Apocalipsis 22:6-17

Transcripción de la prédica del 10 de noviembre 2024.

La venida de Cristo está cerca

6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.

7 ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.

16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.

17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

Apocalipsis 22:6-17

La palabra es clara. Jesús mandó un ángel para mostrarle a Juan las cosas que han de suceder. Lo trascendente e importante es que el Señor dice, “¡He aquí, vengo pronto!”

Para el Señor, pronto no fueron días o meses, han pasado mas de dos mil años y la palabra de Dios sigue vigente, diciendo ¡He aquí, vengo pronto!

Lo maravilloso del Señor es que le dice a Juan, “ No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca” Los que no predican la venida de Cristo, no son cristianos, por que toda la iglesia cristiana entendemos que Jesucristo dijo ¡He aquí, vengo pronto!

Comenzamos a entender ¿qué es que venga?, ¿por quién viene? ¿para qué viene? Pero hay una sentencia muy fuerte y muy clara: Mas los perros estarán fuera, y no habla de los animalitos.

11Como perro que vuelve a su vómito,

Así es el necio que repite su necedad.

Proverbios 26:11

Aquellos que ya fuimos limpios, si volvemos al pecado, la biblia nos compara a perros que vuelven al vómito. Esta palabra es fuerte, pero es palabra de Dios. Dios nos llama, Dios es amor, Dios entregó a Cristo en la cruz por amor a nosotros. ¿qué preferimos?, que el autor de la biblia nos llame ¿hijos o perros? Por que el mismo que dice ¡tú eres mi hijo!, el mismo que dice ¡yo te amo!, el mismo que dice ¡yo soy tu padre!, el mismo que le dice a la viuda ¡yo soy tu esposo!, que le dice a la desamparada ¡yo soy tu defensor!, que le dice al enfermo ¡yo soy tu médico!, el que nos dice a todos ¡yo soy el pastor! También nos dice “cuidado con el pecado, por que es como el perro que vuelve al vómito” ¡y los perros estarán afuera! Y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo aquel que ama y hace mentira.

Podemos decir ¡no somos idólatras! ¿estamos seguros? ¿Cuántas veces hemos puesto nuestro dinero, nuestra vida, nuestra familia, nuestra profesión antes que a Dios? Algo muy claro, ¿cuántas horas trabajamos al día y cuantas horas servimos a Dios al día? ¿quién es nuestro Dios? Si no tenemos trabajo ni dinero, ¿cómo estamos, felices? Pero dios dice, “yo estoy aquí, yo soy tu sustento.

10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 41:10

Y nos lo promete:

33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 6:33

Pero queremos que sea al revés, “mas buscad primeramente todas las cosas que queremos y el reino de Dios vendrá después” Pero así no sucede. El que busca el reino de Dios primeramente, ese está confiado, amanezca o no amanezca, salga el sol o no salga el sol, por que nuestro Dios está con nosotros.

1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.

2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;

Junto a aguas de reposo me pastoreará.

3 Confortará mi alma;

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;

Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;

Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,

Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Salmos 23

Éste salmo es muy bello, “Jehová me pastorea junto a corrientes de agua”, ¡que bonito! Pero también dice “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” no hay razón para volver a pecar.

5 Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.

Isaias 54:5

6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

Jeremías 33:6

26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

Éxodo 15:26

Dios nos dice, “Yo soy tu marido”, “Yo soy tu médico”, “Yo soy la fortaleza de tu alma” No hay razón para ofender al Señor, para volver atrás, para ser idólatra. Amamos mas los vicios, el reconocimiento, y a veces nos hacemos nuestros propios dioses.

La palabra de Dios es fuerte, solo que aveces la vamos esquivando y solo queremos ver el Dios de amor, el Dios de perdón, el Dios de sanación, pero Dios nos está diciendo que estará afuera todo aquel que “ama y hace mentira” Mentir no es solo literalmente decir algo que no es verdad. A veces vivimos engañados pensando que somos buenas personas, que no engañamos, que ayudamos, pero no nos hemos entregado a Cristo. Las buenas personas no son las que se irán al cielo, sino las que hemos creído en el sacrificio, muerte y resurrección de Jesucristo, y andamos en la fe del hijo de Dios.

No son las buenas personas, ni los güeritos, ni los morenitos, ni los que diezman mas, son aquellos que han entregado su vida a Jesucristo. No somos perfectos, seguimos pecando, aunque no por gusto, sino por que nos equivocamos, y si pecamos nos arrepentimos. En la iglesia no somos puras personas santas, somos personas normales que reconocemos que pecamos y reconocemos nuestra dependencia a Dios, y también reconocemos que alejados de Él nada podemos hacer. Somos los que estamos en la iglesia.

3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

1 Corintios 13:3

Podemos dar todos nuestros bienes, entregarnos a nosotros mismos, pero si no tenemos amor no vale. No el amor humano, el amor eterno de Cristo.

18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

Santiago 2:18,26

Entonces, la salvación no es por obras, la salvación es por gracia y por fe, pero la fe necesita dar obras, por que es el fruto del espíritu actuando en nuestros corazones.

¿Cuáles son nuestras obras? ¿qué obras tenemos hoy para el Señor? De idolatría, de mentira, de engaño, o de amor, de entrega, de bendición. Una obra muy sencilla que podemos hacer es bautizarnos, y muchas personas no se quieren bautizar, ¿por qué? Si Dios está en tu corazón, entonces ¡bautízate! ¿por qué no? La gente cambia, se entrega, se congrega, recibe la palabra, da fruto de entendimiento, fruto de santidad, debe haber un cambio. No te bautizas por que “se sienta bonito”. La palabra de Dios transforma de tal manera que nacemos de nuevo, no es solo una emoción, y el nuevo nacimiento trae frutos, ¡Así de simple!

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Mateo 28:19-20

Alguien que no se congrega, que no anda en la fe de Cristo, que no lee la Biblia, no es un discípulo. Un discípulo anda en temor a Dios, respeta, se congrega y sirve al Señor. Si crees en Dios, en esa fe, tienes obras. Si no crees, no puedes obrar. Por ejemplo, cuando no queremos o dudamos el diezmar, por que no sabemos a donde parará nuestro dinero, no estamos creyendo. Cuando Dios entra al corazón, no nos lo tienen que pedir, lo damos por gratitud.

7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. 9 No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos;

Mateo 10:7-9

Si nos convocan a predicar a las 7 de la mañana en sábado podemos decir ¿por qué? ¡tengo cosas que hacer!, pero si Cristo está en nosotros pensamos ¡vaya, una oportunidad para salvar un alma! Y no importa el día ni la hora. De forma terrenal podemos pensar, ¡hay no, tengo sueño! ¡hay no, hace frio! ¡hay no, hace calor!, pero si estamos en Cristo decimos ¡AMEN, Dios me va a hablar!

La fe no es solo una emoción, son obras que muestran lo que está en nuestros corazones.

1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6 Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

Mateo 25:1-13

Tenemos la firmeza, la certeza, la seguridad, la veracidad de la palabra, en que Cristo viene. De lo que no estamos seguros es cuando, puede ser en esta generación, o puede ser en 10 generaciones mas, ¡Esa es soberanía del Padre! Hay personas que estudian las escrituras y hacen sus “matemáticas espirituales” y tratan de aproximar la fecha, pero la verdad es que nadie lo sabe. Podemos ver señales, podemos decir que esta próxima su venida, si hace 2000 años Él dijo “vengo en breve”, ¡hoy está mas cerca que en aquellos días!

La pregunta para nosotros, en el contexto de la parábola, ¿quieres ser una virgen prudente o una imprudente? Todos quisiéramos ser prudentes, de las que se van, de las que viene el esposo. Pero pasa un efecto interesante, todas las vírgenes sabían que venía el esposo, tan es así que todas se vistieron para la boda, todas salieron a recibir al marido, y todas llevaban su lámpara, pero no todas estaban preparadas.

En muchas iglesias se da la palabra, se habla de ésto, de la santidad, de la fe, del amor, del servicio, y Cristo revela que viene pronto. Ya no depende de Dios el que seamos prudentes o insensatos, depende de nosotros. La palabra está dada, la Biblia lo dice, lo confirma, lo reafirma y lo ratifica, y nosotros lo creemos, lo vivimos, lo esperamos.

Es interesante esta actitud, ellas sabían que el esposo llegaría en la noche, o en la mañana, pero tenía que llegar, lo sabían, ¿por qué no llevaron aceite suficiente? Ya sabían que podía ser toda la noche, sabían cuanto aceite se consumía durante ese tiempo. Hoy día diríamos que sabemos cuanta batería tiene nuestro celular, y si tiene el 5% sabemos que no nos va a durar para el día, lo tenemos que cargar, y si se nos hace tarde, mínimo nos llevaríamos el cargador. Entonces, ¿por que las vírgenes no llevaron suficiente aceite? ¿irresponsabilidad? ¿falta de fe? Podemos pensar lo que queramos, pero el hecho es que no llevaron aceite suficiente, y sabían las cosas.

No hay manera que hoy día la iglesia de Cristo no sepa que Cristo viene, ¿estamos preparados? ¿estamos listos para irnos al reino de los cielos? Si Cristo llegara hoy, ¿estamos preparados? ¿por qué? ¿a quién vamos a culpar? Muchos culpan a Dios, al pastor, al esposo, a la esposa, al trabajo, al presidente, a los hijos, etc. No podemos culpar a nadie, la relación de Dios con cada uno de nosotros es personal. Podemos crearnos una realidad subjetiva, en la que todos son culpables de nuestros problemas, nosotros somos la víctima y Dios nos va a perdonar. La realidad objetiva es que los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira no entrará al reino de los cielos, ¡eso nadie lo va a cambiar! Los únicos culpables de no estar listos, somos nosotros mismos.

Tal vez nos han dañado, amigos, familiares, iglesias o nosotros mismos, pero ¿nos hemos acercado al que sana y repara? Es mas fácil vivir en el dolor, en el rencor, en la apatía, en esa situación que decir al Señor ¡repárame!

El Señor puede reparar cualquier condición, cualquier falta de fe, cualquier engaño, cualquier situación del alma… Eso es importante, por que entonces si traemos nuestra lámpara y está rota, el aceite se derramará, entonces podemos ir a la casa de Dios y escuchar que Dios nos ama, que Cristo viene, que Él nos espera, pero estamos tan dolidos que ya no queremos que nos vuelvan a lastimar.

El Señor nos quebranta, nos rompe y nos hace de nuevo. Si nos duele, si nos pasará por fuego extremo, nos va a templar, pero cuando termine con nosotros estaremos bien, seremos libres y tendremos felicidad y paz, ¿lo vamos a dejar actuar?

Pero, y los que ya estamos reparados, ¿por que no traemos suficiente aceite? El aceite en la Biblia se refiere al Espíritu Santo. Sabemos cuando alguien tiene llenura del Espíritu Santo por su fruto y por que refleja el carácter de Cristo.

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Gálatas 5:22-23

¿Cómo sabemos que estamos llenos del Espíritu? ¿Siempre tenemos amor? ¿estamos gozosos? ¿tenemos paciencia? ¿nos desprendemos? ¿somos benignos en manifestación de misericordia? ¿tenemos fe? ¿somos mansos? ¿nos mantenemos en nuestra fe pase lo que pase?

¿Cómo estamos viviendo? ¿en verdad estamos llenos del fruto del Espíritu? Esto es algo que cada uno de nosotros debe analizar a uno mismo. El aceite se compara definitivamente con el Espíritu Santo, de acuerdo a la Biblia.

18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,

Efesios 5:18

Los hombres queremos suplir deficiencias con fiesta, con trabajo, con ego, con soberbia, ¡con cosas que se van a terminar! No nos llenemos de las cosas materiales y temporales, debemos llenarnos del Espíritu Santo, ¡Dios es suficiente!

Como esposos no somos perfectos, ni nuestra compañera / compañero es perfecto, como padres sabemos que no somos perfectos y nuestros hijos no son perfectos, pero estamos juntos por que encontramos la suficiencia en Dios, estamos de rodillas por que el hogar se mantenga unido, por que el matrimonio sea cubierto por Él, y cuando tenemos diferencias, vamos a Dios y Él lo arregla.

No podemos depender de como nos tratan los demás, debemos depender de como nos trata el Señor. pero, ¿tenemos el fruto del Espíritu?

7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

2 Corintios 12:7-9

Debemos depender del Señor. “Señor, te he pedido trabajo”, “Señor, arregla mi matrimonio”, “Señor, quita a estos líderes espirituales que no nos llevan a nada bueno”, “Señor, arregla a mis hijos”… pero el Señor dice, “bástate en mi gracia”, por que cuando hay gracia, hay misericordia, y cuando hay misericordia, hay fe y la fe produce salvación y vida eterna.

Sin el Señor no tenemos nada. El Señor nos dice, “Yo soy suficiente para tí” Para niños, para adultos, para ancianos, para mujeres, para hombres… “El Señor es suficiente para tí” Deja que el Señor te llene del Espíritu Santo para que seas feliz, para que seas libre, por que de otra manera, tu lámpara se encuentra vacía, y cuando el Señor venga y la encuentre vacía, no podrás ir con Él al reino de los cielos. La decisión es de cada uno de nosotros, no depende si nos han predicado bonito o feo, o lo que haya dijo el pastor. Lo importante y trascendente es entender en este momento cómo están nuestras lámparas, porque de que Cristo va a venir, ¡Cristo va a venir! Y si no viniera en esta generación, de cualquier forma no sabemos el día de nuestra muerte. No podemos asegurar que mañana estaremos vivos. ¿Estamos listos para ver a nuestro creador? Lo queramos o no, Cristo viene, lo creamos o no, Cristo viene. Pero también la muerte va a pasarnos.

Puede ser que no nos toque en esta generación la venida de Cristo, pero en cuanto a la muerte física, todos tenemos que morir. ¿ya estamos listos para decirle al creador, mi lámpara está llena de aceite? Para decirle, “Señor, te traigo un testimonio, una vida llena de fe, de obras, conforme a tu corazón” o “Señor, ni siquiera creía que existías” Delante de nos incaremos rogando “Tu eres Señor de amor y de perdon” y que el nos diga “No os conozco, hacedores de maldad.

Es fuerte, tenemos un Dios amoroso, ¡por supuesto! Nos cuida, nos protege, nos levanta, nos consuela, ¡Claro!, pero nuestro Dios es justo, y en esa justicia el nos da tiempo para entregarnos a Él, para que nuestra lámpara esté llena de aceite. Por que la insensatez viene de la irresponsabilidad, falta de fe, necedad, apatía, flojera, etc., etc., etc.

Tenemos esta vida para arreglarlo, para ir a las plantas del Señor para que nos repare. Hay doctores que nos ayudan al cuerpo, hay terapias que nos ayudan a la mente, pero el único que cura el Espíritu es Jesús, y Él tiene tanto poder que nos sana Espíritu, alma y cuerpo. ¡Gloria sea a Dios!

9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.

Romanos 8:9-10

Éste es otro termómetro para saber en que estamos viviendo. Si nos gustan las cosas de la carne, nuestro cuerpo, el trabajo, el dinero, la reputación, entonces eso será muerte, por que todo eso se va a quedar. Pero si vivimos en el espíritu, nos importan las cosas de Cristo, por que su espíritu genera en nosotros un deseo de servir por amor y gratitud. Pero si vivimos en el Espíritu, debemos dejar que el Señor nos dirija, nos guíe nos mueva, esa es la diferencia. Por que la carne nos lleva a los deseos de la carne, nos lleva a juzgarlo, a criticarlo, a decir que todos están mal, y cuando la palabra nos confronta, debemos preguntarnos si es Dios hablándonos a nosotros.

Cristo viene, y si en esta generación a Él no le place, vamos a morir, ¿cómo esta nuestra lámpara?

13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

Mateo 25:13

No lo sabemos, por más matemáticas espirituales que hagamos, nadie lo puede determinar. Hay señales, el mismo Jesús nos dice “vean las señales para que estén al pendiente” De acuerdo a Mateo y otros pasajes, ya se cumplieron todas. La postasía que era uno de los temas finales, hoy esta muy grande. El evangelio ya se predicó en todo el mundo y seguimos oyendo de comunidades en la India, en China, en Corea en donde se va a predicar y la gente muere, pero el evangelio ha sido predicado. ¿Qué falta? Solo que el Señor indique a Jesús, “ve por la iglesia”

Podemos pensar, debatir, cuestionar que si el hombre del pecado, o el anticristo, etc. La teología escatológica es muy compleja, pero lo único que debemos preguntarnos es ¿estamos preparados para la venida de Cristo? ¿estamos preparados para nuestra muerte? ¿hemos preparado a nuestros hijos?

¿Qué sentiríamos ir al cielo y saber que nuestros hijos estén siendo juzgados y pasados por la ira de Dios? Como padres nos duele cuando están en problemas, cuando los agreden, pero cuando el Señor venga, ya no hay vuelta para atrás. ¿Cómo están nuestros hijos? ¿cómo están nuestros padres? Si nuestro hijo nos dice “¡dejame fumar!, ¡que tanto es un alcoholito!” no creo que el Señor nos aplauda, que nos respalde o avale el permitirles esas cosas. Incluso si es mayor de edad y no podemos prohibir las cosas, pero como padres debemos decir lo que dice la palabra. Y podemos decir que solo es una copita, que no se va a emborrachar, pero siendo honestos, ¿en donde está el corazón de tu hijo al estarse tomando esa copa? ¿Está esperando la venida del Señor o esta en fiesta, en la carne?

¿Dónde esta el corazón de nuestros hijos cuando se escapan, cuando no entran a la escuela, cuando nos mienten? ¿se va a ir al reino de los cielos? ¿por que esa necesidad de tomar, de fornicar, de escaparse? ¿dónde está su corazón? ¡Con Dios no se negocia ni se compensa! ¡a Dios se le da la vida o no se le da la vida!

10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

Apocalipsis 22:10-11

Nos pueden llamar radicales, pero no, simplemente es temor a Dios. Como padres buscamos prever. Tener un seguro, dejar un negocio, buscar una pensión, y no lo sentimos exagerado, de la misma forma debemos prever en el corazón de nuestros hijos. Si ya son adultos, ¡sigamos clamando a Dios por ellos! Pero no toleremos esas cosas. Preguntemos, hijo, hija, ¿dónde esta tu corazón?

¡Cristo viene! Es algo que todos sabemos, pero es nuestra decisión ser prudentes o insensatos. Depende de nosotros estar preparados para que el aceite que tengamos sea de bendición, de luz, de guía, de fortaleza, de poder. O seguir desperdiciando en dolor, rencor, tristeza, daño, apatía, envidia, etc.

Dejemos que Dios nos quebrante totalmente y que nos haga nuevos, para que el aceite que vierta en nosotros sea basto para nosotros y sea basto para que cuando el Señor venga nos vea y nos diga “tu estás lleno de Mí, tu estas lleno de mi presencia, te conozco por que me identifico en ti” ¿qué queremos oír? “¡Apartaos de Mí, hacedores de maldad!” o bien, “Buen siervo fiel, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor”

Dios ya hizo lo que tenía que hacer, y al día de hoy lo sigue haciendo, la presencia de Dios está con nosotros, ¡el Espíritu de Dios se mueve en este lugar! Solo hay algo que lo impida, nosotros mismos, preferimos ser insensatos que ir a las plantas de Cristo a que nos repare. Preferimos seguir enojados a que Dios nos traiga paz. Preferimos no perdonar que el Señor nos llene de amor.

Es nuestra decisión…