer nuestros errores, levantarnos, pedir perdón y comenzar a tener una relación nueva con Dios y con nuestros semejantes.
QUE ES UNA ARMA
Es cualquier objeto diseñado o adaptado para causar daño o lesiones a un ser vivo o para destruir o dañar propiedad.
Un arma puede ser cualquier objeto. Un cuchillo puede servir para cocinar, o para atacar a la gente. Cuando creemos en Dios, ocupamos ese objeto para el bien.
QUIEN ES EL ADVERSARIO
Satanás ,el diablo ,la serpiente antigua y sus ángeles caídos.
Nuestro enemigo no son nuestros padres, ni el vecino, ni nuestro pariente, ni el chofer, etc. A veces decimos que no queremos nada con alguna persona, y damos nuestras razones. Pensamos que la gente es orgullosa, pero muchas veces el orgullo está en nosotros.
Tenemos que cambiar nuestra perspectiva. La humildad muchas veces tiene que ver mas con lo que hacemos hacia afuera que lo que somos nosotros.
El orgullo y la vanidad destruyen
Frase de un predicador de Sudáfrica
LA HUMILDAD ESPIRITUAL ES LA MADRE DE TODAS LAS VIRTUDES. SOLO POR ELLA EL HOMBRE ASUME SU POSICIÓN DELANTE DE DIOS SER NADA Y DEJAR QUE DIOS SEA TODO.
RICK WARREN
Cuando tenemos algo de nuestra vanidad, de nuestra arrogancia, eso no le sirve a Dios. Cuando tenemos arrogancia en nuestro corazón, Dios no nos puede usar, por que Él resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.
A veces nos sentimos tan grandes que no dejamos que Dios sea todo en nosotros, y por eso surgen los problemas. Hacemos lo que queremos y luego culpamos a Dios por lo que hemos hecho. Esa naturaleza carnal daña a las personas que están con nosotros.
Humildad es pensar menos en nosotros y estar enfocados mas en Dios. Cuando reconocemos a Dios en todos nuestros pensamientos, en todos nuestros caminos, en todas nuestras acciones, cuando lo consideramos en cada decisión, preguntarnos ¿qué haría Cristo en mi lugar? ¿El pagaría mal por mal? ¿daño por daño?
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
Filipenses 2:7-9
¿Cuantas veces tenemos que callar para evitar problemas? ¿callar si no vamos a decir algo bueno?
No somos humildes por ir a la iglesia, por orar todos los días, o por ofrendar y diezmar.
Humildad es mas como trato a los otros que en lo que pienso de mi mismo.
Libro Humilitas
No tiene que ver con Dinero
Tristemente en nuestra sociedad se ve a la gente con el signo de pesos. Necesitamos cierta vestimenta, cierta membresía, cierta pertenencia a un lugar. Eso a llevado a la gente a ser altiva y despreciativa. A los que no tienen lo que ellos tienen lo ven mal. ¿De que tipo somos nosotros? ¿de los que despreciamos y criticamos con lo que Dios nos ha dado, o de los que compartimos lo que Dios nos ha dado?
Necesitamos comenzar siendo humildes, despojarnos de lo que tenemos para dárselo a otro.
Y humillarás los ojos altivos.
Salmo 18:27
Dios nos guarde de estas cosas, pero a veces si tenemos miradas altivas, vemos a los demás debajo de nosotros, por que no tiene, por que no puede, por que no vino. Dios ve a sus santos, a su pueblo, y si alguna vez le hacemos un desprecio a un hijo de Dios, cuidado, por que Dios es Dios de la persona a la que le estamos haciendo el daño. Dios ve esas acciones, Él juzga.
Y a los humildes dará gracia.
Proverbios 3:34
Si dañamos a los demás, Dios nos va a escarnecer. Dios no da por inocente al culpable. Él siempre hace las cosas bien, Él siempre nos ve como somos. Por eso debemos tener cuidado de quienes somos.
6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Santiago 4:6
Dios conoce el corazón del hombre. Hay gente que se siente orgullosa por el dinero que tienen. Otros por su belleza, o por los “like” que reciben. No esta mal sentirnos bellos / bellas, el problema es el orgullo.
Muchas personas tienen “ídolos”, cantantes, actores, gente famosa. Pero un ídolo se pone a la altura de Dios, son orgullosos, queremos saber todo de ellos.
La humildad no es sinónimo de debilidad. La humildad es una fuerza interior que nos permite ser auténticos, generosos y compasivos.
Si alguna persona le cuesta ser generoso o compasivo, le falta humildad. ¿Cuál es mi posición, mi postura ante los demás?
Todos los hombres de Dios deben ser humildes
Los hombres de Dios, los llamados, los profetas, los líderes deben ser humildes.
3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.
Números 12:3
Moisés era manso, respetuoso, sencillo, modesto. Le dio el honor y la honra a Dios, y esa misma honra y honor es la que tenemos que darle nosotros. Si tenemos talentos y virtudes para poder hacer algo en la iglesia, todo es para la honra de Dios.
Reconocer mi posición ante Dios
11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Lucas 18:11-14
La oración del hombre comienza con una posición de orgullo. Se sentía superior a los demás. Comienza a hablar de los demás. Se comparó con el publicano para poder decir “yo soy mejor que él”, es decir, con arrogancia y soberbia.
Cuando Dios nos manda a servir, Él nos pone en el lugar que Él quiere, pero ese no es motivo de sentirse orgulloso, todo es para la honra, honor y gloria de Dios. En el momento en el que tengamos el orgullo, Dios se va, por que resiste al altivo y da gracia a los humildes. Él nos puede poner y Él nos puede quitar. Cuando nos ponemos en un lugar que le corresponde a Dios, Él nos quita.
El hombre quería justificarse por lo que él era, “yo si ofrendo”, “yo si diezmo” A veces queremos comprar a Dios, “Si me das ésto, yo haré lo otro” Dios no se deja comprar, si Él nos da algo es para la gloria de su nombre y para bendecir a los demás, pero nunca para la exaltación de la propia persona.
Si aprendemos a tener humildad y sencillez, Dios nos va a dar y a bendecir. El hombre que se humilló, reconoció que era pecador, es el que recibió el perdón y la bendición de Dios.
Si el enemigo nos quiere tentar haciéndonos pensar que lo que poseemos es por nuestros méritos, hay que callarlo y pensar que todo es para la gloria de Dios, nuestros talentos, habilidades, dones, es por su gracia, y para su gloria.
Siempre habrá bendición cuando nos humillamos, cuando reconocemos nuestra posición ante Dios. Sin Él no tenemos nada, con Él lo tenemos todo.
Dále a Dios tu vida, humíllate debajo de su poderosa mano, reconócelo en tus caminos y Él te llevará a crecer, a madurar, en te llenará de gracia, pero tienes que comenzar con humildad y sencillez.
David y el orgullo
En algún momento David lo tenía todo, era rey, tenía un palacio, concubinas, un gran ejército, ¿y qué hizo David? Aún él teniéndolo todo, pecó. Si nosotros pensamos “Señor, cuando me des ésto, te serviré” Pero aún David no lo hizo. Si esta en la voluntad de Dios, por supuesto que Él nos dará lo que pedimos. David tenía todo y aún así pecó.
Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.
Escondiste tu rostro, fui turbado.
Salmos 30:7
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.
No seré jamás conmovido,
7 Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.
Escondiste tu rostro, fui turbado.
Salmos 30:5-7
David dijo “en mi prosperidad no seré jamás conmovido” él ya se sentía rey, el se sentía seguro, “jamás sería conmovido”, es decir, no sería quitado de su lugar (esta traducción es RVR1960, si comparamos otras, por ejemplo la NTV, dice: Cuando yo tenía prosperidad, decía: «¡Ahora nada puede detenerme!»)
David se sentía grande por lo que había logrado, pero esa fuerza no venía de él, venía de Dios, todo lo que tenía provenía de Dios. Por su orgullo, Dios le escondió Su rostro.
Tal vez nos hemos sentido grandes o confiados por que tenemos riqueza, cuenta en el banco, sabiduría, o en otras cosas. Dios no le quitó nada a David, Él le dejó todo, pero le escondió Su rostro. Cuando somos soberbios Dios esconde su rostro. Tal vez no nos quite nada, tendremos el trabajo, la riqueza, el ministerio, pero Él aparta su rostro, ya no vivimos con unción, ya no sentimos su poder, ya no predicamos con la misma exaltación.
Por eso muchas iglesias y pastores ya no hablan con poder, sin unción, sin gracia, por que Dios les ha escondido su rostro. Se han enaltecido, pensando que lo que ha hecho la iglesia ha sido por ellos mismos, que el crecimiento es por ellos, Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.
Como el publicano, humillémonos delante de Dios, pidámosle perdón y digamos “Señor, aquí estoy”