Las Relaciones de Jesús

Jesús y la Sabiduría

En la primera parte de este estudio se veía que la sabiduría no es igual a conocimiento. Es la manera en la que Dios ve las cosas, las aplica y las expone, y que una base de la sabiduría es el temor a Dios.

Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

Santiago 3:17

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.

Proverbios 9:10

No se trata de decir “yo tango a Jehová” y con eso comenzamos a ser sabios. Es mas bien la base para que todo lo que venga a nosotros sea pasado por la palabra de Dios y entonces lleguemos a ser sabios, para recibir o para rechazar.

Un ejemplo es la ideología de género. Para mucha gente es sabio aceptar todo, tolerar todo, pero para la Biblia no o es. En ese momento nos llega una situación real, ¿la aceptamos o no la aceptamos?, ¿la recibimos o no la recibimos? ¿la apoyamos o no la apoyamos? ¿cuál es nuestra parte? La sabiduría de Dios nos lleva a pensar que ellos son personas que necesitan a Cristo y que debemos amarles, pero no “apapachar”, motivar o permitir esa situación. No quiere decir que se les niegue el amor, siguen vivos, y mientras haya vida, hay que predicarles, aun cuando nos rechacen, pero nuestro deber es acercarnos a ellos. Es cierto que a veces la gente esta en una condición tal que su mente está entenebrecida. Ya no escuchan, peor delante de Dios, habremos luchado por esa alma. Para esto somos llamados.

Si queremos tener la sabiduría de Dios, debemos:

  • Leer la biblia y estudiarla. Esto implica no solo leer, sino repasar, entender, detenerse a analizar meditar, comparar versiones.
  • Escuchar atentamente cuando explican la Biblia. En estudios, con los hermanos en la fe, enseñanzas. Despojarnos de otras cosas en la mente cuando escuchamos la palabra. Y si tenemos dudas, preguntar.
  • Meditar y memorizar la Biblia.
  • Hablar de la Biblia con otros creyentes.

Jesús y las Cosas Materiales

También se tocó el tema de cómo ve Jesús las cosas materiales.

15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

Lucas 12:15

Esta es la forma en la que Cristo ve la vida. Nuestro éxito, nombre, fama, no consiste en la abundancia de las cosas que poseemos. No nos podemos medir, ni podemos permitir que la gente nos vea a través de lo que tenemos. Todos hemos pasado momentos fructíferos y momentos de escasez, pero Cristo nos sigue viendo igual en cualquier momento. Puede ser que no tengamos riqueza, pero a los ojos de Dios, nuestro corazón le pertenece. Somos sus hijos, y si no tenemos trabajo, Él nos ocupará en muchas cosas, y si tenemos trabajo, pondrá en nuestro corazón dar de gracia. Lo que importa es lo que tenemos en nuestro corazón.

20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Mateo 6:20-21

¿Dónde esta nuestro tesoro? ¿En nuestra carrera? ¿En nuestras propias fuerzas? ¿En nuestros contactos, poder económico, familia? Pero el Señor nos dice “tu corazón debe estar en Mí” por que donde esté lo que atesoras, ahí esta tu corazón. ¿Qué atesoras mas? ¿a Dios, a ti mismo, al dinero?

Un tesoro es algo de gran valor para nosotros. Que tiene mas valor para nosotros ¿levantarnos temprano para predicar o dormir por que tenemos sueño? “amo a Dios, pero no voy a dar para que le prediquen a los niños en la calle” “amo a Dios, pero no voy a pararme en una cocina para preparar alimentos a los necesitados” “amos a Dios, pero no voy a hacer el aseo del tempolo” ¿Dónde está nuestro tesoro? ¿Dónde está nuestro corazón?

Cuando amamos a Dios, hasta nos duele, hasta lloramos cuando no podemos ir a ayudar a las obras del Señor. Pero cuando depende de nosotros, y no lo hacemos, si debemos preguntarnos ¿donde está nuestro corazón? ¿dónde está nuestro tesoro?

Nuestro corazón a veces esta en cosas materiales, ¡quiero un auto nuevo! ¡quiero ropa nueva! ¡quiero todo lo que se va a quedar! Pero lo importante es hacer tesoros en el cielo, y ésto se logra llevando almas, pastoreando, evangelizando, enseñando, abriendo las puertas de nuestro hogar a la oración, a las células, dando de gracia lo que de gracia recibimos. No necesitamos una campaña, necesitamos un corazón dispuesto. Dios nos bendice para bendecir a otros. Dios no se queda con nada, y todo nos lo da por gracia, ¿por qué no hacer lo mismo con otros? Demos de gracia lo que de gracia recibimos.

17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. 28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.

Marcos 10:17-31

En este pasaje hay dos versículos que vale la pena revisar.

23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!

Marcos 10:23-24

Dios no esta en contra de la riqueza económica. Dios no quiere que hagamos votos de pobreza. Dios no quiere que no vayamos a la escuela y que seamos ignorantes. Pero lo que si marca es reconocer en que confías, en donde esta tu corazón. “Cuán difícil es entrar en el reino de Dios, a los que confían en la riqueza” Por que tu riqueza se vuelve tu dios, y confías en él, y no le das a Dios la gloria que le corresponde. No es malo estudiar, tener maestrías y doctorados, y querer tener una casa y un auto. Lo que es malo es que confiemos en algo o en alguien que no es Dios. Ningún pastor, ni evangelista, ni sacerdote, ni profeta, ninguna persona abre las puertas de los cielos, no pueden, eso solo le pertenece a Jesús. El pastor no le dice a Dios quien pasa y quién no, el trato de cada uno de nosotros con Dios es personal. Tampoco podemos tener mucha riqueza y pagar para entrar al cielo.

El joven rico tenía muchas riquezas, y dijo, no puedo vender lo que tengo. Pero si confiamos y tenemos fe en Dios, sabemos que el va a proveer. Sabemos que comeremos el día de mañana por que Dios esta con nosotros, y el día que nos diga, hoy no comerás, pues ese día no comeremos y haremos ayuno. ¿en dónde está nuestra confianza? ¿En nuestras riquezas?

Por eso la Biblia dice que aquel que confía en algo que es diferente a Dios, va a ser difícil que entre en el reino de los cielos, por que esa persona no conoce a Dios, no tiene una relación fuerte con Dios. ¿cómo podemos creer que Dios nos abrirá el cielo si no podemos creer que hoy nos dará de comer? ¿cómo podemos creer que Cristo viene en las nubes cuando no creemos que Él pueda arreglar nuestro matrimonio, nuestra vida? ¿cómo podemos creer que Él esta con nosotros si confiamos en nuestra cuenta bancaria? Por eso es necesario que nuestra confianza esté en Dios. Podríamos decir que el joven rico era un buen cristiano, el guardaba la ley, no mentía, no robaba, honraba a sus padres, todo esto desde su juventud. “Jesús mirándole, le amó” esto quiere decir que Jesús validó que lo que decía el joven rico era cierto. El joven ya había hecho la parte difícil, que era guardar la ley. Solo le faltaba algo sencillo, vender lo que tenía y seguir al Señor. Si el joven hubiera dicho “de acuerdo, vendo todo y lo reparto, pero tu estas conmigo” Jesús hubiera estado con el y a el no le habría faltado nada. Pero el joven confiaba en sus riquezas, en sus contactos, en sus negocios. Cuán difícil será para los que no confían en el, llegar al reino de los cielos. Y son personas “buenas”, personas “correctas”, con buen testimonio, que sirven a Dios, pero que su corazón no confía en el Señor.

¿A qué nivel de entendimiento y de entrega nos lleva el Señor? ¡Es imposible para nosotros! Pero si creemos en Dios, para Él todo es posible, el nos puede ayudar, el nos puede marcar el camino. No tenemos la fe para creer que Dios va a sanar a un ciego, a levantar un muerto, o a cuidarnos, y ahí es donde crece nuestra fe, por que vemos la gloria de Dios.

16 Entonces les contó esta parábola:

—El terreno de un hombre rico produjo una buena cosecha. 17 Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha”. 18 Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. 19 Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida”. 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”.

Lucas 12:16-20

16 Mejor es lo poco con el temor de Jehová,

Que el gran tesoro donde hay turbación.

17 Mejor es la comida de legumbres donde hay amor,

Que de buey engordado donde hay odio.

Proverbio 15:16-17

Cuando nos sentamos a comer ¿llegamos con un corazón agradecido a Dios? ¿o es el momento de criticar a la esposa, al mesero, al cocinero? En las fiestas en las que reunimos a la familia, ¿el centro es lo que se va a dar de cena o el convivir? Preferible tener algo sencillo de comer, pero sentarnos todos y en armonía, que tener una gran cena en la que unos sirven, no se sientan y hasta terminamos enojados.

27 Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. 28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.

29 Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.

Lucas 5:27-29

Cuando uno se encuentra con Dios, si se puede despojar de las cosas. Cuando te encuentras con Jesús, lo dejas todo, por seguir a Dios. Pero para ver las cosas como as ve Jesús, lo primero que requerimos es fe. Si no creemos en Dios, será mejor confiar en nuestras riquezas, pero algún día se acabarán, y Dios es inagotable. Dice el salmista que es como corrientes de agua viva.

8 Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. 9 Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río.

Ezequiel 47:8-9

Si ya tienes fe, avanza, da el paso: primero Dios, después Dios, y al último, Dios. Síguelo, creele, ten el enfoque correcto. Las cosas se acaban. Al fina, el carro, el dinero, las casas, todo se va a quedar. Las cosas materiales, pueden ser bendición de Dios, pero nosotros también podemos hacerlas maldición. Son solo cosas. No esta mal querer buenas cosas, la pregunta es para que las queremos, ¿para beneficio propio? ¿para presumir? ¿por vanidad? ¿o para servir al Señor? Demos de gracia, lo que recibimos de gracia.

Este enfoque nos lleva a un entendimiento práctico para hacer y actuar como Dios nos lo pide. Nos lleva a renunciar a nuestras ideas. No podemos hacer las cosas solos, hagamos las en el nombre del Señor. A veces queremos lo mejor de las cosas materiales, pero si no nos alcanza, renuncia, Dios proveerá, de otra forma el costo es tensión, enojo, frustración, angustia. Renunciemos a las cosas que no nos edifican. Preferible darle a nuestros hijos cosas a nuestro alcance, pero darles atención y tiempo, que darles las mejores cosas y no tener tiempo para ellos. A veces peor, ni el padre ni la madre están presentes, que es el costo de las cosas materiales. Dios no está peleado con tener posesiones, pero el no quiere que renuncies a tu familia por esas cosas, sino al revés, renuncia a las cosas materiales por tu familia, y ama a tu hijo, a tu hija, a tu esposo, a tu esposa.

¿A qué vas a renunciar? ¡Renuncia a esos placeres pasajeros! Hay que sembrar para cosechar. ¿qué estamos sembrando en nuestros hijos? ¡hay que sembrar amor para cosechar amor! Si vas a renunciar a algo, no renuncies a Dios y no renuncies a tu familia. No todo llegará como esperamos, pero Dios está con nosotros.

Jesús Proveedor

24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Mateo 6:24-34

El Señor cuestiona ¿por que no tenemos fe? Es por que nos falta esa relación con Él, nos falta crecer en la fe, nos falta someternos en esa relación. Dios ya sabe las cosas de las que tenemos necesidad. Aún cuando a veces ni nos acordemos de Él y ni las gracias le demos, Él nos sigue sustentando. Si el sabe de nuestras necesidades entonces, ¿por que tenemos que orar? Porque orar no solo es para pedir por nuestras necesidades, es para tener una relación con Él, y a Él le gusta platicar con nosotros.

3 Has escudriñado mi andar y mi reposo,

Y todos mis caminos te son conocidos.

4 Pues aún no está la palabra en mi lengua,

Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

5 Detrás y delante me rodeaste,

Y sobre mí pusiste tu mano.

Salmos 139:3-5

El sabe que necesidades tenemos y que es lo que queremos, ¿por que no actúa? Pues simplemente necesitamos acercarnos y preguntarle. Alguno pensará “si el ya sabe lo que necesitamos, ¿para que me acerco?, si Él ya sabe está obligado” y esto no es así. Su obligación es por que nos ama, y está obligado con su palabra, no con nosotros. Él nos ama, Él nos escucha, Él nos responde, pero no lo va a hacer de la manera que esperamos o que queremos.

Dios nos puede dar lo que necesitamos, y hasta nos concede gustos, pero tenemos que creerle, buscar primero el reino de Dios, agradar a Dios, tener una relación con Dios, servirle a Dios, y todo lo demás será añadido. Tenemos que amar a Dios y dejar a un lado la riqueza y el afán por la economía. No podemos amar a dos amos. Para tener mas dinero tenemos que trabajar mas, y para mantener una relación con Dios debemos servirle mas ¿a quien le vamos a creer y a quien le haremos caso?

Como nos quitamos el afán y la ansiedad. Creyendo y teniendo fe en el Señor. No solo es un conocimiento de acervo cultural, es conocerlo y creerle. Esto implica fe.

¿Quiere decir esto que dejemos a un lado nuestro trabajo y nos dediquemos a servir a Dios? No necesariamente. Si Dios se para frente a nosotros y nos lo pide, tenemos que obedecer, de otra forma no lo podemos tomar como motivo para ser irresponsables. Si Dios nos manda dejar nuestros trabajos con la promesa de que Él se hará cargo, Él cumple siempre sus promesas, de otra forma, debemos trabajar, lo que no debemos hacer es ser esclavos del trabajo. Debemos dedicarle al trabajo el tiempo que es para el trabajo, y después ir y atender a nuestra familia. El trabajo es eventual, y lo que siempre nos va a quedar es la familia. Para el trabajo somos parte del mundo, para nuestra familia debemos ser su mundo.

Debemos priorizar y poner en primer lugar a Dios, y Él nos ayudará a organizar las demás prioridades.

Jesús y el tiempo

¿Cómo te sientes en relación al tiempo?

  • Afanado
  • Enojado
  • Frustrado
  • Tenso
  • Preocupado
  • Impaciente

No hay tiempo que alcance. Tenemos exigencias en el trabajo, con la familia, en el templo. Pensamos que no tenemos tiempo, pero lo que no tenemos es una correcta administración del tiempo y una correcta priorización de las cosas. Estamos siempre tensos y preocupados, y de ahí vamos al enojo. Somos impacientes, queremos todo a la brevedad.

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

En esto pensad

8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

Filipenses 4:6-9

Hay que tener fe y dejar que Dios actúe, y El Dios de paz estará con nosotros.

29 El que tarda en airarse es grande de entendimiento;

Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.

Proverbios 14:29

Los que nos enojamos no entendemos muchas cosas. Somos emocionales y en esos casos nos ponemos irracionales y necios. Es difícil entenderlo, pero cuando lo practicamos las cosas cambian.

10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 41:10

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos 8:28

Esta parte es dura, pero real. Para los que amamos a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien. ¡Perdí el trabajo pero amo a Dios! Va a ser de bendición, ¡perdí el trabajo y estoy enfermo! Va a ser de bendición, ¡tengo problemas, pero amo a Dios! Va a ser de bendición. Pero si no amamos a Dios y no tenemos una buena relación con Él, todo esto nos va a matar y a destruir. Vayamos a Dios para que Él nos quite la frustración. Que Él nos de el tiempo y podamos bendecir y disfrutar de lo que tenemos. Si no tenemos economía, que Él nos de un hermano con casa en la playa que nos abra las puertas, o en cualquier otro lado. El punto es que todas las cosas para los que amaos a Dios nos ayudan a bien.

27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan 14:27

El Señor nos da paz, está con nosotros en todos los problemas y en todas las necesidades. No tenemos por que estar tensos, tengamos la paz del Señor.

7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:7

¿Para qué estamos tensos? Él tiene cuidado de todos nosotros. Confiemos en el Señor.

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

Mateo 6:25

33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Mateo 6:33-34

No estemos preocupados, dejemos que Dios actúe. Busquemos el reino de Dios y Él actúa.

1 No te impacientes a causa de los malignos,

Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

2 Porque como hierba serán pronto cortados,

Y como la hierba verde se secarán.

3 Confía en Jehová, y haz el bien;

Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.

4 Deléitate asimismo en Jehová,

Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

5 Encomienda a Jehová tu camino,

Y confía en él; y él hará.

6 Exhibirá tu justicia como la luz,

Y tu derecho como el mediodía.

7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.

No te alteres con motivo del que prospera en su camino,

Por el hombre que hace maldades.

8 Deja la ira, y desecha el enojo;

No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

9 Porque los malignos serán destruidos,

Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

Salmos 37:1-9

Este hermoso salmo es el resumen de lo aquí visto. Habla del enojo, impaciencia, de todo aquello de lo que nos debemos despojar. Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

Sólamente debemos confiar en Dios.

Tengamos un conocimiento grande de Dios, una relación también grande, o una relación en la que estamos iniciando a conocer al Señor, hoy Él nos dice, solamente confía en Mí.